Capítulo XII

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 Pasaron las horas en las que no tenía noticias de Harry y eso no lo dejaba mantenerse tranquilo. Su cabello estaba cada vez más despeinado de lo normal por tanto que se lo estaba tocando por los nervios, sentía una opresión en el estómago y las manos no paraban de sudar.

Se levantó muy rápido de su lugar en el momento en el que un doctor se dirigía camino hacia él, sólo para decirle que, como no tenían contacto con familiares cercanos, podía pasar a ver, desde una ventana, el proceso que le estaba haciendo al rizado.

No dudo ni un segundo en ir a dicha habitación, observando desde lejos, como los doctores estaban estudiando las radiografías que le sacaron previamente, mientras que Harry se hallaba acostado, en un estado inconsciente y vestido con la ropa del hospital.

Dicha imagen le estaba partiendo el corazón a Louis, sin embargo, le asombraba más lo que las radiografías mostraban; el corazón de Harry se estaba agrandando.

Desde ahí supo que siempre le dijo la verdad, él venía de Marte; todas las cosas que le había dicho que en un principio le parecían excusas absurdas, ahora se conectaban y tenían sentido.

Cuando los estudios concluyeron, fue llevado a una habitación donde se quedaría en reposo y obviamente Louis fue a verlo, dejando finalmente ver su lado sensible, pues en cuanto abrió la puerta y lo vio inconsciente, una lágrima no pudo evitar salir, resbalando por su mejilla.

Se acercó para tomar su mano e hincarse para estar a la altura de su rostro.

—Harry...—habló en susurró tratando de invadir el nudo en su garganta—Hazza, me tengo que ir... vendrán los de servicios sociales, pero... iré a Summer Land—sonrió sutilmente, dándole caricias a la mano de Harry.

—Encontraré a tu padre y le diré lo increíble que eres, lo mucho que piensas en él y lo ansioso que estabas de ir allá, ¿okey? —Limpió rápidamente con su otra mano la lágrima que amenazaba con salir.

Se levantó aún sin soltar la mano de Harry, quedándose unos segundos mirándolo y tratando de contener su llanto.
—Te lo prometo—mencionó acercándose a la frente del rizado para depositar un pequeño, pero largo beso. Acarició unos segundos sus bellos rizos color chocolate y, como si fuera magia, los párpados de Harry comenzaron a abrirse poco a poco.

—Hola—le dijo Louis aún en susurro, continuando con las caricias en el cabello. Harry despertó algo asustado y confundido, intentando levantarse de la cama.

—Hay que irnos—mencionó, Louis posó una mano sobre su pecho para detenerlo, sin hacer mucha presión para evitar lastimarlo, al mismo tiempo que este volvía a hincarse en su lugar.

—No puedes, tienes que quedarte aquí Hazza—le habló tranquilo el castaño, aunque por dentro estaba llorando por saber que Harry, por el momento, estaba bien.

Louis le sonrió levemente antes de preguntar—. ¿Sabes por qué estás mal? ¿Por qué tu corazón es demasiado grande?

Harry vio la mirada de preocupación del castaño, razón por la cual evadió su pregunta, pues la respuesta sólo lo angustiaría más.

—Tenemos que irnos—repitió—, tenemos que ir a Summer Land...

—No puedes, aquí te van a ayudar...

—No, no pueden—dijo más desesperado—. No pueden hacer nada, ¿no te das cuenta?, no importa lo mucho que quiera a la Tierra, la Tierra no me quiere a mí—mencionó con un nudo queriéndose formar en su garganta.

Y Louis, cayó, cayó por la mirada que le estaba dirigiendo el rizado; una mirada que le transmitía súplica para sacarlo de ahí y llevarlo con su padre. No podía negárselo, por más frío que él fuera, no podía hacerle eso.

The Space Between Us (Au Larry S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora