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—¡Esto es una falta de respeto! —Grito Turner —Ese paciente es realmente peligroso y usted entra al lugar como si fuese su puta casa —Me moleste así que lo enfrente.

—No es mi culpa que su servicio sea tan impuntual que no capten la hora en que tengo que atender a mi paciente —Dije, él pensaba hablar pero lo interrumpí —Usted mismo dijo que él era un caso perdido y yo dije que pensaba ayudarlo por una cantidad de tiempo y no pienso desperdiciarlo —Mencione y él me miro fijamente.

—Tonterías —Esculpió —Lo dejaré pasar pero es la primera y última vez que usted entra a esa habitación sin ser llevaba por alguno de los enfermeros —Asentí.

—Bien —Dije sin más para luego irme pero Turner me detuvo.

—Señorita Lee —Lo mire —Tenga cuidado con él, enserió no es de fiar —Asentí como si le fuese hacer caso después de lo que me conto Cinco.

Salí de la oficina y comencé a caminar hacía la salida pero mis caderas me dolían un poco y me impedían caminar como normalmente lo hacía, pase por la entrada pero en eso Michael llego y me detuvo.

—¿Qué quieres? —Dije ya cansada de él.

—¿Te acostaste con él? —Pregunto y yo lo mire con indignación.

—Claro que no —Deje en claro —Eso seria una falta de profesionalismo de mi parte y yo jamás sentiría la mínima atracción por una persona con ese tipo de estado mental. Solo hago mi trabajo —Él me miro, trataba de intimidarme pero yo estaba firme ante la situación —Me ofende tu teoría.

—Perdón, solo que él me dijo algo, es un maldito manipulador —Acarició el puente de su nariz —Se mete a tu cabeza en tu punto débil y pierdas la locura como él, es un maniático —Asentí.

—Dejando el tema —Me miro —Quiero decirte que acepto la salida —Él sonrió.

—¿Enserio? —Pregunto y yo asentí —Por fin dejaste de hacerte la del rogar —Dijo feliz y yo suspire, tratando de mantener la calma.

—Si, nos vemos el Viernes en tu casa ¿Te parece? —Él sonrió burlón.

—La primera cita y ya en mi casa —Dijo burlón y yo sonreí coqueta.

—Si no te parece podemos ir a otro lado —Negó.

—No, el Viernes en mi casa esta bien —Asentí, bese su mejilla y me fui de ese lugar para luego limpiarme los labios.

Idiota.

Cinco Hargreeves

Caminaba hacía el frente cada que la fila se movía, estábamos formados para que nos den de comer y León justo estaba atrás mío.

—¿Cómo te fue? —Pregunto burlón.

—De maravilla —Susurre y el rio.

—Oh amigo —Se notaba su emocion.

—Ahora dime —Lo mire de reojo —¿Qué quieres? —Pregunte.

—Lo he estado pensando desde que desperté y se lo que te traes con tu psicóloga —Rodee los ojos —Se que planeas salir de aquí y quiero estar en el plan —Tense mi mandíbula.

—Bien, como sea —Dije y él salto.

Pronto llego nuestro turno, nos sirvieron una mierda de comida y nos dirigimos hacía una mesa vacía para comenzar a comer. Todos aquí no paraban de mirarme con miedo, como si fuese a perder mi tiempo con ellos, comenzamos a comer en silencio aunque León no dejaba de ser un asqueroso y preguntaba cosas sobre el sexo que había tenido con T/n.

Por respeto a ella obviamente no le dije nada y trataba de callarlo pero pronto llego la hora del salir al patio. Pensaba volver a mi habitación pero en eso el enfermero me nombró.

—Hargreeves, puedes salir —Confundido me acerque a el enfermero.

—¿Qué? —Dije confundido.

—Turner hablo con tu psicóloga, están viendo cambios y te otorgaron salir con los demás —Trate de ocultar mi sonrisa pero T/n había hecho eso por mi y me hacía sentirme extasiado de felicidad —Pero eso si —Me apunto —Si haces algo vuelves a tu celda —Levante las manos inocentemente y salí con los demás.

Me sentí libre al sentir como el aire choco contra mi rostro y los rayos del sol contra mi, era fascinante. Me acerque a León el cual no dudo en cuestionar y yo solo le conté un poco. Me sentía increíble aquí afuera, por fin respirando un aire diferente al que hay en mi habitación.

Pensaba en T/n y en las millones de fantasías que podía tener con ella y no solo sexuales si no lindas, románticas y clichés. Tan solo estar ella lo hacía ver tan hermoso, como si ella fuese el mismo paraíso.

Al terminar de estar en el patio teníamos que ducharnos, todos nos dirigimos a las duchas y yo platicaba con León mientras que se desocupaban las duchas y al llegar nuestro turno León el asqueroso volvió. Alagaba mi miembro y los demás a mi alrededor miraban de vez en cuando hacía abajo pero yo solo me bañaba.

El agua era increíble, me sentía fresco y alguien nuevo cada vez que me bañaba, me hacía sentir mi yo de antes, esa persona que no logro completar su misión y por tonto lo encerraron en este lugar de mierda. Golpee la pared.

—Hargreeves.

Mire de reojo y me di cuenta de que ya nadie se encontraba en las duchas, más que yo y el idiota de Michael.

—¿Qué quieres? —Pregunte girándome para verlo mientras que tomaba una toalla para cubrirme.

—Lo mismo de siempre —Me alejé de él para poder dirigirme hacía mi ropa.

—No lo haré —Dije firme —¿Cuándo entenderás que ella me quiere a mi? —Le pregunte mientras que me vestía.

—¿Tú cuándo entenderás que eres más que un lunático que esta obsesionado con ella? —Reí —Ella me prefiere a mi —Rodee los ojos —¿No me crees? —No le respondí —Bien, escucha —Mire de reojo como saco su celular y de la nada comenzó a escucharse un audio.

Yo jamás sentiría la mínima atracción por una persona con ese tipo de estado mental. Solo hago mi trabajo

—¿T/n? —Dije confundido, me levante y me acerque a Michael pero él se alejo.

—Eso no es todo —Busco y en eso puso otro audio.

Dios Michael, si, por favor sigue

Era su voz, la de T/n, su voz era única e irremplazable así que lo capte inmediatamente.

—¿Sigues creyendo que ella te prefiere? —Apreté los puños —Acéptalo, tu solo eres un maldito loco.

—Dime loco otra vez, a ver si te atreves —Él sonrió.

—Loco.

Inmediatamente me lance a él y comencé a golpearlo, él intento golpearme pero yo estaba tan furioso que no tenía ni oportunidad. Inmediatamente sentí como alguien me jaló, eran otros enfermeros, intenté zafarme y seguir golpeándolo pero no me lo permitían.

—Idiota —Michael se levanto, escupiendo sangre en el suelo para luego darme un puñetazo.

—Es contra la ley golpear a un paciente —Dije sonriendo.

—La ley —Se acerco a la puerta —Me la paso por los huevos —La cerró y de la nada seis o mas enfermeros comenzaron a golpearme como si fuese un saco de boxeo.

Los odio

𝐌𝐲 𝐃𝐚𝐫𝐥𝐢𝐧𝐠 © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora