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— Te deseó tanto Joaquín — soltó Emilio entre sus labios.

Habían llegado al balcón, Joaquín estaba aún entre los brazos de Emilio, robándole el aliento con sus labios. Era un beso fuerte, sus dientes chocaban, pero a ninguno de los dos le importaba.

Joaquín respondió con un gemido, separándose de Emilio sólo para que ambos pudieran ver el deseo en sus ojos.

Joaquín estaba sonrojado, sus ojos oscuros y brillantes enfocados en lo que deseaba, Emilio. Emilio se puso duro tan sólo de ver en ese estado a Joaquín, pero él no se quedaba atrás. Sus ojos también estaban oscuros, sus colmillos expandiéndose, sus ojos viajando entre el cuello y boca de Joaquín.

Habían hablado sobre enlazarse, Emilio quería morder a Joaquín, marcarlo y reclamarlo cómo suyo, pero debían ser sensatos y la verdad es que aún era jóvenes. Resistiendo el picor que sus colmillos le daban, volvió a besar a Joaquín, demostrándole cuánto lo deseaba.

El miembro de Emilio se tallaba entre las nalgas de Joaquín mientras ambos soltaban un gemido. La entrada de Joaquín estaba lista para él, Emilio le mordió el labio inferior y se introdujo en él al mismo tiempo.

Joaquín abrió la boca, pero no salió ningún sonido, Emilio soltó su labio y bajó dándole besos desde el mentón hasta su cuello. Respiró su olor y se empezó a mover fuerte, duro, cómo a ambos les gustaba.

Las manos de Joaquín recorriendo todo el cuerpo de Emilio mientras lo atrapaba con sus piernas cómo si se fuera a ir.

Joaquín apretó las piernas y Emilio soltó un gemido.

— Joder, cariño...

Lo halabó Emilio ante su movimiento, mientras seguía entrando y saliendo sin intención de parar.

Minutos después los ojos de Joaquín estaban rodeados de lágrimas de placer, su cabeza hacía atrás mientras Emilio simulaba mordidas.

— E-Emilio... — gimió Joaquín demostrando cuánto le gustaba lo que estaba haciendo.

Él continuó dando mordidas inocentes en su cuello, si aún no podía marcarlo permanentemente por lo menos dejaría marcas para que los otros alfas supieran que ese omega era suyo.

Joaquín reclamó su atención besándole la mejilla, Emilio volteó poniéndole toda su atención.

— Te amo.

Soltó Joaquín justo cuándo Emilio tocaba su punto de placer. Emilio sonrío mostrándole sus colmillos y volvió a besarlo fuertemente.

El cuerpo de Joaquín empezó a temblar entre sus brazos, anunciando su orgasmo. Emilio lo observó, cómo si admirara una obra de arte. Y eso era Joaquín ante sus ojos. Sin parar de moverse encontró su propia liberación.

Su nudo creciendo dentro de Joaquín mientras Emilio mordía levemente su cuello para terminar sus marcas hechas antes.

Salió de él sólo para llevarlo hacía la cama, Joaquín se acurrucó contra él susurrándole un «Te amo»  de nuevo, mientras lo atrapaba con sus piernas para después quedar ambos dormidos.

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Still Mine // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora