Isla de Skye, Escocia.
El sonido de unos fuertes pasos se escuchaban por la solitaria mansión, sonando cada vez más cerca de una gran puerta oscura que aguardaba el despacho principal de la gran edificación.
Un joven rubio, quien ocupaba el escritorio desde la mañana, bajó el periódico vespertino que sostenía en sus manos y fijó sus ojos azules en el hombre moreno que acababa de entrar a su recinto y que le sonreía con sorna.
─Así que ya estás enterado del "inesperado" retorno.
Darius colocó suavemente el periódico en el escritorio, sin dejar de mirar a su antecesor─. Era de esperarse desde el momento en el que el Tridium no atacó al mundo mágico.
─Admitiré que no pongo en duda que la pequeña Tamara lanzara la maldición asesina en contra de esa chica ─declaró el moreno con aburrimiento, ocupando el asiento frente al escritorio─. Pero será muy interesante la explicación de cómo escapó de la maldición.
─Tengo una teoría sobre ello ─dijo Darius con aire pensativo─. Los caleptos jugaron en nuestra contra y retuvieron la maldición asesina.
─¿Caleptos?
─Sí, unas cadenas especiales que anulan la magia de su portador ─explicó Darius con voz aburrida.
Voldemort enarcó una ceja─. ¿Anulan la magia? ─ se carcajeó sin ganas ─. Esos son juguetes muy delicados para ustedes, niños.
─Los caleptos probablemente estaban reteniendo una gran cantidad de magia cuando Tamara lanzó la maldición ─continuó Darius, haciendo caso omiso al comentario de su antecesor─. No se percató de la inestabilidad de las cadenas, ese fue su error.
─Un error que les hizo retroceder grandes pasos ─espetó Voldemort mirando fijamente a su nieto.
Darius miró en dirección al otro mago, y un duelo de miradas comenzó entre ambos. El rubio fue el primero en retirar la mirada con una sonrisa sardónica.
─Mañana se llevará a cabo la emboscada, tal y como acordamos no te preocupes.
─Ustedes son los interesados de que salga bien, no yo ─gruñó Voldemort fulminando a su descendiente con la mirada─. Ustedes son los que me necesitan en el ministerio.
─Y tú necesitas que nosotros logremos nuestro objetivo para dejarte el camino libre para que logres el tuyo ─canturreó burlón Darius─. Así que todo es por el bien de todos ─finalizó con una arrogante sonrisa.
─Ni siquiera están seguros de que ese objeto está allí ─espetó Voldemort─. O que aún sirva para abrir el portal.
─Todo indica que está allí, y no es un objeto cualquiera que deja de funcionar de un momento a otro. ─Darius miró divertido a su antecesor─. Y deberías de rogar que así sea, querido abuelo, o ¿Quieres que nos quedemos con el mundo mágico?
Voldemort fulminó con la mirada al rubio─. No vuelvan a cometer más estupideces.
Y sin querer escuchar ninguna réplica, el tenebroso mago se retiró de la estancia, dando un sonoro portazo.
Al verse solo nuevamente en su despacho, Darius dejó de sonreír, y su mirada se fijó nuevamente en el periódico que reposaba en su escritorio. Con parsimonia lo abrió para ver nuevamente el titular principal, dónde una vivaz castaña sonríe con satisfacción a la cámara, acompañada del ahora ex ministro de magia y del nuevo jefe de seguridad mágica.
─Eres más poderosa de lo que pensé, su Excelencia, lo admito me has sorprendido─susurró para sí mismo─. Aunque fue una gran estupidez retarnos de esa forma asumiendo el mando del ministerio.
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El comienzo de una nueva vida II
FanfictionLa venganza del Tridium se cierne en forma de guerra sobre el mundo mágico. Lord Voldemort ha regresado, dispuesto a hacerles pagar a todos su traición y esta vez, no admite una nueva derrota. Las desgracias no quieren dar tregua a nuestros personaj...