Capítulo 56

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Pasan los días y las semanas y cada vez Angie mejora mucho en adaptarse a su nuevo yo, entre Michael y yo le estamos ayudando a usar estas facultades en beneficio propio. La ciudad ha empezado a reconstruir las zonas dañadas por los ataques y Rogers, Michael y yo hemos decidido, aprovechando que yo estoy de vacaciones, en ayudar en la reconstrucción aprovechando que al menos dos de nosotros tenemos capacidades que sirven para mucho.

Pasan las semanas y todo es perfecto, todo muy tranquilo, estoy estudiando para ser profesora de francés en institutos, como mi capacidad de aprendizaje es avanzada pues estoy en un curso intensivo de la universidad, así que dentro de unos dos años, contando con este, podré dar clases, mi sueño es llegar a dar clases en donde mismo he estado estudiando. La relación con Angie cada vez es mucho mejor, ha llegado incluso a ayudarme en algún accidente que ha ocurrido, como por ejemplo algún incendio o derrumbamiento por mala construcción, poca cosa, ya casi nadie se ha atrevido a atacar a la ciudad. Por cierto, soy conocida mundialmente, varias personas de diferentes países han venido a esta ciudad para ver si tienen la oportunidad de verme en acción, pero al haber cesado el número de actos criminales, muchas veces suelo usar a los murciélagos.

Ahora mismo me estoy dirigiendo hacia la plaza central de la ciudad, donde mismo hice un agujero en el suelo por culpa de aquella granada, no sé porqué me necesitan, no capto nada raro que indique peligro, lo único que me han dicho que la alcaldesa y el general me necesitan allí. Al llegar encuentro a Michael, Angie, que por cierto, su nombre es Midnight, ya que como Michael usa el nombre de Morbius y yo el de Shadow, vi lógico que ella tuviera uno. Los veo a los tres con sus respectivos trajes sobre un pequeño podio frente a algo bastante grande que está cubierto por una gran lona negra que impide ver lo que hay debajo. Al lado de ellos tres están también los chicos con sus respectivos accesorios para que no sean reconocidos con facilidad, todos están al lado de los que me han hecho llamar y frente a ellos está el resto de la ciudad, sin exagerar. Nada más tocar el podio los miro extrañada.

-¿Qué pasa?, ¿por qué me han llamado?- pregunto preocupada

-Nada grave, es sólo que hemos hecho algo en su honor- comenta la alcaldesa mientras se acerca, miro a los que están presenciando todo esto y puedo divisar en las primeras filas a las únicas artistas mundialmente famosas que saben de mi verdadera identidad

-Ya he dicho numerosas veces que no hace falta que hagan algo por mí, yo lo hago con gusto- repito lo que siempre digo

-Ya lo sabemos, pero esta vez no te hacen caso- comenta Michael acercándose

-Queremos mostrar a todo aquel que habite y habitará en el futuro en esta gran ciudad, conozca quién ha salvado numerosas veces nuestras vidas de numerosas catástrofes y ataques, queremos que conozcan todas tus hazañas con orgullo, así que hemos hablado con todo su equipo y hemos llegado a decidir hacer esto para mostrar con orgullo a nuestra salvadora, a nuestra superheroína Shadow- se aleja un poco de mí- Morbius, ¿quiere hacer los honores?- toma una cuerda dorada que cuelga de la gran lona oscura y se la tiende

-Lo haremos juntos- mira a Rogers y a mi novia, los tres toman la cuerda y tras contar hasta tres y cuando dicen el último número y tiran con fuerza del trozo de tela trenzada y con la misma cae la gran lona al suelo mostrando así una gran estatua de piedra casi de la misma altura que el edificio del ayuntamiento, que es bastante alto a decir verdad, es una gran estatua en la que puedo identificarme con mi traje, las manos a la cintura, sin la gabardina, el pelo parece como si ondeara con la brisa ligera, mi rostro se ve cambiado ya que siempre lo hago para no ser reconocida, salgo muy bien detallada aunque no tenga colores, está muy bien hecha, es de bulto redondo y parece que han usado la técnica de los paños mojados, es decir, que parece que han tratado a la piedra como si fuera mantequilla, yo estoy impactada, la estatua está sobre un pedestal con una inscripción-

Johanna Morbius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora