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El eco ruidoso de la música, más las luces de colores; aturdía a Sunoo, que ya estaba lo suficientemente pasado de copas como para delirar. Antes de venir a la fiesta, le había prometido a sus compañeros de grupo que se quedaría con ellos, que no se separaría ni un momento, ya que no conocía a nadie. ¿Entonces como es que llegó a este grado? Ni el mismo sabe la respuesta, ni siquiera la puede formular debido a su embriagado ser.

Caminaba por los pasillos que lo llevaban al baño-su objetivo a llegar-, sin embargo, sus pasos tambaleantes debido a su visión mareada y borrosa; se le hacía una tortura absoluta para él. Se agarraba de lo que podía, que en este caso, eran las paredes pálidas nadamás. Sus cabellos ya estaban despeinados y pegados a su frente debido al sudor frío que salía por los síntomas del alcohol.

Sus pasos se detuvieron al ver una silueta corpulenta a oscuras, ésta a un lado de la puerta del baño. Avanzó más a como pudo, sus ojos tratando de averiguar de quién era aquella silueta, así que, por su curiosidad; sus pasos fueron más rápidos, cada pisada que daba era una pista de su desvergonzada curiosidad por saber quién era aquella persona.

Así que, cuando ya estuvo lo suficientemente cerca, pudo visualizar como el hombre tenía un cigarrillo en sus dedos mientras el sujeto le daba una calada. No iba a retroceder, sus pies dieron paso tras paso, todo, hasta estar cerca del cuerpo.

—¡Hey, tú! —Gritó casi chillando, Sunoo.

El sujeto desvío su vista fija en la blanca pared y su mirada dio con Sunoo que se veía en un estado vergonzoso. El hombre, en cuanto lo vio, se sorprendió e inmediatamente tiró el cigarrillo y lo pisó con la suela de sus zapatos, tratando de que éste desapareciera. Su pulso creció al darse cuenta que, si Sunoo lo había visto fumar, estaba acabado. Su imagen de niño bien había acabado. Así que en un impulso de nervios, se abalanzó contra Sunoo y lo acorraló contra la fría pared.

Sunoo hizo una mueca de dolor, aunque esta no duró mucho al ver el rostro de la persona que más admiraba frente suyo; mirándolo con sentimientos mezclados, entre enojo y miedo. La mirada de Sunoo cambió a una de confusión.

«Entonces el que estaba fumado era...

¿Que tanto viste? —Preguntó el de cabellos negros—. Tu, lo viste, ¿Cierto?

Sunoo no sabía que decir, su lengua se enmudeció y su mente no podía captar del todo lo que había pasado. "¿Cómo he llegado hasta aquí?", Se preguntaba una y otra vez en su mente borracha.

Los ojos de Sunoo por fin conectaron con los de el contrario, y el pelirosa no pudo evitar ponerse tímido, estaban tan cerca que sentía sus mejillas arder en calor.

—Hee-heeseung Sunbaenim —Logró decir Sunoo, con dificultad—. Yo siento que...

Heeseung esperó por su respuesta, sus ojos viendo atentamente cada expresión que aparecía en el rostro del contrario. Su desesperación alcanzó su máximo cuando vio que Sunoo no tenía indicio de querer terminar su oración.

—¡Vamos, dime! —Heeseung dijo desesperado, tambaleando a Sunoo cómo muñeco de trapo. Queriendo que este ya hablara de una vez por todas.

No obstante, el resultado fue todo lo contrario.

—Yo quiero..., Yo quiero...

Los iris del mayor captaron como Sunoo se apoyó en su robusto hombro después de decir aquellas cortas palabras. Heeseung trató de apartarlo, pero este parecía tener más fuerza si estaba ebrio.

Los ojos de Heeseung se abrieron cómo plato al sentir cómo un líquido viscoso caía por su cara camisa. Sabía lo que era eso. Reunió todas sus fuerzas para empujar el cuerpo débil.

Sunoo cayó bruscamente en el piso frío. Lo que lo hizo parecer querer tomar conciencia, sin embargo, el alcohol hizo de las suyas y lo dejó aturdido en el suelo, mirando a su alrededor confundido.

Mientras tanto, Heeseung, veía con asco la mancha amarillenta que había ocasionado el vomito de Sunoo. Miró a Sunoo segundos después con desagrado, notando que el chico no estaba por completo en sus cinco sentidos.

—¿Estás seguro que lo que tomaste era alcohol? —Heeseung dijo tosco.

El pelirosa seguía sentado en el suelo, mirándolo fijamente.

Y Heeseung pareció compadecerse.

—Mierda, ahora que haré contigo.

🤍

Esto fue lo que pasó en la fiesta y el porqué de los rumores. 😁

RUMORS | HEESUN AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora