"Príncipe Celestial"

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Lentamente esa pequeña serpiente se movió, intentando no llamar la atención para pasar desapercibida por esas sábanas negras, pero cuando un movimiento detrás suyo hizo que su cuerpo invertebrado se detuviera, esta dejo todo intento y de inmediato...

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Lentamente esa pequeña serpiente se movió, intentando no llamar la atención para pasar desapercibida por esas sábanas negras, pero cuando un movimiento detrás suyo hizo que su cuerpo invertebrado se detuviera, esta dejo todo intento y de inmediato apretó sus ojos.

Una mano tomo a la serpiente, una pequeña y suave, esta la levanto de las telas negras para llevar esa cabeza del reptil en cercanía a su rostro.

—  ¿A dónde vas?

La criatura negra comenzó a moverse de un lado a otro intentando escapar de su captor, pero cuando sintió como este lo estiraba y lo enrollaba, comenzó a hacer unos siseos fuertes por el dolor.

Lo estaba tratando como un juguete...

El dueño de esa mano sonrió y continuó con esos movimientos crueles a la pequeña serpiente, pero antes de hacer otro acto, fue agarrado del cuello de su atuendo y levantado en el aire.

Ahora a él lo agarraban.

Unos pequeños violentas vieron unos semejantes, unos que lo miraban de forma impotente.

El niño soltó al pequeño reptil, el cual al caer, de inmediato se escondió entre las sábanas buscando refugio en aquel albino que dormía. De inmediato sus manos se aproximaron al rostro de ese ser que agarraba con el fin de pegarle, pero al tener unos brazos cortos, este lo único que podía hacer era agarrar esa mano e intentar que lo soltará.

Mordiéndola o arañandola, todo para que este lo dejara caer.

Una sacudida hizo que esos movimientos cesaran y volviera a ver con enojo a ese mayor, pero cuando lo vio, notó como este dejaba el índice de su otra mano libre en sus labios y le indicaba silencio.

Eso lo molesto.

Comenzó a mover sus piernas intentando que estas si llegaran a hacerle algo más grave a ese ser oscuro, pero lo único que consiguió fue una cola negra que atraparon ambas extremidades impidiéndole actuar más.

— ¿Qué sucede...?

Tanto el mayor como el menor vieron como esa figura blanca comenzaba a  destapar su cuerpo dejando solo la parte baja de sus piernas cubiertas por las mantas, y, con sus manos frotaban sus párpados para así dejar ver unos hermosos zafiros.

— ¿Qué están haciendo?

El ser oscuro soltó el agarre de la vestimenta del infantil, pero no el de su cola —esta aún retenía al niño evitándo cualquier movimiento—. Se acercó donde el que estaba hace poco durmiendo y se acostó a su lado, mientras que, de a poco, acercaba a ese infante entremedio de ambos cuerpos y lo liberaba.

— Se despertó y comenzó a torturar a la serpiente.

Al escuchar eso, este notó como ese reptil se movía en sus pies cubiertos, pero no era un movimiento típico sino un temblar por miedo.

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