09 - NATHANIEL

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Después del último problema que tuve con Victoria el mismo día que conseguí el trabajo en la biblioteca decidí que no la iba a llamar, no tenía ganas de pelear con ella o escuchar sus reproches sobre todo lo que debió malinterpretar.

No había alcanzado a despedirme de ella, pero sí le había comunicado que no me encontraba en posición para hablar por llamada en ese momento y ella simplemente lo ignoró. Así como ignoraba muchas otras cosas más sobre mí y sobre nuestra relación.

Estando en Manhattan decidí que aprovecharía para explorar un poco. Era un lugar totalmente distinto a Brooklyn, se veía mucho más movimiento de gente, autos y los edificios y parques a cada esquina eran inmensos.

No traía mi cámara conmigo, pero tomé muchos para siempre con mi celular. Traté de que se vieran lo más naturales posibles, pero sin dejar de lado los conocimientos que me había encargado de adquirir por mi propio mérito. Cada vez que capturaba un para siempre me quedaba en el lugar unos segundos solo para admirar el sitio y dejarlo capturado en mi mente también.

Quizás algún día ya no vuelva más a esta ciudad y solo me queden estos para siempre junto a mis recuerdos.

Había tanto para ver en Manhattan, cada esquina te robaba el aliento con lo diversa y preciosa que era su arquitectura. Eso era algo que me llamaba bastante la atención porque aunque todos los edificios a simple vista se vieran tan similares, realmente tenían detalles en sus diseños arquitectónicos que los hacían diferentes. Incluso, en ocasiones se podía notar estilos modernos y otros más antiguos uno al lado del otro.

***


Al siguiente día me presenté en el trabajo, pero no llegué a ver a ninguno de los empleados que conocí el día anterior, excepto Amelie, ella sí estaba allí. Supuse que debían tener días libres, claro que no estarían metidos en esa biblioteca todo los días, pero por alguna razón tenía la esperanza de cruzarme con la chica de la otra vez.

Amelie me explicó los emails que me había enviado y me dió detalles de lo que debía hacer.

Me tenía que encargar de las redes sociales de la biblioteca, pero al mismo tiempo debía encontrarme siempre tras el mostrador principal, y si tenía que servir de recepcionista debía hacerlo también. Cuando tuve todo claro ella me dejó solo y comencé a echarle un vistazo a las redes sociales, esas páginas necesitaban un cambio rápido, tenía sentido que el lugar no fuera muy concurrido para uso educativo, más bien la gente venía a turistear aquí.

Y no estaba mal, era genial que pudieran apreciar el lugar de esa manera también porque realmente era precioso, pero se necesitaba también poder darle uso a las instalaciones del lugar así que iba a mejorar el diseño de la web y encargarme de traer nuevas ideas promocionales para la biblioteca y que así pudieran llegar nuevas personas.

 El sábado durante la noche, cuando estaba saliendo de ducharme escuché mi iPad sonar, era una videollamada. Lo coloqué sobre la encimera de la cocina y respondí mientras comenzaba a lavar los platos. 

Era Victoria y ya me esperaba de lo que iba a hablar luego de haber pasado dos días sin comunicación entre nosotros.

—¿Cómo te va la vida en la cuidad?  ¿Ya te olvidaste de mí?—milagrosamente no se escuchaba molesta, pero había ironía en su tono de voz.

—Sabes que no me he olvidado de ti, he estado ocupado con el trabajo. 

—Bueno, como no me volviste a escribir.

—No me apetecía pelear contigo por una tontería que ya hemos hablado en múltiples ocasiones.

—Nathaniel, me dejaste hablando sola por ponerte a hablar de forma coqueta con otra chica, ¿a ti te parece que eso es normal?—ya estaba comenzando a alzar la voz.

Más allá del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora