35.Legado de sangre y destrucción

1.5K 108 5
                                    


Samirah

Abro los ojos con unas ganas inmensas de ir al baño, tengo la boca seca y apenas muevo mi cuerpo me siento adolorida hasta donde no creía que se podía. Vuelvo a tumbarme boca arriba mirando al techo, el brazo de Velkan se aferra con fuerza a mi cintura.

Suspiro sonrojándome mientras los recuerdos de anoche vienen a mi mente como flashes de alguna peli erótica. Literalmente deje de ser virgen por todos los lados posibles. Estaba nerviosa,si, pero no tanto como creí que estaría. Sabía que Velkan no me lastimaría de esa forma o haría algo que yo no quisiera, si le hubiese pedido que se detenga puedo decir con seguridad que lo habría hecho.

Las savanas estan revueltas en nuestros cuerpos desnudos entrelazados, hay olor a sexo en toda la habitacion y me inquieto queriendo ir al baño. Logro sacar su fuerte brazo de mi y corro como dios me trajo al mundo hacia el cuarto de baño.

Me lavo la cara, los dientes usando un poco de dentífrico en mi dedo y hago pis antes de salir del baño. Cuando regreso lo veo en la misma posición, su mano buscándome a su lado de la cama en sueños, me es inevitable no sonreír cual tonta enamorada, estoy segura que si pudiera verme rodaria los ojos, aunque sé que le gusta saber que lo amo. Sus ojos color tormenta anoche me pedían con desesperación que le diga en voz alta lo que tanto anhelaba escuchar por más que lo niegue.

No se si me ame o no, pero el hecho de que Velkan Vasile haya aceptado a tener una relación exclusiva, ya dice bastante. No es conformismo de mi parte, es simplemente que lo amo y le daré el tiempo necesario para que se sincere conmigo y me confiese sus sentimientos hacia mi. No es hombre de palabras y mucho menos de admitir que es un ser humano con sentimientos. Puedo entenderlo y esperarlo hasta cierto tiempo.

Solo espero no estar haciéndome ideas equivocadas.

Lo miro embobada apreciando como los primeros rayos del sol iluminan su hermoso cuerpo, el tatuaje del águila brilla en su cuello, las caderas estrechas y espalda ancha hacen que comience a babear en instantes.

El rumano es el tipo de chico al que no me detendría a mirar por mucho tiempo y al que mis padres no aprobarían por más riquezas que posea. Su sola presencia en un lugar ocupa demasiado espacio, se hace sentir y ver, sin necesidad de hacer nada porque ya por sí mismo llama demasiado la atención con sus casi dos metros de puro músculo y aura intimidante.

Es la clase de chico que mis padres me dirían que me aleje, la clase de chico por el cual no debería sentirme atraída...pero aquí estamos. Su belleza tan perfecta casi demoníaca me atrapó desde el segundo uno en que choque con él aquel día en la biblioteca.

La oscuridad y misterio que lo envuelven me mantienen cautivada, porque soy totalmente consciente que sus preciosos ojos esconden secretos tan tormentosos como el gris plata de sus iris.

Se remueve en el momento justo que me vuelvo a meter en la cama.

-¿Dónde demonios estabas?-gruñe tirando de mí hacia su cuerpo.

-No se si sabias pero tengo necesidades básicas como ir al ba...-me interrumpe al subirse encima mio con ojos de depredador.

-Si no te callo, ya ibas a empezar a soltar tu vomito verbal.

-Idiota.

Su boca se funde con la mía en un beso matutino que incluye lengua y manoseo caliente. La puerta suena con tres toques fuertes haciéndome saltar y refunfuñar a Velkan quien rueda y esconde su cara en el hueco de mi hombro.

-¡Pase!

La puerta se abre y Kathe aparece pálida como una hoja con los labios fruncidos como cuando algo no le agrada, me mira en silencio desde el umbral. Le arqueo una ceja esperando que diga algo, se limita a negar y fijándose que solo pueda verla yo levanta el celular mostrándome un mensaje donde mi madre enfurecida le pregunta dónde carajos me meti y que está en la residencia esperando por mi.

INOCENTE TENTACION [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora