REPLAY | ACT 1 | 04 (Primera parte)
Despierto de golpe, puedo sentir el palpitar de mi corazón inundar mis oídos. Miro a mí alrededor, tardando unos segundos para acostumbrarme a la oscuridad de mi habitación, puedo escuchar el susurrar del viento chocar contra las hojas de los árboles.
Suspiro en cuanto caigo en cuenta de que todo ha sido un sueño. No hay ninguna habitación blanca, ningún niño, ningún chico rubio no hay ninguna persona que pueda lastimarme, y mi padre no está vivo. Tal debía dejar de ver tantas películas, comenzaban a afectarme
—Carajo...
Trago saliva y hago una mueca al sentir la garganta seca, así que me levanto de la comodidad de mi cama para bajar e ir a la cocina, escuchando mis pasos y el tic tac del reloj en la sala, me sirvo la mitad del vaso y la bebo con calma.
Cuando estoy a punto de dejar el vaso en la encimera, mi cuerpo se tensa repentinamente, provocando que lo sostenga con más fuerza de lo que pretendía. Poco a poco el sonido a mi alrededor disminuye a tal punto en el que, por un corto instante, mis oídos solamente perciben un molesto pitido, eso hasta que el sonido de fuertes truenos se hace presente
Trago con dificultad , el reconocer el contexto de la situación me congela, el saber que es la misma sensación que tuve en el Arcade, junto a Will.
Salto en mi lugar cuando la puerta que da al patio trasero se abre emitiendo un escalofriante rechinido. Viro mi cabeza lentamente hacia el lugar, mi respiración comienza a acelerarse y puedo jurar que mi corazón se va a salir de mi pecho en cualquier momento. Solo puedo mirar con terror lo que hay afuera, el viento corre con violencia, y el cielo se ilumina de un color rojizo cada que un fuerte trueno se hace presente.
Mis pies se mueven por inercia y salgo al patio, mi cuerpo tiembla inevitablemente, y es que me estoy cagando de miedo. La piscina que debería estar llena de agua, se mantenía sin una gota, pero llena de enredaderas, y las partículas blancas se mueven con violencia por el aire.
Me quedo paralizada en cuanto el color rojizo del cielo se vuelve más intenso al igual que el viento. Una figura enorme sale de entre las nubes, no tengo idea de qué es eso, pero parece una araña enorme. Suelto un grito cuando de un momento a otro gira su cabeza a mí, y ni siquiera sé si tiene ojos, pero parece mirarme, esa sensación quema en mi cuerpo.
En este punto, mi respiración se vuelve errática, comienzo a marearme y desesperarme, un gran momento para que los ataques de asma reaparezcan.
***
— ¿Segura que estás bien?
Doy una profunda calada a mi cigarrillo, botando el humo después de un par de segundos, mi mirada está pegada en la ventanilla de mi camioneta. Apenas y me siento con fuerzas para mover el cuerpo, me siento torpe y con la extraña sensación de no estar aquí realmente.
—Charlotte, ¿podrías responder? — la voz de Roman mantiene un tono de irritación y preocupación a la vez, haciéndome suspirar. Él había decidido llevarme a la escuela esta vez.
—¿Sabes que puedo cuidarme sola?
Lo escucho soltar un bufido, puedo sentir las miradas de reojo que me da — Si claro, opino lo mismo— suelta con evidente sarcasmo. — pero ¿Sabes algo, Charlotte? Sigo haciéndome la puta misma pregunta desde anoche... ¿qué hacías en tu patio trasero, en pijama, a las dos de la mañana y con la mano llena de sangre? Creí que eso ya estaba superado. — ni siquiera consigo la fuerza para responder y mandarlo al carajo ante la mínima mención sobre ello. El chico parece resignado en cuanto se percata de mi comportamiento, aún así su mano se dirige hacia mi muslo y aprieta suavemente, tratando de reconfortarme.
Me encojo en el asiento en cuanto las imágenes de esta madrugada se repiten en mi mente. Viento, partículas blancas, cielo rojizo, una criatura enorme. Roman me había encontrado a mitad de un ataque de asma y con una gran herida en mi mano — ¿Aún duele mucho?
Observo mi mano derecha ante su pregunta antes de terminar mi cigarrillo. ¿Por qué carajos sostuve el vaso con tanta fuerza hasta romperlo? Idiota
—Un poco, sí.
Roman aparca en el estacionamiento, ambos nos quedamos en silencio por unos minutos, hasta que él decide hablar nuevamente. — Sé que algo no está bien contigo, Lottie...—comienza diciendo, cierro mis ojos con cansancio, esto estaba superándome pero sabía a la perfección que no podía contarle a alguien más sin que me quisieran internar en un manicomio. Por unos segundos recordé las historias sobre el viejo Creel, no pretendía terminar como él.
Era el maldito secreto entre Will y yo.
—No tengo idea de qué carajos sea...Pero me preocupas.
—Sabes que no es necesario que...
—Cierra el culo por una vez en tu vida, Charlotte. — suelto un bufido pero lo dejo hablar. —Estoy harto de que siempre intentes alejarme de ti. ¡Solo intento ayudar! ¡En verdad me importas! ¡Eres la razón por quien dejé de ser un puto hijo de perra egoísta!— lo observo con la respiración pesada y mis ojos llorosos, sus manos sostienen el volante con fuerza, puedo ver sus nudillos volverse blancos. — Y lo sé, sé que ni siquiera me necesitas porque eres la chica más jodidamente fuerte que conozco ¡Lo sé! Pero ahora mismo no eres tú, lo puedo ver en tus ojos... no tienes idea del puto susto que me llevé al encontrarte así anoche... —toma mi mentón, obligándome a mirarlo. — Por favor, háblame. Confía en mí. Yo no voy a irme.
Sin poder evitarlo, un sollozo sale de mi garganta. Me lanzo a los brazos de Roman, quien en un principio parece sorprendido pero no tarda en corresponderme con fuerza.
—No entiendo nada, Roman. — murmuro entrecortadamente. — Siento que me estoy volviendo jodidamente loca. Siento como si algo o alguien más estuviera en mi cabeza y no me deja en paz.
— ¿A qué te refieres?
Niego con la cabeza sin poder explicarle con certeza. — Ni siquiera yo lo entiendo y eso me asusta más.
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REPLAY | STRANGER THINGS
FanficJamás esperé descubrir todos los secretos que el pueblo en el que crecí ocultaba, pero es graciosa la manera en que el destino cambia y juega con nosotros. Es graciosa la forma en que de un momento a otro el futuro del maldito Hawkins ardió en pelig...