Capítulo 33

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Yo entro con sigilo por el conducto de ventilación, le indico por dónde tiene que ir y yo voy a dónde están todos los hombres, tiro una pequeña bomba de humo, cortesía de Alastor, y cuando ya se ha expandido, bajo y empiezo a inmovilizarles al igual que desarmarles, los saco a todos de golpe por la puerta principal y ahí se encargan los policías de apresarlos, pero de repente siento una punzada de dolor en la pierna, miro lo que es y se trata de un cuchillo de sierra, lo quito y me doy cuenta que me ha traspasado toda la pierna, limpio el cuchillo para que nadie pueda analizar la sangre que ha quedado impregnada. Aunque dejo a algunos preocupados voy volando como puedo a casa ya que me queda más cerca y entro como puedo en casa.

-¡¿Qué ha pasado?!- preguntan los dos a la vez mientras vienen a ayudarme

-Me di cuenta tarde que me habían clavado un cuchillo de sierra en la pierna, joder, cómo duele- me quejo ya que me están intentando quitar el pantalón para así atender la herida como es debido- rompelo ya- el asiente y rompe el pantalón por la zona de la herida

-Tienes que beber sangre ya- Angie me trae una bolsa de sangre pura, y yo la bebo enseguida, siento mi herida cerrarse, pero no del todo

-La herida es demasiado grande y profunda, voy a tener que coser- me mira en busca de aprobación y yo asiento- tráeme mi maletín, yo voy a por el botiquín del taller- cada uno se va y vuelven enseguida- no tengo anestesia aquí, vas a tener que soportarlo-

-Hazlo ya- le pido, Angie me pone un paño en la boca para ahogar los gritos, siento cómo clava cada vez la aguja en uno de los orificios, después me da la vuelta y hace lo mismo con el otro, después le pone los medicamentos necesarios y me venda todo el muslo derecho

-Ya está, tómate esto para calmar el dolor, debes descansar- me da unas cápsulas y yo las trago con agua, Angie me ayuda a llegar a mi cuarto, me ayuda a quitarme los pantalones y vestirme y después a subir a mi cama

-Has sido muy fuerte Joan- me acaricia la cabeza- hay que hablar con los chicos para que esto no vuelva a pasar-

-Si, pero tengo que descansar, mañana hay clases- digo adormilada ya que ella me está acariciando tras la nuca y eso me relaja mucho

Me quedo dormida y vuelvo a tener pesadillas, esta vez permanezco en mi cuarto porque aún me duele la pierna, cuando suena el despertador nos levantamos y Angie me ayuda a vestirme, hoy estoy de luto, así que visto toda de negro, vamos a desayunar y como llevo pantalón corto, Michael me hace las curas de la herida. Me bebo una bolsa de sangre pura y mi tutor insiste en llevarme a clases y al final acabo accediendo, me deja en la entrada junto con mis amigos que me ven preocupados y me ayudan.

-No debiste venir estando así, ya me enteré de todo- Lucy mira al chico y me quita la maleta para que me sea más fácil caminar ya que se nota mi cojera

-Da igual, hay clases y no puedo faltar, aagghh- me quejo al sentir mis músculos tensarse y tirar de los puntos de sutura

-¿Y qué piensas decir cuando pregunten lo que te ha pasado?- cuestiona James bajando la voz

-Pues que tuve un accidente en casa y sin querer me calló un cuchillo en la pierna o unos tíos ratas me hicieron daño, yo qué sé- contesto un poco irritada y ellos me miran con asombro- lo siento, no es manera de hablarles, hoy es un día difícil para mí y no he podido dormir bien por el dolor y las pesadillas- suspiro mientras me tomo del puente de la nariz

-No te preocupes, lo entendemos- me sonríen con tristeza- venga, vas a tener que quedarte en guardia, así no puedes bajar a gimnasia- trata de animarme la rubia mientras vamos despacio y bajo la mirada de muchos hacia el interior, vamos a la sala y justo vemos a Angie- buenos días profesora Black, ¿Se puede quedar ella aquí?-

-Claro, deja sus cosas ahí- me toma del brazo y me ayuda a sentarme en una de los sillones y mi amiga deja la maleta a mi lado

-Gracias, dile al profe que si quiere yo le explico más tarde-

-Vale, después vengo por ti- ella se va y nos quedamos las dos solas

-¿Cómo te encuentras?- se sienta frente a mí

-Dolorida- alzo un poco mis hombros- ¿No tienes clase ahora?-

-Nop, hoy tenían una salida y me he quedado de apoyo y por ahora está todo demasiado tranquilo- se queda pensando un momento hasta que se le ocurre algo- ya sé algo que te puede ayudar, vuelvo enseguida- se levanta y se va, pero al rato vuelve con una muleta- me acabo de acordar que aquí tenemos de estas, supuse que no ibas a querer estar en silla de ruedas y te la traje, sólo queda ajustarla-

-Gracias-

Ella la ajusta para que me sirva como punto de apoyo y así no abusar mucho de la pierna mala. Nos quedamos hablando hasta que suena la sirena y mi amiga viene seguida del profesor y yo le explico que fue un accidente y parece que se lo ha creído perfectamente. Vamos a clase y pasan las siguientes dos horas tranquilas y ahora estamos en el recreo caminando tranquilamente, o cómo puedo y sin querer tropiezo y casi caigo al suelo, pero mis amigos me detienen. Escucho una carcajada que me hiela la sangre.

-Mira por dónde vas pequeña idiota- no puede ser

-No puede ser- digo casi susurrando- no puede estar aquí- busco con la mirada para ver si es verdad y me quedo en shock al verle

-Hola pequeña Johanita-

-Raven-

De repente me empiezo a marear, en mi visión aparecen puntos negros que se van extendiendo y todo me da vueltas como una peonza siento un sudor frío recorrer mi cuerpo y perder todas mis fuerzas, siento que me toman en brazos intentando no tocar el suelo y lo último que escucho es su inolvidable risa que por muchos años me estuvo atormentando y traumando mi infancia.

Percibo el olor de alcohol bajo mi nariz, eso provoca que abra los ojos y veo que estoy en la enfermería del instituto, frente a mí tengo a Angie que mantiene mis piernas en alto y localizo a mi lado a Michael sosteniendo un trozo de algodón con alcohol. Recuerdo lo que pasó antes de desmayarme y mis ojos se humedecen bastante.

-¿Qué ha pasado?- pregunta mi tutor preocupado

-Ella, ella ha vuelto- digo entre lágrimas, él me abraza y lloro en su pecho

-¿Saben de quién habla?- pregunta mi profesora a mis amigos

-Creo que se refiere a la chica aquella que se rió, dijo antes de desplomarse que se llama Raven, creo que es una chica nueva de nuestro curso pero de diferente clase- al escuchar el nombre yo me estremezco y tiemblo

-¿Quién es ella?- yo niego rotundamente, me niego a hablar de ella

-Quiero irme a casa por favor, duele- me tomo la cabeza y trato de calmarme- duele, duele mucho- digo entre lágrimas me abrazo a mi misma

-Yo no puedo, sólo he podido escaparme un momento del trabajo-

-Yo me quedo con ella, ya no me quedan más clases-

-Está bien, cualquier cosa me avisas-

Johanna Morbius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora