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Besaba sus labios sin poder tener control sobre mi, no podía parar de tomar su rostro y seguir besándola, comenzaba a volverse adictivo. La monte encima mío, todo estaba saliendo mucho mejor de lo que esperaba. En realidad esperaba una bofetada o algo más pero ella disfruta esto tanto como yo. Adentré una de mis manos por la falda negra que llevaba encima, acaricié su trasero, sintiendo como su piel comenzaba a erizarse. Sus manos recorrieron mi cuerpo, acariciándolo con nervios mientras que ambos seguíamos besándonos, no sabíamos en que momento podría faltarnos el aire pero no queríamos separarnos.

Deje su trasero para esta vez quitar si camiseta de botones, comenzaba a estorbar la ropa así que no paso mucho como para que ambos nos encontráramos casi desnudos —Cinco —Jadeo y yo me sentí más que bien al escuchar eso —Por favor —Suplico comenzando a mover sus caderas de adelanté hacía atrás.

Esta vez estaba volviéndome loco, sus palabras tan suaves y excitantes me hacían perder la cordura que trataba de conservar, quería volver a escucharlo, volver a escuchar una suplica. Solo una más.

—Dilo de nuevo —Ordene mirándola fijamente.

—Por favor Cinco, por favor hazlo ya —Gimoteo y eso me basto para colocarla sobre la cama y arrancarle la poca ropa que llevaba encima.

Al estar desnudos no dude en penetrarla, era tan estrecha y tan jodidamente caliente que no quería parar nunca más. Las embestidas eran rápidas y duras, tanto que sus gritos eran tan fuertes que agradecía estar en una celda que no permita escucharse por fuera. Su cuerpo encajaba tan perfectamente con el mío que tenía la sensación de que era la persona correcta para estar a mi lado.

—Dios mío, Cinco —Gimió mientras que besaba mi cuello y yo acariciaba su cuerpo mientras que seguía follandola y otorgándole el mejor placer posible para que entienda tan perfectamente como yo que somos el uno al otro.

—Eres mía —Susurre —Carajo, eres mía y asesinare a cualquier que este cerca tuyo —Ella sonrió y me beso.

Cada vez saltaba más rápido sobre mi que sentía que podría partirme en cualquier momento, la vista era realmente fascinante, sus manos sobre mi abdomen, acariciándolo mientras que tenía la cabeza hacía atrás y seguía gimiendo al igual que sus senos brincando al ritmo de ella. Me era inevitable no expresarle el placer que me otorgaba así que gemía, gruñía y daba señales para que siguiera y nunca se detuviera.

Su cabello nos cubrió justo cuando se agacho para besarme, tras una embestidas más logramos llegar al clímax. Mi cuerpo se tenso un momento pero luego sentí como el mismo se relajó por completo, como si hubiese dejado salir una gran carga que llevaba encima.

Nos tranquilizamos un momento hasta que comenzamos a escuchar un alboroto, inmediatamente nos levantamos y comenzamos a vestirnos para luego tomar nuestro asiento y conversación de siempre hasta que abrieron la puerta.

Varios enfermeros se encontraban en la puerta al igual que Turner —Señorita Lee, se puede saber —Pauso un poco —¿¡Qué hace aquí!? —Pregunto histérico y yo solo me deje caer en mi asiento mientras que T/n se giraba para verlo.

—¿Qué más? —Pregunto irónica —Dando la sesión de cada día —Dice firme y me hace sonreír mentalmente.

—¿Cómo entro aquí? —Comenzó a acercarse.

Ella se levanto pero vi como se sostuvo de la mesa por que sus piernas tambalearon —Como siempre —Dijo.

—¡Mentira! —La apunto y me puse alerta, no dejaría que le haga daño —Michael ni los otros enfermeros la trajeron —Explicó.

—Pues cuando llegue no se encontraban y yo no pensaba dejar esperando a mi paciente —Turner suspiro cansado.

—Hablaremos en mi oficina Señorita Lee —Dijo firme —No pienso soltar nada frente a un paciente —Me miro y luego dio la vuelta —Sígame.

T/n me miro de reojo y yo solo asentí a lo cual ella tratando de caminar normal se dirigió hacía Turner, los enfermeros me miraron pero se fueron menos uno. 

Michael

Señale la cama la cual estaba completamente destendida y eso podría no significar nada pero yo no suelo destenderla. Sonreí victorioso y él solo apretó sus puños para luego cerrar la puerta e irse. Me reí por unos momentos pero luego me detuve y me dirigí hacía la cama.

Había tenido sexo con ella y fue realmente inolvidable, lo mejor del mundo.

Realmente me encantaba y juro por mi madre, lo más valioso que tengo, pienso protegerla absolutamente de cualquier mal para que ella no salga herida. Yo realmente la amo y no quiero perderla.

𝐌𝐲 𝐃𝐚𝐫𝐥𝐢𝐧𝐠 © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora