Angel

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Doflamingo sentía el barco moverse a causa de las olas

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Doflamingo sentía el barco moverse a causa de las olas. Era un ritmo constante al igual que el sonido dentro.

Desde el piso donde se encontraba podía oír los pasos de los marinos sobre cubierta.

Las cadenas de kairoseki lo mantenían inmóvil en su lugar. Acostado en el suelo con solo el techo en su mirar. El techo y aquel trasero que sobresalía de el.

— ¿Pero qué?

Observo una espalda junto a un llamativo trasero que se sacudía de arriba-abajo cómo queriendo desprenderse de la madera.

No entiende que sucede, pero ese cuerpo se mantiene en la misma posición por varios segundos hasta que logra desprenderse del techo. De inmediato siente como el aire abandona sus pulmones cuando este le cae encima. No entiende como paso varios minutos obserandolo y no se le ocurrió moverse para evitar eso.

Maldijo varias veces hasta que el extraño se levanto.

Lo siento — le oye decir.

Esta por decirle que un "Lo siento" no es suficiente, pero calla cuando ve un par de grandes alas cubiertas de plumas blancas. La camisa que viste es de manga larga y estampada, con diseños de corazones rojos. Un diseño por más familiar.

¿Doffy?

Aquella forma de llamarle lo tomo por sorpresa. Busca poder mirar su rostro.

Y ahí, frente a sus ojos y sobre él, esta Rocinante. Su hermano le mira desde arriba mientras se sostiene la cabeza, lugar donde se ha golpeado al caer.

Si que me he dado un buen golpe — dice para soltar una pequeña sonrisa.

Entre más lo mira, más convencido está que se trata de él.

¿Enserio eres tú? ¿Rocinante? —pregunta cuando por fin puede levantarse. Ha empujado levemente el cuerpo de su hermano para poder ponerse derecho.

Si — asiente. Mueve sus alas hasta que estás toman un tamaño más pequeño, casi la mitad del tamaño que tenían.

Pero ¿cómo?

No puede dejar de mirar las alas blancas a su espalda.

He venido a relevar a tu angel guardián — se ha puesto de pie al mismo tiempo que hace una pose con las manos extendidas.

Doffy frunce el ceño al mismo tiempo que cuestiona tal declaración. Su expresión muestra la confusión y la poca credibilidad que le da.

Te estoy diciendo la verdad. Ahora yo soy tu angel guardián — con su dedo índice se señala — Y tendrás que prepararte, porque a partir de ahora tendrás que enmendar las cosas

Euforia  (Donquixote)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora