Heeseung es un idol de kpop con una carrera de más de cinco años. En todos esos años: ha sido caracterizado como un idol decente y sin problemas, nada de rumores de citas ni de actitudes problemáticas; simplemente es un ángel, como lo suelen llamar...
Los días siempre eran monótonos en la vida de Heeseung. Cada vez que despertaba daba con el aburrido techo de su cuarto y con el absoluto silencio, así fue cada día desde que debutó y sembró su lugar como artista. La rutina que llevaba era la misma, nunca cambió en los últimos cuatro años e, inevitablemente, Heeseung se sentía cansado. Era la madrugada y no podía pegar sus ojos y descansar para el siguiente día. Ese sentimiento persistía en él: el sentimiento del vacío y temor. Ya debía acostumbrarse a eso, pero no podía porque en el fondo deseaba que algún día eso cambiara.
Sus ojos ardían y se sentían pesados por el agotamiento y el insomnio. Pero no era fácil dormir en esos momentos, no cuando tenía tantas cosas en la mente por atender. Deseaba salir a tomar aire fresco para relajarse, sin embargo no podía aunque quisiera.
Habían días donde dormir era fácil, pero por el momento era algo imposible. Pensaba en todo lo que tiene y no tiene, hasta llegar a sentirse ambicioso por pensar en que no le faltaba nada. Pero no podía evadir por más que desea el echo de sentirse vacío al llegar de cualquier evento. Cuando estaba con sus fans sentía lo bueno de tener el apoyo y amor de ellos, pero al llegar a su departamento sentía que no había nada más. Era como si solo estuviera él solo, en una caja enorme con solo él dentro sin algún hueco por el cual respirar. Y lo único que quería era volver a estar en el escenario, «no importa si tengo que fingir», se decía en crisis, porque el sentimiento de estar solo lo estaba comiendo vivo.
Se sorprendió al ver hacia la gigante ventana de su departamento, ya que al ver que el cielo estaba aclarando se asustó. Tenía cosas que hacer ese día y no había descansado nada. De repente se preocupó al caer en cuenta que debido al insomnio: no iba a tener las suficientes energías para ensayar.
Al ver el reloj en la mesita de noche, cerró sus ojos con fuerza murmurando maldiciones hacia él mismo. No podía creer que había pasado toda una noche sin dormir otra vez.
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Al ver el mensaje se volvió a acostar con rudeza en la cama. No había dormido nada, eran casi las seis de la mañana y Seokmin era alguien muy puntal, así que Heeseung se sintió presionado, más porque ahora se sentía perezoso y con los ojos pesados, además del dolor de cabeza que lo estaba molestando desde hace unas horas.
Aunque después de lloriquear, le llamó la atención el mensaje de Sunoo, el cual agradecía por ayudarlo.
«No es como si hubiera hecho tanto».
Estaba indeciso en si dejarlo así y no darle respuesta, pero pensó en la última vez y en lo grosero que había sido al ser cortante con él.
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