Emilio Marcos era de los que nunca jugaban limpio, en especial cuándo se trataba de Joaquín, su ex omega.
Pero cuándo Joaquín se mudó al otro lado del país, lo persiguió, dispuesto a recuperar su amor... por todos los medios posibles.
Adaptación A...
Joaquín respiró profundamente y cerró los ojos cuándo lo dejó sobre el edredón. Lo tocaba por todas partes, con las manos y la boca, y después de acariciar sus pezones cómo sabía que le gustaba inclinó la cabeza para rozarlos con la lengua, metiendo una mano entre sus nalgas.
Emilio después se colocó entre ellas, apretando la cara contra ellas cómo si necesitara besarlo allí.
- Alfa...
Joaquín se apretó contra su boca y dejó escapar un gemido de placer al notar que hundía en él la lengua.
Las sensaciones eran tan intensas que sólo podía jadear y gemir antes de explotar en un orgasmo tan potente que llenó de lágrimas sus ojos.
- ¿Te gusta? - murmuró Emilio besando su cuello.
Incapaz de pronunciar palabra, Joaquín asintió con la cabeza. Un segundo después, Emilio se colocaba sobre él, separando sus piernas con la rodilla.
- ¿Estás seguro cariño? - murmuró con voz ronca.
Joaquín no había estado más seguro de nada en toda su vida.
- Sí alfa, sí estoy seguro.
Eso era todo lo que Emioio necesitaba escuchar.
Siguió mirándolo a los ojos mientras bajaba las caderas, su erección abriéndose paso entre el ano de Joaquín. Cuándo sus músculos internos lo apretaron, musitó su nombre con voz ronca. Había echado de menos aquello. Lo había echado de menos a él.
Quería cerrar los ojos para disfrutar de la sensación, pero los mantuvo abiertos mientras Joaquín levantaba las caderas para recibirlo.
Y cuándo se enterró en él hasta el fondo dejó escapar un grito ronco, el placer provocando convulsiones que lo recorrían de arriba a abajo. Pero siguió moviéndose con embestidas insistentes, sabiendo que Joaquín disfrutaba tanto cómo él.
- Alfa, por favor...
El anhelo en su voz revelaba lo que quería y Emilio se movió más rápido. Entendía su deseo porque era tan fiero cómo el suyo. Se movían al mismo ritmo y cuándo Joaquín enredó las piernas en su cintura la explosión los sacudió a los dos, el orgasmo ahogándolos de placer.
- iAlfa!
Aquello demostraba lo que ninguno de los dos había querido admitir hasta aquel momento.
Separados ó no, su relación no había terminado.
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Joaquín estaba tan agotado que no podía abrir los ojos. Era incapaz de moverse, su cuerpo aún íntimamente conectado con el de Emilio. Incluso podía sentir la humedad entre sus muslos...
Poco a poco, abrió los ojos y vió el rostro de Emilio a unos centímetros del suyo. Estaba dormido, pero no lo había soltado y tenía una pierna sobre las suyas. Era cómo si hubiera elegido deliberadamente esa postura para detectar si se movía.
Joaquín miró el reloj de la mesilla y vió que eran casi las 2, de modo que habían pasado las últimas 5 horas en la cama. Cerrando los ojos de nuevo pensó que nunca había experimentado algo así y tembló al recordar sus íntimas caricias...
No había hecho el amor con ningún otro desde su ruptura y ahora sabía porqué: su cuerpo no deseaba a ningún otro alfa, sólo a Emilio.
Sintió que el miembro de Emilip crecía dentro de él y cuándo levantó la cabeza se encontró con los ojos oscuros de su ex alfa. Se quedaron así mirándose mientras su miembro palpitaba dentro de él.
- Oh... dios mío - las palabras escaparon de su boca mientras sus músculos internos lo abrazaban.
Emilio se inclinó hacía adelante para besarlo, moviéndose al mismo ritmo que su lengua y Joaquín no podía dejar de gemir con cada embestida.
Emilio lo giró completamente sin salir de él, su trasero en el aire. Pasaron pocos segundos cuándo Joaquín sintió a Emilio moverse dentro de él de nuevo, mientras ahogaba sus gemidos contra la almohada.
Emilio se movía con una precisión que los llevaba a ambos a la perdición, una de sus manos se coló hacía el miembro de Joaquín y lo estimuló para más placer.
Unos minutos después Joaquín sintió un orgasmo tan profundo que lo hizo gritar, totalmente abrumado por la magnitud del placer. Emilio explotó mientras se hundía en él por última vez, Joaquín sintió cómo se derramaba en su interior con su nudo creciendo.
- Emilio...
Estaba temblando y siguió temblando incluso cuándo él buscó su boca para poder besarlo de nuevo.
Le succionó el labio inferior, mientras trataba de calmar el dolor del nudo.
Cuándo terminó salió de él y se quedaron frente a frente. Joaquín soltó un suspiro y antes de que pudiera decir algo Emilio lo volvió a besar.
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