➳Ángel ◂JongKey▸

XVII - Locura

XVII

Locura

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El amor, en gran parte, ¿No es una locura?

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— ¿No deberían haberte trasladado ya? — preguntó Kyungsoo sentado al borde de la camilla de Kibum.

— Supuestamente... sí, desde que desperté ya pasó más de una semana y sigo acá. No sé cuanto pretenden que me quede — se quejó el rubio, haciendo un puchero.

Es que iban varios días desde que había recuperado el conocimiento y, a pesar de que lo habían dicho que lo trasladarían a un psiquiátrico, aún no había pasado nada. Sus heridas estaban curadas por completo y sus niveles en sangre habían vuelto a la normalidad. No sabía que podía seguir haciendo ahí.

Su doctora no había querido decirle nada. Jonghyun tampoco sabia mucho, tal vez porque se la pasaba casi todo el tiempo a su lado, leyendo. Y no es como si pudiera preguntarle a su madre acerca de eso.

(No había cruzado ni una sola palabra con su madre. De hecho, había prohibido que entrara a su cuarto)

— Yo te veo bien — murmuró el menor. — No parecés loco.

Kibum rió por el poco tacto que tenía ese chico.

— Los que no lo parecen, son los peores...

Había venido hacía unos días. Al principio, solo le preguntaba como seguían sus heridas y si hacía algo entretenido en el hospital. Cuando los temas se acabaron, comenzaron a hablar sobre ellos. Sobre todo. Sobre su familia.

Kyungsoo tenía 17 años, aun no terminaba la secundaria y probablemente siguiera una carrera en Turismo. Era un niño adorable, tierno y callado si no se le preguntaban cosas a fondo. Tenía novia, Sojin tal vez, no se acuerda bien el nombre todavía. Detestaba cualquier deporte que no fuera el fútbol y tenía una voz hermosa.

Era agradable volver a charlar con alguien. Por las mañanas lo visitaban Amber y Krystal o Taemin, por las tardes venía Kyungsoo. También se había asombrado de ver algunos compañeros venir a darle apoyo. Minho había entrado un par de veces, pero solo se quedaba a un costado mientras él hablaba con Taemin.

Estaba aprendiendo a sobre llevar de nuevo esa vida de hospital, una vida que durante unos años creyó que no volvería a pasar porque no tenía pensado volver a caer internado.

— Ya es tarde, tengo que ir a casa — gruñó Kyungsoo.

— No te quejes y andá — lo retó Kibum, tirándole de un mechón de pelo.

— Perdón, hyung — dijo con ironía, pero sonriendo. Lo saludo y se fue de una vez.

Había sido demasiado fácil aceptar que Kyungsoo era su hermano. No era fácil aun pensar que su padre había tenido otra familia a sus espaldas y que su mamá estaba en una relación estable con otro hombre. Pero con Kyungsoo, se sentía bien. Él no tenía la culpa tampoco, así como no la tenía Kibum.

Kyungsoo era Kyungsoo y él era Kibum. Sus padres no entraban en la ecuación y agradecía que el menor fuera capaz de comprender eso también.

Se acomodó en su camilla. Sabía que apenas terminaba su horario de visitas, la enfermera aparecería con la cena.

Pero fue Jonghyun en el que apareció con la bandeja de su cena. Después de pasarse toda la tarde fuera, creyó que se había cansado de estar como su guardaespaldas y se había largado. Pero no era así.