¿Somos.... Magos?

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-Jazmine... Jazmine...Oye despierta.- decía Harry a mi oído fastidiando como un mosquito a las dos de la mañana cuando debería de estar durmiendo muy cómodamente.

-¿Que quieres Harry? - contesto cubriendome con las sábanas.

-Nos ha llegado correspondencia - me muestra la carta que tenía en sus manos.

Miró la carta con curiosidad. Parecía una carta normal pero me llamó la atención la estampilla que tenía para que no se salga el contenido de ella. Era una estampilla roja con un escudo, el escudo tenía cuatro divisiones: uno de un león, un cuervo, un tejón y una serpiente.

-¿Sabes quién la ha dejado?

-No

Nuestra conversación se vio tumbada por nuestro insoportable primo Dudley.

-¡Ya despierten que tenemos que ir al zoológico! - salto en las escaleras haciendo que un poco de polvo cayera sobre nosotros.

-Ah y por cierto- Harry me mira -Feliz cumpleaños hermana - sonrió y me dió un pequeño abrazo.

Sonreí levemente -Feliz cumpleaños hermanito- le seguí el abrazo.

-¡Dense prisa niños!- grito mi tío vernon desde la sala.

-¡Ya vamos!- grito Harry para que nos pudiera oír.

-Ya vamos, o si no el tío Vernon se enojara y nos dejara sin comer de nuevo- le pasó los lentes a Harry y él se los pone.

-Tienes razón vamos- sonrió y salimos de la alacena en la que vivíamos.

Si... vivíamos debajo de la alacena.... Fantásticos tíos que tenía. Ellos y nuestro primo Dudley nos hacían la vida imposible.

-Preparen el desayuno si es que saben cocinar- dijo la tía petunia haciéndonos espacio en la cocina para pasar y Harry y yo la miramos mal.

-Mi muchacho- dice el tío Vernon mirando a Dudley. -Hoy es tu cumpleaños- sonríe.

Dudley mira el regalo que tenían para el. -¿Cuántos son? - mira a su padre.

-Son 66 pares de calcetines. Contaditos- sonrió y miró a Dudley.

-¡El año pasado fueron 67! ¡¿Por qué ahora menos?! -Mis tíos se miraron entre sí tratando de consolar a Dudley que hacía un desastre la sala haciendo su berrinche.

A pesar de tener 11 Dudley seguía siendo el ejemplo de un niño mimado que sus padres lo sobreprotejen.

Harry y yo viendo la escena giramos los ojos. -al menos a él le regalan algo- dijo Harry mientras sacaba el tocino de la sartén.

-Tienes razón- digo mientras hago los huevos para la tía petunia, el tío vernon y Dudley.

Terminamos de hacer el desayuno y ambos pusimos la comida en los platos y se los servimos.

Los tres terminan de comer y me mandaron a limpiar la mesa y a Harry le tocaba limpiar los platos.

-¡Vámonos niños!- dijo el tío vernos saliendo de la casa.

Mira a Harry y el asintió levemente y ambos salimos.

-Suban- la tía petunia y Dudley suben al auto y Harry y yo copiamos esa acción pero fuimos detenidos por la gran mano del tío vernon. -Ustedes dos- nos señaló. -No quiero cosas extrañas. Si hacen algo los dejo sin comer por una semana completa.

Ambos asentimos levemente mientras nos subíamos al auto.

Nos fuimos al zoológico.

Harry y yo veíamos con atención a los animales cuando vimos a uno que nos llamó la atención. Una serpiente enorme.

Destino *Adrián Pucey* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora