𝕮𝚞𝚛𝚜𝚎𝚍 [Actualizándose sólo en Inkitt]

10. Érase la búsqueda de un oficio [*]

Aunque me hubiera ido a dormir temprano, nada más terminar de dormir a togas y terminar de devorar los restos de un repugnante slime verdoso, cuando hablo os ojos todavía está oscuro a mi alrededor. Me duele un poco la cabeza por mantener las raíces por demasiado tiempo, ya que el hecho de no gastar maná no significa que no se obtengan consecuencias. 

Anoche no me quedó otro remedio que dormir encima de Toga, debido a que su mano apresaba la mía y no soltaba de ninguna manera. ¿Podría haberle roto los dedos? Sí, pero eso lo volvería inútil. ¿Podría haberle pedido ayuda a Crimson? También, pero no puedo depender siempre de el para cosas tan insignificantes.

Parte de mi proceso de descanso lo escuché ronronear, y fui testigo de como su piel que al principio estaba hecha de carne, terminó volviéndose pelo. Es muy suave, agradable al tacto, y también ofrece un poco de calor, lo que me ayudó a quedarme a dormido en poco tiempo aunque nos encontremos en verano.

Ahora que estoy despierto, su mano ya no está agarrando la mía, sino que el muy cerdo la tiene gusto abierta contra uno de mis glúteos. Al ser consciente de ello estoy tentado a escupirle en la boca y quemarle el paladar por unas horas, pero no debo de hacerlo porque ya he dicho que la tortura física en personas como Toga es infructuoso. No quiero romperlo, sólo reeducarlo.

Necesito todas las herramientas posibles a mi alcance para obtener el mayor número de beneficios posibles.

―Este maldito gato... ―gruño, obligándole a quitarle la mano de ahí, pero a cambio obtengo un gruñido suyo quejumbroso y rasposo por lo que acabo de hacer―. ¿Pero qué...? ―Me quedo paralizado un momento al sentir que, más abajo, algo parece reaccionar al leve movimiento de mi cuerpo―. Joder, esto no deja de crecer... ¿Qué coño pasa contigo, gato?

Literalmente se le está poniendo dura, estando dormido, y sin siquiera yo haber hecho nada al respecto. Sé que a muchos hombres nos pasa eso, y es muy normal. Lo que no lo es tanto es que, en teoría, Toga debería de ser consciente que está en el campamento y no en el prostíbulo; y por lo tanto lo que hay encima de él no es una mujer.

Me escapo tan rápido como puedo, alejándome del felino, para encontrarme con Crimson aburrido mientras clava ramas afiladas contra una diana que ha dibujado en el árbol con alguna piedra. Todos son aciertos, incluso algunas ramas han atravesados otras, lo que lo hace bastante interesante y al mismo tiempo una lástima que no sea capaz de ser un invocador o un atacante de corta distancia. 

Al notarme, él sonríe.

―Buenos días, mi señor ―saluda en un tono amable como siempre―. ¿Desea que le acompañe en su baño, o prefiere que vigile a la bestia para que no haga estupideces?

―Creo que Toga tardará en levantarse, ya que el el vial me salió un poco fuerte en comparación a lo que tenía pensado ―explico con calma―. ¿Has dado una ronda? ―pregunto y asiente en silencio―. ¿Alguna novedad?