-Feliz año nuevo- ahora nos fundimos en un beso más apasionado, ella posa sus manos en mi espalda y yo rodeo su cuello con mis brazos,baja sus manos a mis muslos casi descubiertos por la tela y acaricia mi piel desnuda mientras profundizamos el beso, pero somos interrumpidas por tres toques en el cristal, miramos y vemos que son los niños, abren la puerta y nos miran y se ríen y se acercan a las dos
-Michael nos mandó a buscarles, ya se acabaron los petardos- nos dice Jack y nosotras nos levantamos del suelo y vamos con ellos al salón donde nos felicitamos un feliz año nuevo, al igual que le envío las felicidades a mis amigos, después los niños junto con su madre se van a dormir al igual que Michael y nosotras estamos en el salón sentadas en el sofá yo tomando sólo una copa de vino tinto y ella de vino blanco y creo que el alcohol se me está subiendo a la cabeza un poco
-Una pregunta, ¿esto que está surgiendo entre nosotras tiene intención de ir a más?- rompo el silencio que había entre las dos
-Sólo si tú quieres- me mira y esboza una media sonrisa
-Yo quiero que la cosa vaya despacio, después de lo de Jaquie me he cerrado al amor, pero quiero volver a probar, no va a ser fácil ya que a veces me cuesta mostrar mis emociones, pero haré el esfuerzo de hacerlo, sólo te pido paciencia y tiempo- le tomo de las manos y le miro a los ojos
-Claro, iremos a tu ritmo, no te preocupes, además, en el instituto debemos mantener las apariencias aunque tú seas mayor de edad, pero debemos esperar a que se acabe el curso- me acaricia los nudillos y se detiene al ver el anillo que me regaló en el dedo corazón de mi mano derecha - menos mal que no se te ha caído-
-Los guantes hacen su trabajo de protegerlos, al igual que no se ha roto el colgante- señalo mi regalo
-Por supuesto- me quedo pensando un momento-¿En qué piensas?- arquea una ceja
-Quiero que seas la primera en ver una cosa después de mucho tiempo- dejo la copa en la mesa y ella hace lo mismo, se levanta y le tomo la mano, vamos a mi cuarto, enciendo la luz y cierro la puerta y se sienta en la silla - antes de que digas algo, déjame hacerlo, ahora que el alcohol me ha dado valor, déjame mostrarte lo que ayer viste- tomo aire y me aflojo el cierre del vestido y dejo que caiga por mis hombros, suerte que llevo sostén sin tirantes, descubro mi espalda y dejo que el vestido quede a mis pies ya que tengo un pantalón corto debajo, me quito los tacones y me recojo el pelo- esto es lo que nadie ha visto en mucho tiempo, mis cicatrices, tú antes me mostrastes las tuyas, creo que es justo que tú veas las mías- trato de mantenerme firme
-¿Estás segura?- se acerca, me toma con cuidado de la mandíbula para que la vea a los ojos y así estar segura
-Si, lo estoy- sonrío un poco
-Dime dónde tienes todas, por favor- se pone en mi espalda y posa con delicadeza sus suaves y cálidas manos
-En los hombros, las primeras veces en las que perdí el control de la bestia me hice muchos arañazos profundos y que dejaron cicatrices- pasa la yema de sus dedos por las marcas blancas que hay en mi piel y deja un beso por la zona- a parte de las del accidente, tengo otras que apenas se notan mucho, porque fue hace años, unos niños cuando era no muy pequeña, Neira y yo volvíamos a casa de ir a la biblioteca, pasamos por un callejón y dos adolescentes se estaban metiendo con mi hermana y yo le defendí y les golpeé, pero ellos tenían navajas y tras decirle a Neira que pidiera ayuda ellos me hicieron daño, cuando volvió, fue con una pelirroja que les dio su merecido y nos llevó a casa, esa fue la primera vez que vi a mi Jaquie-
-Pues le estoy agradecida por haberte salvado de aquellos dos- sonríe un poco- ¿dónde más?-
-Los brazos y las muñecas, fue hace unos años, no muchos, estaba en mi tercer año en el instituto, en clases me iba mal, estaba sola, mis padres estaban siempre enfadados conmigo, llegué a perder peso, hacía poco que Jaquie había entrado en mi vida, un día en el que quise acabar con todo y estaba sola me hice los cortes de las muñecas y de no ser por la pelirroja, no estaría aquí, fue la segunda vez que me salvó la vida en poco tiempo- me río un poco
-¿Esta que tienes en el cuello y que lo has tapado con colgantes?, si me he dado cuenta- sonríe un poco apenada
-Cuando pasó el accidente, según me ha dicho Michael, es muy probable que recibiera un fuerte golpe en la cabeza y por eso he tenido algunas lagunas, no muchas, pero están ahí y esa no recuerdo, pero algo en mí me dice que es por algo muy malo que me pasó, he intentado recordar pero no lo logro- agacho la cabeza- y bueno, esas son todas mis marcas, a parte de las de hace dentro de poco tres años- se me escapa una lágrima que ella recoge, coge mi mano derecha y besa mi muñeca
-Para mí sigues siendo perfecta así- ahora me acaricia la mejilla y yo rompo a llorar y le abrazo- ya, sé que es doloroso, pero no estás sola, estoy contigo cielo- me acaricia la cabeza y estamos así por un rato hasta que ya me calmo- ¿mejor?- veo que sus ojos también están húmedos
-Si, gracias por escucharme, vamos a dormir-
-Sí por favor, estoy muerta- suelta un bostezo y yo me río un poco
Le dejo el mismo pijama de anoche y las dos nos acostamos a dormir hasta que los niños entran y se tiran encima de las dos para molestar. Pasan dos días y se me ocurre la idea de ir a la estación de policías para seleccionar a los cuerpos que pueden formar parte de mi propio escuadrón y hablar con los técnicos para ver si pueden hacerme algunos utensilios y mejoras, ya se lo he comentado a Michael y a Angie y me han dicho que es buena idea, así que hoy por la mañana es cuando voy para allá y ver cómo es todo aquello. Vuelo sobre la ciudad y llego frente a la estación, cuando los de seguridad me ven de inmediato me llevan con el general que lleva todo. Es un hombre de unos 40 y pocos, de cabellos azabache, ojos marrones, cuerpo que a pesar de la edad se mantiene bien, es más o menos de mi estatura, nada más entrar en su despacho me estrecha la mano.
-Es un honor que haya venido Shadow, ¿qué necesita?- me gusta que vaya directo al grano
-He venido por lo que la alcaldesa me otorgó el día de fin de año, así que muéstreme qué es lo que tiene para mí- hablo con firmeza y cambiando mi voz
-De acuerdo le presentaré a nuestros cerebritos y a nuestros camaradas, están en una base oculta lejos de aquí para que no sea fácil de interceptar y si hacen algún experimento que nadie salga herido, nuestros soldados mejor cualificados serán trasladados a esta base en dos días para que los evalúe, pero si así lo desea, le llevo con nuestros técnicos especialistas-
-De acuerdo, pero prefiero ir por mis propios medios, así que yo le sigo- no me fío ni un pelo
-Es precavida y desconfiada, es bueno, síganos-
Eso es lo que hacemos, yo les sigo por las calles sin llamar la atención hasta que llegamos a una casa en un descampado vacío y muy alejado de la ciudad, por lo que puedo oír es una base subterránea. El general sale del coche y tras yo haber mandado a un murciélago a que entre y revise, y confirme que no hay nadie ni ninguna trampa, entramos y vamos a lo que parece ser un sótano, pero al abrir la puerta hay como un elevador, subimos a este y bajamos bastante, diría que unos 20 metros de la superficie, se abren las puertas y pasamos por unos pasillos hasta escuchar a dos personas creo que discutiendo, que al final es verdad cuando llegamos a lo que parece como una nave bastante grande con muchos aparatos tecnológicos,y justo frente a tanta tecnología hay unas cinco personas, dos de ellas discutiendo de algo y no se han dado cuenta hasta que carraspeo y ellos me miran asombrados y nerviosos y detienen todo lo que hacían.
-Perdone por lo que acaba de ver- se disculpa ¿James?
ESTÁS LEYENDO
Johanna Morbius
AléatoireUn accidente, un salvador Una enfermedad, una cura De día una alumna normal, de noche otra persona diferente Un poder, con una gran responsabilidad Una identidad que ocultar, un secreto que callar Una gran fuerza conlleva un gran hambre, hambre de...