Camila Cabello, vivía su vida como si fuera el último, es una gran chica, con un corazón inmenso, tenía dinero, cariño de sus amigos, familia y una novia a la que quería mucho, hasta que una hermosa profesora de ojos verdes llego a su vida, para hac...
Llegue al convento completamente alterada, no podía creer que Camila me había besado, ella me había besado como quiso y yo, yo correspondí con la misma necesidad e intensidad que ella, jamás pensé que llegaría a cometer tal traición a mi vocación y fe, lo peor de todo es que aunque debía estar castigándome y confesando este terrible pecado, las mariposas aún revoloteaban en mi estómago, la emoción que sentí al primer contacto de sus labios con los míos fue indescriptible, jamás había sentido tanta ligereza en mi alma y solo podía pensar en que quería que ella volviera a besarme.
-Dios, perdóname! Que estoy diciendo, esto está tan mal.
Me quede en mi habitación un rato más, rezando y realizando una penitencia por haber deshonrado mi fe, me coloqué un cilicio en la pierna izquierda y otro al rededor de la cintura, suspirando los ajuste sintiendo ya los aguijones de dolor.
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(No parece, pero si es doloroso)
Hoy se integrarían nuevas jóvenes al noviciado y vendrían muchas familias, mamá también dijo que pasaría con algunos bocadillos para las de nuevo ingreso y a mi me dio mucho gusto que la vería y estar con esto en el cuerpo era la mejor manera de recordarme que elegí esta vocación para mi vida, que me castigaría las veces que fueran necesarias por haber correspondido al beso de Camila y por pensar en ella de manera diferente, me coloque mi habito y procedí a salir para ayudar en lo que se necesitara en el convento.
*
Al llegar al claustro me encontré con muchas jóvenes llenas de emoción, hablando con muchas de las madres ahí presentes, sus familias estaban a los al rededores, muchos de ellos con un deje de tristeza, recordé a mis padres y mis amigos cuando decidí ingresar, todos me preguntaban constantemente si estaba segura de mi decisión y yo siempre afirmé que era lo que llenaba mi vida y que estaba segura, pero hoy en día tenía tantas dudas y miedos.
Vi a mi madre a lo lejos conversando animadamente con una señora que estaba acompañada de una joven y la madre Ally también estaba ahí, me extraño mucho, ya que la joven no estaba vestida como normalmente lo hacen las nuevas ingresantes, además que no se porque me parecía tan familiar, me acerqué poco a poco, hasta que mi mamá me sonrió.
-Lauren!-dijo emocionada y yo sonreí acercándome más-Ella es mi hija Lauren-dijo mirando a las mujeres frente a ella y luego ambas voltearon y mis ojos se cruzaron inmediatamente con los de Camila, oh Dios mío Camila, era Camila.
Ella me miró pálida y con los ojos exageradamente abiertos, como si hubiera visto un fantasma y bueno, no era para menos, se acababa de dar cuenta que había besado a una religiosa y seguramente se debe estar arrepintiéndose en estos momentos.
Quizá ya ni siquiera me ve atractiva! Dios, pero en que estoy pensando, porque me importa si me ve o no atractiva, estoy tan mal.
-Hija, ven te quiero presentar a Sinu y su hija-me acerque mirando a las dos mujeres frente a mi con una sonrisa cálida, Ally me miraba fijamente y yo solo intentaba no dar a notar lo incómoda que estaba, le di la mano a ambas mujeres presentándome de manera educada.-Sinu y yo estudiamos juntas toda la escuela secundaria en Miami, puedes crees que nos hayamos vuelto a encontrar? Ella también vive aquí en San Francisco-decía emocionada mi madre.
