Capítulo 4

215 14 0
                                    

-Comunicarme con mi amigo, vale, ahora necesito que trate de no asustarse y que obedezca lo que le digo al pie de la letra, ¿me ha entendido?- le hablo con seriedad y ella me corresponde asintiendo de nuevo, me acerco a ella y tomándole de sorpresa la alzo en volandas- pase sus brazos alrededor de mi cuello y no se suelte, me va a ver cambiar de aspecto, pero es normal, así que no grite, puede que la cosa se ponga un poco movida- vuelve a afirmar y yo cambio a mi forma vampira y de un salto nos encontramos sobre los edificios, ella entierra su cabeza en mi cuello hasta que vuelvo a bajar a las calles donde antes lo hice cuando encontré a los niños y aún teniéndola en mis brazos me acerco a donde están acompañados por Michael, los niños en cuanto me ven llegar con su madre vienen corriendo hasta donde estamos las dos

-¡Mamá!- se abalanzan sobre ella una vez la dejo en el suelo

-Ya puedes irte, yo me encargo de ellos- le digo a mi compañero y este asiente antes de irse como yo lo hice- ¿estáis bien?, ¿mi amigo les ha tratado bien a los dos?- me agacho para quedar a la altura de los pequeños que ahora que me fijo tienen casi los mismos rasgos de su madre

-Si, ha sido muy amable- trata de esconderse en las piernas de su madre

-¿Viven muy lejos de aquí?- me dirijo a la mujer

-Un poco, vinimos a ver a mi hermana, porque está enferma, ella es la madre real de los pequeños, pero al estar muy enferma, su paga va para los medicamentos y no puede encargarse de ellos y yo lo he hecho, por eso son como míos, vivimos en la zona Oeste de la ciudad, un poco alejada de aquí- se encoge de hombros

-Yo les acompañaré hasta su casa, ¿tiene coche?- pregunto mientras se me ocurre una idea para ayudarles

-Si, pero no me dio tiempo de subirnos porque el hombre no dejaba de perseguirnos, no está muy cerca de aquí- señala con la cabeza la dirección en donde se encuentra y toma en brazos a la niña que se encuentra cansada

-Les acompaño hasta el coche entonces, ¿estás cansado campeón?- miro al niño que está restregándose los ojos con sueño, él asiente y yo lo tomo en brazos y ella comienza a caminar y yo a asegurarme de que ninguna cámara de seguridad me haya visto- ¿puedo preguntar sobre la enfermedad que tiene su hermana?-

-Es una enfermedad muy rara y difícil de curar, según tengo entendido, un factor principal que ella necesita es con sangre artificial, pero al ser escasa cuesta mucho dinero, cosa que no posee ella, no me deja ayudarla, sólo me deja cuidar de ellos, pero nada más y no sé qué más hacer, no sé si podrá aguantar mucho más- se le escapan unas pequeñas lágrimas

-Tranquila señora, ya verá que ella se va a recuperar, le doy mi palabra, ¿cómo se llama su hermana?- pregunto como quien no quiere la cosa

-Mónica, Mónica Black- contesta mientras llegamos a su destino y abre el coche, yo le ayuda a meter a los pequeños dentro de este y ahora se queda a punto de subirse a su asiento pero se me queda mirando- ¿volveré a verte?- esboza una muy bella sonrisa

-Tal vez sí, tal vez no, ¿quién sabe?- alzo mis hombros divertida

-¿Por qué nombre debo llamarte si nos volvemos a ver?- pregunta más alto mientras que yo me alejo de ellos, pienso un poco 

-Shadow- es lo único que le digo antes de volver a rondar por los edificios, miro la hora en el reloj y veo que ya queda poco para la hora acordada, así que voy lo más rápido que puedo gracias a mis energías renovadas y vuelvo al punto de inicio donde ya Michael me está esperando, me siento a su lado  con las piernas colgando 

-¿Ha ido todo bien con la mujer y los niños?- 

-Si, el típico drogadicto que no tiene dinero y que va a robarle a otras personas, ya no molestará más y me he asegurado que parezca normal de esa zona- contesto lo que seguramente iba a contestar- me gustaría comentarte una cosa- 
-¿A quién quieres que ayude?- rueda los ojos, me conoce lo suficientemente bien como para saber mis intenciones

-Los niños aquellos, la mujer que salvé no es su verdadera madre, la biológica no puede hacerse cargo de ellos porque está muy enferma y su sueldo va íntegro en el tratamiento, me ha dicho que su hermana necesita principalmente sangre artificial y al ser escasa cuesta mucho y cree que no podrá sobrevivir mucho tiempo, ¿podrías mover algunos hilos para ayudarles?- me encojo de hombros un poco

-¿Nombre?- suspira un poco

-Mónica Black-

-Veré lo que puedo hacer- sonríe de lado y yo le abrazo en agradecimiento

-Muchas gracias, te lo compensaré, te lo prometo- mientras nos levantamos 

-Ya lo veremos, volvamos a casa, mañana necesito que me eches una mano con un par de cosas- 
-Veré lo que puedo hacer- sonríe de lado y yo le abrazo en agradecimiento

-Muchas gracias, te lo compensaré, te lo prometo- mientras nos levantamos

-Ya lo veremos, volvamos a casa, mañana necesito que me eches una mano con un par de cosas-

Nada más decir esto, los dos volvemos a casa y yo nada más llegar a mi cuarto me quito la ropa y la pongo a lavar, guardo todo en cajones secretos por si acaso alguien se atreve a entrar a robar, me doy una ducha y me tiro en la cama para dormir hasta el día siguiente. Por la mañana voy con él a la clínica donde trabaja y yo a veces ayudo como secretaria ya que aún no han encontrado una fija y pasamos prácticamente toda la mañana ahí hasta mediodía en el que volvemos a casa y almorzamos, yo de ambas cosas, he conseguido meter en los bricks de zumo lo que es sangre, a veces pura o artificial para si me da una bajona poder recuperarme como si nada. Después paso toda la tarde metida en mi cuarto investigando si hay alguna noticia de lo que pasó anoche, por suerte no hay ninguna, empezamos bien, después escribiendo y dibujando un poco. Cuando ya es la hora de salir a alimentarnos yo elijo más quedarme en casa y beber sangre artificial, hoy no me apetece salir. Termino de cenar y me voy a la cama tras preparar todo para mañana las clases, incluyendo la ropa y demás.

Al día siguiente me levanto con mucha energía, me aseo y me visto con unos pantalones negros rasgados por las rodillas, un top negro que deja ver mis trabajados abdominales decorados con las cicatrices de mi accidente, con una camisa roja y negra a cuadros abierta, unas zapatillas negras, un gorro del mismo color y para rematar cojo mi skate para ir a clases. Tomo mi maleta y voy a la cocina donde ya tengo el desayuno listo.

-Buenos días, ¿lista para el primer día de clases?- se sienta frente a mí

Johanna Morbius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora