Capítulo 17

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Los seis vamos a dicho lugar y hablamos de muchas cosas aunque yo me dedico a entretener a los niños pero algo en la televisión que hay en el local llama nuestra atención, parece que en el banco principal de la ciudad hay un atentado con muchos rehenes incluyendo a niños, mierda, miro a Michael como para que entienda lo que tengo que hacer y él tampoco sabe qué puedo decir para excusarme, hasta que Jack me susurra algo al oído y es buena idea.

-Es verdad, me olvidé por completo Jack, se me olvidó traerte aquello que me pediste, voy enseguida a casa para que no se me olvide- me levanto rápido de la mesa bajo la mirada sorprendida de las dos hermanas Black- vuelvo enseguida, lo prometo- no dejo que digan algo, salgo del local y me meto en un callejón y salgo volando sobre los tejados con extremado cuidado hasta mi casa, me visto con el traje y vuelvo a salir

Logro movilizar a los murciélagos cerca de donde estoy y me meto con sigilo en el edificio y agudizo la ecolocalización para saber cuántos hay, pero son muchas personas que tienen miedo, me concentro en las que más se mueven y consigo identificar unas seis personas y algo me paraliza, es el tic tac de un reloj, pero no cualquier reloj, el reloj de una bomba casera. Mierda y más que mierda, tendré que dejar salir más a la bestia para ser rápida, suerte que antes de salir de casa bebí sangre pura por si las moscas. Trepo por el techo y sin hacer ruido quito las rendijas de ventilación para que puedan pasar los murciélagos. Hay muchas personas y puedo oler su miedo. Cuando veo que todo está listo para mi improvisado plan bajo quedando en medio de todos y aumento mi tamaño y dejo salir un poco de la bestia. Me dispongo a moverme para inmovilizar a cada uno, pero el que tiene el detonador de la bomba lo alza para que pueda verlo bien.

-Un paso más y todo volará por los aires y tú serás un colador- me amenaza pero de lo que no se ha dado cuenta es que estoy controlando a los murciélagos y que un pequeño grupo de ellos se acerca a uno de ellos y se lo llevan volando bastante rápido, dejando sólo su arma, consigo que lo dejen fuera del edificio donde los policías se encargan de él- ¿qué pasa?, ¿tienes miedo de que algo te pase?, ¿o les pase algo a ellos?- se burla sin aún percatarse que ahora estoy sacando a los niños del edificio ya que escucho que se encargarán de ellos, es lo único que saben los cuerpo policiales, que soy capaz de escucharles perfectamente desde lejos

-En absoluto, yo no tengo miedo, y por lo que puedo notar tú tampoco, por ahora- me río un poco mientras comienzo a caminar a su alrededor, alza el detonador y yo las manos para que vea que no tengo nada

-Yo no diría eso chiquilla, no eres más que una estúpida que se cree superior por tener poderes o ser diferente- me mira con odio y yo río sarcásticamente mientras sigo con mi paseo, así puedo ver bien al grupo de rehenes y ahora saco a las mujeres poco a poco y los murciélagos a ellos no les hacen ningún daño

-¿Eso crees?, bueno, entonces, ¿qué eres tú y este grupo?- sonrío de lado mientras miro a su grupo

-Nosotros somos la revolución, nosotros crearemos un mundo nuevo, esto es una bomba capaz de destruir unas cuatro manzanas de las grande, casi un estadio de fútbol, cuando levante el pulgar del botón y BOOM, adiós a nuestra amada Shadow y muchas más personas- hace un gesto de explosión

-¿Así que si mantienes el dedo ahí no pasará nada?- 

-Si- este tío es idiota, ya todos están evacuados, todos son unos idiotas

-Entonces, sólo me queda decir una cosa- agacho la cabeza y comienzo a dejar salir la bestia- me lo acabas de poner demasiado fácil- 

Me abalanzo rápido sobre él y le arranco la mano de cuajo y mantengo el pulgar en el botón, derribo a cada uno con únicamente mis garras pero sin llegar a matarles para que confiesen y sean investigados por los que tienen que hacerlo. Los murciélagos los llevan fuera esta vez por la puerta principal y tras de ellos salgo yo con el maletín de explosivos y la mano del imbécil, me acerco a un militar.

-Que no se despegue el dedo del botón en ningún momento, hay que inutilizar la bomba primero, su capacidad de destrucción es de casi un estado de fútbol- le doy la mano del hombre con el detonador y él mira a los terroristas- están inconscientes y heridos, me he encargado de que puedan moverse moderadamente bien, pero no me hago responsable de los posibles traumas que tengan y si necesitan que les intimide para que hablen, háganmelo saber- me alejo y me dispongo a salir volando pero la voz de una niña me detiene

-Gracias por salvarnos- le sonrío un poco antes de salir volando de nuevo y volver a mi casa y haber disipado a los murciélagos, entro en la casa y al escuchar que hay alguien abriendo la puerta de la casa

-¿Shadow?- mierda, tierra trágame ahora y déjame en tus entrañas por favor- ¿porqué has entrado aquí?, ¿Johanna?- entra con cuidado, yo rápido entro en mi cuarto y cierro la puerta mientras me quito lo más rápido posible la ropa, pero los nervios me vuelven torpe

-No entres- grito alto ya que se acerca a la puerta

-¿Le pasa algo a Johanna?, ¿está todo bien?- no me hace ni caso y abre poco a poco la puerta, lo único que se me ocurre es subirme al techo para que no me vea, pero sin querer se me cae una de las cadenas al suelo, ella levanta la cabeza y me ve

-Mierda- es lo único que digo

Johanna Morbius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora