Capítulo X

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Nuevamente iban en la carretera con la diferencia de que ahora Harry conducía y Louis iba distraído observando el paisaje a su alrededor, muchos pinos y una que otra montaña que se veía a lo lejos. El cielo era de un azul casi opaco, empezando a convertirse en uno mucho más oscuro.

Su mirada estaba tan concentrada a su alrededor que no era casi consiente que Harry lo miraba cada 2 segundos, con una sonrisa boba en el rostro, digna de un enamorado total.

Lo miró de reojo atrapándolo en una de esas miraditas y volteó a verlo un poco incómodo y nervioso, lo dejó pasar desviando la mirada al frente, fingiendo no ver como la mano derecha de Harry dejaba el volante e intentaba acercarse a su pierna.

Soltó un suspiro—. Las manos en el volante, la mirada al frente—le recordó.

El rizado volvió ambas manos al volante, sin embargo, aún seguía lanzándole miradas al castaño, el cual estaba empezando a ponerse más nervioso.

—¡Oye!, ¿tienes algún problema?, porque no has dejado de mirarme durante las últimas horas que llevamos en el camino y empiezo a sentirme incómodo—habló rápido que esperaba que Harry lo haya entendido.

Volvió a desviar unos segundos la mirada del frente, sonriendo levemente hacia Louis.

—Eres muy hermoso.

Si Louis hubiera estado bebiendo algo, apostaría lo que sea a que en ese momento hubiera escupido todo ante tal confesión sin pena del rizado, pero la forma en la que reaccionó fue abriendo más los ojos y sonrojándose a más no poder.

—¡¿Y escupes eso de la nada?! —Harry ladeó su cabeza ligeramente confundido ante la reacción de Louis.

—¿Por qué no lo diría?

—P-porque deberías...—tartamudeo—disimular, ¿entiendes? Ser más casual en el juego del amor—lo último lo dijo nuevamente rápido. Trago saliva con dificultad.

—Pero... es que si creo que eres hermoso, precioso, mejor dicho. Eres el chico más precioso que jamás haya visto...

—Okey—interrumpió Louis soltando una risa nerviosa—, disminuye tu velocidad, niño...tienes que calmarte.

Cambió su expresión a una seria, aunque el sonrojo seguía sin irse.

—N-no quiero calmarme—el ojiazul rodó los ojos—y no entiendo por qué esto te molesta tanto.

—En primer lugar—por fin volteó a ver al rizado—, no estoy molesto, estoy incómodo es diferente y dos—regresó la vista al paisaje—las personas no van por la vida diciendo lo que sienten cuando lo sienten, tienen armaduras y-y escudos y otras metáforas—la voz de Louis empezó a decaer.

—¿Por qué? —Preguntó Harry preocupado, con la descripción que le daba Louis hacía parecer que el amor se trataba de una especie de guerra.

—¡Porque todos tenemos traumas! Estamos asustados e intentamos ser lo que no somos y si viviéramos declarando nuestros deseos internos a las personas por quienes sentimos algo terminaríamos felices o algo parecido—lo último lo dijo con duda.

Tal vez Harry no lo notaba, tal vez sí, pero Louis le confesó algo muy personal sobre el mismo. El miedo al rechazo y en dejar entrar a personas a su corazón, porque nunca sabes si te pueden lastimar o no, además de los años que estuvo en el closet, fingiendo ser alguien que no era.

Ambos se mantuvieron en silencio y una vez calmado Louis siguió hablando.

—Escucha Hazza, me alegra que creas que soy hermoso y he pasado momentos increíbles contigo, pero lo último que voy a hacer es decirlo.

The Space Between Us (Au Larry S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora