7 (Editado)

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VII - Realidad


«Lo esencial es invisible a los ojos»
- Antoine de Saint-Exupery


Kibum buscaba sus papeles. Esto de no estar siendo ordenado le complicaba un poco las cosas justo ahora que debía ir a la facultad a su primera clase. Amber había prometido venir a buscarlo y ya estaba haciéndose tarde.

Con ella llevaba varios días haciendo los trámites justo luego de arreglarse con Minho. La chica resultó ser divertida y una muy buena compañía.

—Ten.

Jonghyun había aparecido de la nada, como siempre, alcanzándole sus papeles.

—Gracias —sonrió Kibum—. Debería hacer orden en este cuarto.

Algo de orden —corrigió Jonghyun devolviéndole la sonrisa—. Tampoco está tan desordenado.

—No encontraba estos documentos...

—Los tenía yo —agregó Jonghyun con tono divertido—. Quería ver hasta qué punto te ponías histérico —dijo como si fuera la cosa más entretenida del mundo—. Pero bien, no empezaste a gritar ni nada de eso.

—Ja, ja, ja.

Kibum agradecía de corazón que Jonghyun lo estuviera ayudando a superar su TOC durante estos días, pero era demasiado salir de la ducha y encontrar toda su ropa desordenada o todos sus libros tirados.

Aunque al fin de cuentas, servía. Admitía que estaba tan cansado de ordenarlos, que solo se preocupaba de que estuviera en sus estantes, ordenados «ordinariamente», sin ninguna clasificación o algo así. También había dejado esa locura de no pisar las líneas de las baldosas o de contar todo minuciosamente, hábitos obsesivos que Jonghyun le quitó quién sabe cómo. Tal vez tomando su mano cada vez que Kibum dudaba sobre qué hacer.

Decía que era todo por Kibum mismo, pero este no terminaba de creerle. ¿Cómo sería todo obra de Kibum por sí solo si en estos diez años había luchado sin muchos resultados buenos? Sabía que ese ser tenía mucho que ver, solo que no tenía manera de probarlo.

—Suerte —dijo Jonghyun tomándole la mano—. Con esto, los malos espíritus no se te van a acercar, al menos no demasiado —dijo poniéndole un sencillo anillo que tenía grabado una cruz y algunas palabras raras—. Es un pequeño rezo, está en hebreo.

—Gracias... —Tomó la mano de Jonghyun fuerte, juntando valentía para acercarse y darle un pequeño beso en la mejilla—. Muchas gracias por todo lo que haces por mí...

—No es nada. No te lo di antes porque debía ser bendecido —explicó sin soltarle la mano, fingiendo ver el anillo—. Esto no es muy poderoso, pero espero que pueda hacer que tengas clases tranquilo. Va a salir todo bien...

Sintieron el timbre y supieron que era Amber. Kibum soltó despacio la mano de Jonghyun, casi sonrojándose al darse cuenta de que realmente le gustaba el contacto. Llevaba días sintiéndolo.

Tomó su mochila y guardó las últimas cosas.

—Estaré cerca si me necesitas —agregó desapareciendo rápidamente.

Bajó animado a atender a su nueva amiga.

—¿Listo?

—Más que nunca.


.


El día estaba siendo particularmente calmo y él estaba bastante tranquilo. Se dio cuenta cuando, al entrar al salón de clases, pudo empezar a ver las almas de sus nuevos compañeros. Eso no pasaba siempre, no todos los días veías las almas de los vivos... Debía estar bien anímicamente pero no excitado o nervioso. Esa era la única manera en que los colores de las personas se materializarían para él.

➳Ángel ◂JongKey▸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora