Capítulo 27

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¡Buenas buenas!

Disclaimer: los personajes no me pertenecen, pertenecen a Marvel/ Mr. Lee / y demás creadores de estos increíbles súper seres. Esta es solo una idea mía convertida en letras.

OBS.

*Los personajes pueden tener un cambio en sus formas de ser.

*Es un fanfiction, una historia que sale de mi cabeza con estos personajes que amo.

¡Gracias por leer y espero lo disfruten!

Capítulo 27

Tony despertó recostado sobre la fría mesada metálica del taller. Le dolía la espalda por la incómoda posición en la que permaneció toda la noche y los ojos aún estaban hinchados y rojos. Su nariz estaba roja, demasiado congestionada y era una molestia real.

Pero nada de eso dolía tanto como la sensación del corazón hecho pedazos en su pecho. Y lo peor de aquello era, que fue él mismo quien lo destrozó.

Y no sólo el suyo, también el de Steve.

Aun recordaba la mirada celeste totalmente dolida y decepcionada del hombre cuando este le preguntó mil veces si sucedía algo. Pero Tony no podía decirle nada sin ponerlo en peligro. Aún no sabía cómo Stane obtenía la información de lo que sucedía con él. Él no podía arriesgarse y perder Steve por ello.

Tony se rio. Una risa nerviosa y fuerte que nuevamente tras unos segundos se convirtió en llanto amargo.

Él ya había perdido a Steve.

Él lo había arruinado por completo. Sabía que en esta ocasión no habría vuelta atrás para él. Steve no se lo perdonaría como lo hizo anteriormente.

El fin de semana había llegado más rápido de lo que deseaba y Tony no soportaba la idea de no ir a visitar a Jarvis en su aniversario de muerte.

En nueve años de visitas anteriores, nunca se había encontrado con Steve. Siempre había tenido especial cuidado para no levantar sospechas, este año esperaba no sea la excepción. Normalmente Steve y su madre asistían en la mañana, de esa manera luego podían dedicar el día completo a sus quehaceres diarios.

— Friday. Infórmame sobre las visitas de la tumba de Jarvis.

El silencio fue su respuesta y quiso reír. Había olvidado que había apagado los comandos de Friday con la excusa de reparaciones y ese era el por qué se encerraba todas las noches con una botella de wiski en su habitación.

Ni cuando había perdido a Howard había sentido tanta soledad.

Con apatía se alistó en la tarde para salir a rendir sus respetos a aquel viejo amigo. Le dolía el cuerpo completo, como si lo hubieran molido a golpes. Desistió de la oferta de llamar a un chófer que le ofreció la recepcionista y tomó un vehículo particular tipo Uber para ir.

Desde aquella tarde no confiaba en los chóferes que podrían llevarlo. Prefería usar el sistema público antes de quedar de nuevo en una misma cabina que alguien que no conocía.

La sola idea lo aterraba por completo.

Cuando llegó al lugar, camino en silencio con el ramo de rosas que había conseguido al llegar.

Se sentó sobre el verde pasto y sintió la brisa mover sus cabellos. Observó la solitaria lápida y vio que No había otras flores aún, por lo que, eso decía que Steve y Sara no habían pasado por allí aún. Tony se removió inquieto y la ansiedad comenzó en él. Realmente no quería encontrarse con ellos. Así que soltó algunas palabras al viento y apoyo la frente en la lápida fría. Pidiendo fuerzas y sabiduría para vivir su vida de ahora en adelante.

Sweet DesireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora