Ni en las pruebas más crueles, duras y de suma tragedia que le a tocado a su segundo serafín, ni una sola, él demostró miedo o duda.
Pero ahora... Lo esta haciendo ante un demonio que ni siquiera es Satanás.
Eso demuestra una cosa, una cosa que nunca quiso pensar y desde ahora en adelante solo va a ignorar.
"Sus ángeles son inferiores".
Al ver como Gabriel se encontraba en el aire por unos látigos de agua, sus orbes celestes buscaron al responsables, y al encontrarlo de inmediato exigió que lo soltará.
Sin embargo, solo basto una mirada de aquellos azules para que toda su espina dorsal sufriera un escalofrío.
Un pecado, sin dudas lo es.
Un hombre de cabellos negros largos y ojos azules oscuros, con vestimentas negras bordadas de un hilo azul de oro para representar siluetas de bestias o simplemente garabatos ostentosos. Pero esto no era lo que más lo identificaba como un demonio sí son aquellos cuernos casi como una corona con rasgos acuáticos, y junto con eso, una larga cola azulada que se movia suavemente y de forma elegante.
— Pero qué gracia.
La voz tanto amenazante como fría del infernal se escucho, y con un movimiento de mano hizo que los intentos por liberarse del ángel fuesen inútiles.
Dios al ver como su ángel estaba siendo asfixiado, apreto su dentadura y uso su poder, no obstante, un dolor en su estómago lo hizo gemir.
Ahora la expresión del serafín junto con aquellas características felinas que fueron forzadas en su apariencia, dejaron de mostrar tensión u dolor para solo indicar preocupación y alteración por el bienestar de su creador.
— ¡Sue-ltame! ¡De-dejame ayudarlo...! ¡Lev-levia-than!
Ante la mención de su nombre por ese ángel que estaba más que histérico een romper una que otra soda de agua, el demonio entrecerro sus ojos y mostró una mueca.
Solo basto un movimiento de su mano para que Gabriel fuese tirado al agua y así fuese capturado por aquellas sirenas que hace rato estaban ansiosas.
El demonio al ver como el ángel intentaba escapar de las criaturas e incluso le gritaba, este lo vio por unos segundos y después se dedico a ver al que se quejaba.
De un momento para otro, aquellos látigos de agua se acercaron a Dios para retener su caída, y así, acercaron a ese de cuerpo mortan donde él.
[...]
¿Qué sucedió? ¿Se desmayó?
Sentía un pequeño dolor en su vientre junto con un cansancio que le impedía abrir sus ojos y hacer cualquier movimiento.
Este dolor ¿Qué es...?
Cuando sintió una calidez en su cuerpo; una que se deslizaba de su rostro a su estómago para quedarse ahí, se removió y solto un pequeño suspiro por la cálida sensación.
Alguien lo estaba acariciando.
— Te dije que no te entrometieras con lo que es mío.
Aunque estaba semi despierto logró escuchar aquellas palabras como también saber de quién es esa voz.
Satanás... Ah, ¿finalmente se hace presente?
— No es entrometerme si "su inmundicia" lo hace primero —aquellas palabras las destacó con un tono mucho más elevado como si estuviese reprendiendo—.
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Atracción Maldita
FantasíaHermoso ser de luz... Oh, cada vez que te veo, no puedo resistir el impulso de ese sentimiento humano llamado amor. Tanto tu belleza divina como tu ser benevolente, provocan en mí una maldita atracción que no puedo resistir. Ah, sin ti, mi existenci...