16.El águila y la liebre

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Siento que un tsunami me mueve de un lado a otro, que estoy colgada cabeza abajo o aún peor, que están cortando mi cabeza con una motosierra.

No quiero abrir los ojos, pero el ruido que se escucha me alerta de que no estoy sola. Abro un ojo con lentitud y cuesta que pueda enfocar a la figura que está agachada tratando de sentarme.

Carter.

Su presencia me hace regalarle una sonrisa boba y él solo se agarra del puente de la nariz negando.

-¿Qué hiciste, Samirah?-trata de endulzar el tono de reproche, no lo logra.

-Uff, no me digas Samirah.

Me alza como una princesa y por inercia me cuelgo a él como un koala. Se tensa y me deja rápido en mi cama sentándose a mi lado.

-¿Tomaste algo?-pregunta agarrando mi mano.

De repente la vergüenza me corroe y no quiero decirle a este buen chico que hice desastres.

-Puedes confiar en mí.

Cuando lo miro solo veo sinceridad y preocupación genuina.

-Fume un porro o dos, creo...

Abre los ojos sorprendido y frunce el ceño.

-¿De dónde los sacaste? ¿Fue él, cierto? ¿Acaso te obligo ese imbecil?-rechina los dientes y el que lo haya llamado imbecil me da gracia.

-Mmmm

Entrecierra sus ojos y yo le sonrío como un angelito.

-Deja no quiero saber, solo quiero saber como estas tú.

-Bien.

Enarca una ceja hacia mí, el labio inferior amenaza con ponerse a temblar del llanto acumulado y sin tanta vuelta se acerca abrazandome con fuerza.

-Llora todo lo que quieras, cariño. Estoy aquí para ti, como tu compañero, amigo o lo que quieras, siempre.

Lloro más fuerte por ser tan bueno conmigo.

-Gr-acias.

Niega acariciando mi cabello.

-¿Quieres contarme?

Dudo pero terminó asintiendo, necesito liberarme un poco de lo que me ahoga.

Una hora después, Carter odia a mi familia profundamente, ama a mi abuelo y quiere ayudarme con los vómitos y pesadillas que me acechan de noche. Le expliqué todo de principio a fin, mi niñez, todo y sigue aquí. 

Puedo ver como trata de esconder en el fondo de sus ojos la pena, la lástima que me tiene. Es un buen amigo, ojalá sea una de esas amistades que haces en la universidad y se quedan para siempre en tu vida. Me gustaria que no sintiera pena por mi, aunque sé que despues de contarle todo esto, es inevitable que lo haga cambiar de opinión.

-¿Enserio te envía a clases de modales para mujeres? Eso es muy machista por su parte y anticuado.

-Es algo asi, como clases de "comportamiento adecuado para mujeres que serán esposas en un futuro y tendrán que ser plebeyas de sus maridos?"-digo y se ríe sin gracia.

-La asignatura con el nombre más largo que conozco.

Asiento riéndome junto a él. Está tratando de levantarme el ánimo y eso solo lo pone en la corta lista de mis personas favoritas.

-Tal vez pueda ayudarte con eso de los vómitos y la ansiedad.

-Yo no tengo ansiedad-digo más brusca de lo que pretendo.

INOCENTE TENTACION [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora