25.Deseos, decepciones y culpas

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Samirah

Puedo sentir como el corazón me galopa en el pecho a una velocidad alarmante.

-Se te está haciendo costumbre aparecer en mi cuarto sin mi permiso.

Velkan estira sus largas piernas en mi pequeño colchón, su mirada es ardiente, su rostro está serio y me quedo tonta viendo como el bulto se le marca en los pantalones. No se si es asi por naturaleza o está excitado, lo miro boquiabierta y se pasa la mano por encima sonriendome canalla.

Al instante me pongo nerviosa y trato de decir algo , en vano, porque solo salen balbuceos ridículos de mi boca.

-Ven aquí.

Se palmea los muslos, niego con testarudez y cuando hace amago a levantarse decido ir antes de que me arrastre. Dejo la mochila que cargaba en el suelo y camino dando pasos cortitos a propósito. Se impacienta tirando de mi mano haciendo que caiga encima suyo, con nuestros cuerpos pegados.

Me acomoda ambas piernas a cada lado de su cintura y quedamos cara a cara. Tal posición, me permite observar más de cerca sus rasgos iluminados por la palida luz de la luna entrando de lleno por la ventana. Su ceja está adornada por un piercing que tiene pinta de doler y lo rozo con mis dedos curiosa, arquea la ceja que estoy tocando y le tironeó un poco del pendiente para que le duela.

No hace ni una mueca, vuelvo a tirar y sigue sin inmutarse. La piel se estira junto con el metal del aro y ahora yo hago una mueca de impresión, asco.

-¿A la niña buena no le gustan los piercings?-pregunta echandome su aliento mentolado a la cara.

No, pero si como le quedan a él.

-Me da...impresion.

Su sonrisa crece y sus manos aprietan con fuerza mi cintura.

-A ver que tanta impresión te da esto-susurra con malicia y toma mi mano entre la suya.

Se lo que hará y dejo que guíe mi mano hasta el botón de sus jeans, con manos temblorosas comienzo a desprederlo de ellos y el muy arrogante se ríe.

-¿Emocionada?

-Callate..

Levanta las caderas ayudándome a bajar sus boxers, su miembro queda frente a mi y es la primera vez que lo veo sin apuros; es grande e impone mucho. Nunca había hecho esto, así que yo misma tomo su mano de nuevo para que me guíe.

-Muéstrame cómo hacerlo...

La cara me arde de pudor, pero sé que lo deseo. Deseo hacerlo y que lo disfrute.

Su mirada llamea ante mi petición y gruñe de una forma tan varonil que me remuevo en su regazo.

Con su ayuda lo tomo en mi mano y la rodeo con mis dedos. Su piel es suave y lo miro a los ojos en una silenciosa pregunta a la cual responde con un corto asentimiento. El aire y el momento se torna más íntimo de lo esperado, cuando con mi dedo delineo las líneas de las venas que se le marcan, rozando con mis dedos la suave piel que lo rodea. Nuestros ojos nunca dejan de verse, me siento como una niña descubriendo un tesoro y el simplemente me observa con una mirada que no logro reconocer en él, que no se que quiere decir, qué secretos guardara o que estara pensando. Mis caricias ingenuas van subiendo de nivel. Su respiración se acelera animándome a mover mi mano de arriba a abajo, despacio.

-Pareces haber descubierto alguna maravilla...-jadea cuando aprieto por su comentario burlón.

-¿Así?-pregunto con timidez.

-Mierda, mierda sí así y mírame-ordena con los dientes apretados.

Levanto la cabeza apenas, para verlo. Quedo prendida de sus ojos grises que me miran con ganas y lujuria. Su pelvis se eleva buscando mi toque y aumento la velocidad notando como sus músculos se tensan cuando paso la yema de mi dedo por la punta resbalosa e hinchada.

INOCENTE TENTACION [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora