Tú eres lo que necesito

Capítulo 8

Julián, mi primer amor, mi Julián. Está ahí. Y más guapo que nunca. Se ha cortado el pelo, ahora lo debe de llevar por los hombros y lleva una coleta baja. Lo sigue teniendo de ese rubio impecable y con un poco de barba. Lleva una camiseta blanca y puedo ver todos y cada uno de los tatuajes que tiene en sus brazos, incluso en el que pone la A de Alexandra, mi nombre, rodeado de espinas formando un corazón y una llave al lado. Joder... que recuerdos. Yo tenía 17 años y él 19. Recuerdo el día que me llamó para decirme que tenía algo que enseñarme. Me decía que era una prueba de amor. Un amor que nunca moriría que sabía que yo era su chica y que eso nunca cambiaría. Pero cambió. 

Al verlo me he quedado parada y he soltado la mano de Rai. Rai me mira y yo miro Julián, no le saco la mirada de encima. Él aun no me ha visto. Nadie de la mesa nos ha visto. ¡¿Por qué?! Justo ahora, justo en este momento. Toda la rabia, el dolor y el amor que tenía escondidos han salido a la luz, le odio y le quiero a la vez.

-  Rai, tengo que ir al baño- Tengo que salir de ahí, no puedo verle, no quiero tocarle. Tan solo su aroma conseguirían volverme loca. No puedo.

-  Alex, Alex... espera cielo- Marta se ha dado cuenta de mi huida y viene tras de mi. Y oigo como le dice a Rai que se siente y echa a correr. Yo corro más rápido aun. La gente de las mesas de alrededor me miran. Me da igual, solo quiero salir de ahí. Solo me apetece ir a buscar a Daniela e irme al pueblo con mi abuela. Ahí me siento segura.

Cuando llego al baño creo que voy a morir. El corazón me va a mil y me ahogo. No puede ser. Tantos años sin verle sabiendo solo de él lo poco que contaba Marta. No puede ser. Ha sido verle y sentir mi corazón latir mas fuerte que nunca. Le amé tanto. Por encima hasta de Iván. Es cruel que lo diga. Pero Julián fue y siempre será mi primer amor, esos que nunca se olvidan. Esa clase de amor que nunca muere que siempre permanece. Tantos sentimientos y tantas emociones han vuelto que no puedo con mi alma. Había soñado tantas veces con el día que lo volvería a ver y era mágico. Soñaba con él viniendo a buscarme diciéndome que me amaba que nunca me había olvidado que seguía siendo su chica y luego me besaba y era todo maravilloso. En cambio ha vuelto y está ahí sentado como si nada, sin una pizca de intención de avisarme de que llegaba, que ahí estaría. Cuanto tiempo lleva aquí y no me ha dicho nada. ¿Por qué? Y encima tenía que ser ahora, justo ahora que estoy rehaciendo mi vida. Recé tanto para que viniera a verme tras la muerte de Iván y me dijera que ya no estaría nunca más sola y que él me cuidaría. Quería a Iván, mucho. Pero lo de Julián era mágico. Fue... irremplazable. Me ahogo y solo tengo ganas de llorar. Son muchas las lágrimas que brotan de mis ojos y caen por mis mejillas. Me miro al espejo. Intento pensar. No sé que hacer. Solo quiero huir.Cuando Marta entra ni me preocupo en disimular mi enfado, mi frustración y mi tristeza. Todo esto es culpa suya. Ella seguro que sabía la llegada de su hermano y no me ha dicho nada. Ella me presentó a Rai y ella lo ha provocado todo. La odio, ahora mismo la odio. Me pregunta que me pasa, me intenta abrazar y yo solo tengo ganas de gritarle.

- Marta, eres imbécil. ¿Por qué no me has dicho nada? ¿Por qué está tu hermano aquí? ¿Por qué hoy?- Le estoy gritando demasiado. No soy dueña de mis actos. Doy vueltas por todo el baño. Incluso me he encendido un cigarrillo aun estando prohibido - Y lo traes hoy. Hoy que acaba de decirme Rai de salir enserio. Hoy... Marta no puedo, no quiero estar aquí. Me voy.

- Espera Alex, por favor. No, no tenia ni idea de que... joder ¿Por qué no me lo contaste? ¿Con Rai? No quiero que salgas con Rai.- Genial, esto es surrealista, ella me lo presenta y ahora ¿ no quiere que salga con él? ¡Qué te den Marta! - ¿Aún le quieres? Pensé que ya le habías olvidado... Empezaste con Iván y tuviste una hija. Se que el primer amor nunca se olvida pero... yo que sabía.