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No importaba cuándo ó dónde lo viera, Emilio Marcos era el alfa más guapo que ningún otro para Joaquín.

Incluso vestido de manera informal con un pantalón claro y una playera tipo polo, seguía siendo la representacion de todo un alfa. Y con la piel bronceada, la cara bien perfilada, ojos color chocolate, pelo rizado largo y labios gruesos, Emilio Narcos sería capaz de enloquecer a cualquiera, Joaquín lo sabía.

Antes de convertirse en productor y director, había sido actor. Cuándo era actor, Emilio era considerado un rompecorazones, para muchos seguía siéndolo.

Sabiendo que eran el centro de atención, Joaquín se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla.

— Hola Emilio. Me alegro de volver a verte — Habló Joaquín fingiendo.

— Lo mismo digo, cariño.

Joaquín tuvo que disimular su enojo al verlo ahí, en su territorio. Emilio sabía que le gustaba pasar el verano en los hampton, un lugar al que él no solía ir porque tenía mucho trabajo en California.

— Estoy seguro de que podemos hacer algo mejor — le susurró Emilio tomándolo entre sus brazos para besarlo.

Joaquín escuchó el clic de una camara e imaginó que Karol estaba tomándoles fotos con su celular

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Joaquín escuchó el clic de una camara e imaginó que Karol estaba tomándoles fotos con su celular. Y aunque quería apartarse, su omega y su voluntad no podían. Emilio se apartó, dejándolo mareado. ¡Y con todos mirando!

— Tenemos que hablar — le dijo Joaquín con las hormonas alborotadas.

En cuánto salieron de la carpa se giró hacía Emilio borrando la sonrisa falsa de sus labios.

— ¿Se puede saber porqué me has besado?

Emiloo sonrió y al ver el hoyito en su mejilla, Joaquín tuvo que apartar la mirada.

— Porque quería hacerlo. Ademas tú me has besado primero — contestó con tono arrogante.

— Sólo era un saludo amable.

— Y yo te lo he devuelto.

Joaquín dejó escapar un bufido de irritación, se estaba poniendo dificil, algo que hacía muy bien.

— ¿Qué estás haciendo aquí? Llegamos a un acuerdo: yo puedo vivir en los hampton...

— Mientras yo esté en California — terminó Emilio la frase por él —. Pero acabo de firmar un contrato en Nueva York y voy a estar por aquí durante un tiempo. Vamos a tener que compartir la casa.

Emilio sintió la tentación de volver a besarlo para borrar el gesto de sorpresa de su cara. Saber que lo había dejado sin palabras era satisfacción suficiente, pero si las miradas mataran él ya estaría muerto.

Intentando controlar todas las emociones que experimentaba siempre que estaba con Joaquín, le dijo:

— Claro que puedes marcharte cuándo quieras. Te aseguro que lo entendería.

Esa sugerencia lo enfadaría aún más porque sabía cuánto le gustaba a Joaquín pasar los veranos en los hampton. Esa era la razón por la que habían comprado la casa.

Pero si Joaquín pensaba que iba a permitir que durmiera con alguien más en su casa, estaba completamente equivocado.

— ¿Cómo te atreves?

Soltó Joaquín enfadado, su olor intensificándose, mientras se ponía rojo del enfado.

Emilio no pudo evitar una sonrisa. Una vez le habían encantado los retos que le lanzaba Joaquín, especialmente en la cama.

— Cuidado, hay gente mirando — le advirtió —. Tal vez sería mejor seguir fingiendo cómo antes con Karol.

Joaquín lo miró con lo que podría parecer una sonrisa amistosa, pero en realidad le estaba enseñando los colmillos.

Seguía siendo el omega más hermoso que había visto nunca. Él conocía a muchas y muchos omegas guapos, pero 5 años antes, cuándo Joaquín se presentó a un casting para una pelicula suya, supo que aquel omega podría robarle el corazón a cualquiera.

Dentro ó fuera de cámara, Joaquín Bondoni daba sentido a la expresion «Radiante».

— Enserio tenemos que hablar Emilio.

Emilio se encogió de hombros fingiendo desinterés. Joaquín lo había tenido comiendo en la palma de su mano una vez, eso no volvería a ocurrir.

Él sería el primero en admitir que aún le costaba aceptar que Joaquín empezara la separación, pero seguía siendo un alfa y si seguía mirando esos preciosos ojos mieles recordaría cosas que no quería recordar. Por ejemplo, cómo se oscurecian cuándo llegaba al orgasmo.

— No, no tenemos nada que hablar. Cuándo me dejaste lo dijiste todo. Y ahora, sino te importa, el partido está a punto de empezar.

Y después de eso se dió la vuelta dejándolo con la boca abierta.


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Joaquín apretó los dientes, estaba furioso, mientras salía de la finca 7 robles. Después del beso, sin duda los rumores sobre una posible reconciliación empezarían a circular de nuevo y eso ya era demasiado.

De modo que, fingiendo una gran jaqueca, subió a su Range Rover y tomó la carretera que lo llevaba hacía la casa.

Era una preciosa tarde de Julio, pero dudaba que Emilio supiera que le había estropeado el día. Seguramente lo había hecho a propósito y eso demostraba lo egoísta que era.

Emilio no había querido entenderlo nunca. No había entendido lo que le contó sobre el matrimonio de sus padres: ambiciosos por triunfar a toda costa en su trabajo. Esa misma dedicación a su trabajo los había aislado el uno del otro hasta que por fin se divorciaron.

Joaquín quería una relación diferente, pero al final había conseguido lo mismo.

Suspirando, admiró el precioso paisaje, lamentando tener que irse cuándo había llegado el día anterior. Sus añoradas vacaciones de verano se habían ido por la ventana... se preguntó entonces qué clase de proyecto tendría Emilio en Nueva York. Pero eso no era asunto suyo, se dijo.

Lo que Emilio hiciera con su vida ya no le importaba.

Lo que Emilio hiciera con su vida ya no le importaba

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Seguimos.........

Nos vemos AlbertXioW.

Still Mine // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora