Capítulo 15

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Por la mañana suena mi móvil y me despierta. Me despierto tan de golpe que me cuesta asimilar donde estoy y todo lo que ha pasado estos últimos días. Abro los ojos, reacciono, cojo el móvil, lo miro. Es Julián quien me llama. Lo cojo sin darle mucha importancia. Aun sigo un poco traspuesta y creo que no soy del todo consciente de quien me llama.

- Nena, todo se va a la mierda, pero si no te llamaba no podría encontrar esa respuesta...- me dice sin darme tiempo ni a saludarle.

- ¿ De qué hablas Julián?- escucharle me ha despertado de golpe. Ahora ya soy consciente de todo, de lo que hablé con mi abuela y de todas las conclusiones que saqué. Quiero a Julián y lo quiero en mi vida.

-  Que llevo dos horas dando vueltas por el pueblo, y no consigo encontrar la calle de tus abuelos.- me levanto de golpe de la cama, sonrío, como una niña pequeña, doy un salto y me pongo de pie y voy hacía la ventana corriendo y miro... esto no puede estar pasando, parece sacado de una película de amor.

-  ¿ En serio? ¿Me lo dices en serio?- le pregunto. No me lo puedo creer.

-  Claro nena, sabes que nunca te mentiría.- lo sé, Julián jamás me ha engañado, jamás me ha dado una falsa esperanza y siempre fue claro en su despedida aquel verano cuando yo tenía 18 años. "Me voy a perseguir mis sueños aunque se que es a ti a quien necesito".

Le doy indicaciones de como llegar y cuelgo. Abro la ventana y grito llamando a mi abuela. Son las 10 de la mañana y Daniela está en el patio de atrás ayudando a mi abuela a plantar unas flores. Las veo por la ventana. Estoy eufórica, emocionada.

- ¡Abuela!- grito. La veo girarse y mirarme. Tengo una sonrisa de oreja a oreja. Lo ve sonríe. - Ha venido Julián.

- Me alegro pequeña, venga ponte guapa y diviértete. Que Dani y yo tenemos faena.- Luego acaricia la cabeza de mi hija y le dice algo que no oigo.

Cierro la ventana y me pongo a rebuscar en la maleta. Mierda, no me he traído nada de ropa bonita. Y después de sacarlo y meterlo todo como que 5 veces, decido ponerme un tejano oscuro de pitillo, con las convers negras, una camiseta blanca y encima un jersey de lana marrón claro de cuello vuelto. Me miro al espejo, me hago una coleta de caballo y me pongo un poco de rímel. 

Frente al espejo aunque me veo echa un desastre desprendo tanta felicidad que eso ya me vale. No puedo dejar de sonreír, es como un sueño. Bajo corriendo las escaleras hasta el piso de abajo y voy a la cocina a tomarme un vaso de leche con colacao. Luego me lavo los dientes y salgo fuera a ver a mi abuela y a mi niña. Daniela que me ha oído por la ventana me pregunta por Julián. Ella también sonríe al saber que va a venir. Si, si, Julián es lo que quiero en mi vida, es lo que necesitamos.Voy al porche de delante a sentarme en la hamaca tapada con una manta mientras espero. Me va a dar algo. ¿Por qué tarda tanto? Me asomo un par de veces a la carretera, pero nada.

Media hora después veo su coche aparcar delante de casa de mis abuelos. Sale del coche, le miro desde el otro lado de la cerca. Me mira. Me muerdo el labio. Las piernas me tiemblan, quiero salir corriendo hacía él pero ahora me que he quedado inmóvil. Mi Julián. Mi primer amor, está aquí. Ha venido a por a mi.

Él corre hacía mi y yo sin darme tiempo a pensar, como si fuera todo automático también corro hacía él. Pensaba que nunca me pasaría a mi esto. Pero me está pasando. Me siento como una niña. Tengo las mariposas revoloteando por todo mi cuerpo y mi corazón late a mil por hora, es como si tuviera 16 años y él me fuera a dar aquel primer beso que tanto esperaba. Llegamos el uno junto al otro y solo nos besamos. Nos fundimos en un cálido beso que no quiero que acabe nunca. Su lengua me sabe a recuerdo que no quiero nunca olvidar. Me coge la cara con sus dos fuertes manos y me aparta un poco de él.

Tú eres lo que necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora