RUMORS | HEESUN AU

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Heeseung siempre había temido a una cosa en especial: que su imagen sea manchada. Estaba tan seguro que no llegaría pronto el día dónde lleguen los problemas y los chismes sobre él, pues la empresa al ver el éxito de un día para otro en él, decidieron proteger su imagen a toda costa.

¿Qué si se había metido en varios problemas?

Sí.

Pero la empresa siempre iba y pagaba el dinero necesario para que la estrella quede limpia de cualquier rumor maligno. A Heeseung no le interesaba al inicio, pero con el tiempo, se había acostumbrado a tener la admiración de todos al dar la imágen de alguien lindo e ingenuo, eso era lo que la empresa quería dar a entender de su persona. Y para él poco a poco se fue convirtiendo en una conveniencia, y se sentía mal al engañar a las personas que lo apoyaban, pero al mismo tiempo se sentía seguro, al grado de que, si hablaban mal de él o intentaban manchar su integridad: se sentía tan inseguro y ansioso.

Temía perder la buena personalidad que había adoptado frente a las cámaras.

Es por eso que cuando Sunoo lo vio fumando, a pesar de ser algo sin importancia, se sintió presionado y nervioso al tener miedo.

Y aún más cuando el rumor de Sunoo y él se expandió. Afortunadamente Seokmin supo cómo controlarlo.

Por eso en esos instantes estaba acostado en la cama cubierto de pies a cabeza. Con el miedo y la angustia de que todos se enteren de su relación con Yujin. Con el chisme de Sunoo no fue tanto porque sabía que en cualquier momento lo podrían desmentir porque no era verdad.

Pero ahora aquel rumor sí era verdad.

El timbre de su celular sonó y sus manos se movieron temblorosas hacia el aparato que estaba en la mesita de noche, sacó solo su cabeza de la tela blanca y deslizó su pulgar para contestar a quien llamaba, llevándose el teléfono en su oreja.

—¿Cómo estás? —escuchó Heeseung. El tono de voz de Seokmin parecía preocupado a su perspectiva.

Heeseung se enrolló aún más en la delgada sábana, sosteniendo con más fuerza su celular mientras escondía su rostro en la cama. Tardó en contestar, sin embargo Seokmin no terminó la llamada, solo quedó entre el silencio y la intriga que lo inundaba debido a querer saber la respuesta de Heeseung.

—Bien... —contestó susurrante a fuerzas.

Seokmin que del otro lado se encontraba manejando, se acomodó mejor el auricular para escuchar bien a Heeseung porque el sonido que este emitía quería ser casi mudo.

—Ví la noticia. No te preocupes, solo es una simple nota de chismes, en unos días eso desaparecerá —dijo Seokmin tratando de animar al contrario, pero a los pocos segundos no veía respuesta positiva de Heeseung—. Iremos en la noche a la empresa, los dos, y hablaremos con el señor Cha, ¿te parece?

—Como sea —volvió a decir tajante.

Silencio es lo que había después de decir ello. Así, en el paso de ya cinco largos minutos, Seokmin decidió hablar:

—Te veo a las ocho entonces.

Heeseung sólo pudo escuchar el pitido diciendo que la llamada había finalizado. No hizo nada, solamente había quedado inmóvil. Tomó segundos para que pudiera volver en sí, así que bajó el celular de su oreja y lo dejó a un lado de la cama. Cubriéndose a cuerpo completo de nuevo.

Sin siquiera tener en cuenta en qué momento había caído en el sueño; Heeseung sólo pudo abrir los ojos por el timbre persiste de su departamento. Levantándose confundido, viendo al instante qué horas eran en su celular, también echando un vistazo a su historial de mensajes para tratar de suponer quién era la persona que llamaba en su casa en ese momento con insistencia.