Epílogo

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Cuatro años y seis meses después

Como todos los días, Roger y su equipo, seguían con las investigaciones de Marte, porque cada día descubren algo nuevo, además encontraron nuevas formas para la supervivencia de los humanos en el planeta; traían más equipos, y el plantel comenzaba a expandirse poco a poco.

Hasta eso todo estaba normal, muchas cosas habían cambiado, y la más notoria era Harry, quien ya había dejado de ser un adolescente y ahora era un adulto joven.

El ojiverde mantenía los rizos en su cabello, la única diferencia es que ahora estaban ligeramente más largos, hasta debajo de las orejas, y utilizaba una bandana de diferentes colores cada día para peinarlos y que no le estorbaran tanto cuando trabajaba en el plantel, no obstante, siempre había uno que otro rizo rebelde que caía por su rostro.

También comenzaba a ser más expresivo con sus gustos, por ejemplo, desde hace un año, comenzó a pintarse las uñas ya que le pareció lindo cuando las vio en una mano de una mujer que se encargaba de limpiar las habitaciones. Nadie le decía que estaba mal hacerlo, así que amablemente le pidió el barniz a la mujer y desde ese día se las ha pintado, casi siempre de color azul porque le traía muchos recuerdos de la Tierra.

Aunque sólo sus facciones y su estatura lo hacían parecer mayor, aún le gustaba divertirse y hacer las cosas más animadas.

Muchas veces, Roger no podía concentrarse al 100% por culpa de su hijo, quien hacía siempre chistes malos; no le molestaba en absoluto, en cambio, le agradaba esta nueva forma de ser de Harry. Le traía vivos recuerdos de su esposa y madre del chico.

Sin embargo, en los últimos meses esa alegría estaba algo ausente y Harry parecía perdido en sus pensamientos todo el tiempo o incluso algo preocupado. Obviamente Roger fue a ver qué sucedía; ambos ya habían logrado entablar esa confianza de padre e hijo.

—¿Sigues analizado a la planta? —Preguntó desde el marco de la puerta observando a su hijo. Traía el mismo traje azul marino que todos ahí, a diferencia de que además usaba una bandana color aqua en sus rizos.

—Algo así—respondió casi en un murmullo, sin apartar la vista del microscopio.

—De acuerdo, ¿qué te sucede? —Roger se acercó apagando la luz del artefacto para que Harry lo volteara a ver, quién arqueó la ceja mirándolo serio.

—No es nada padre, sólo... quiero seguir con las investigaciones, eso es todo—algo que Roger aprendió de Harry es que era pésimo mintiendo y muchas veces era difícil sacarle la verdad.

—¿Qué te parece dar un paseo afuera y me cuentas lo que tienes? Porque sé que tienes algo—no pudo evitar sonreír con la propuesta, le gustaba dar paseos con su padre.

—De acuerdo—aceptó unos segundos después girando los ojos, divertido.

Ambos fueron hacia la conocida salida, no sin antes colocarse los trajes de astronautas, y salieron hacia el exterior. A pesar de que tenían vehículos para transportarse, ellos siempre preferían ir a pie, era una forma más relajante y les permitía admirar más a su alrededor.

Esta, al ser una costumbre de casi todos los días, ya tenían determinada una ruta que seguir. Después de encontrarse lo suficientemente lejos del plantel, y darse cuenta que Harry no se atrevía a decir nada, nuevamente Roger intentó, sin detener su paso.

—¿Qué tienes? —Lo tomó por el hombro para darle confianza. Harry suspiró rendido.

—E-es Louis—se abrazó a sí mismo y bajó la cabeza.

—¿Discutieron, pelearon? Te dije que son cosas normales en una relación...

—No, no es eso—interrumpió Harry—, es que... han pasado varios meses y no he sabido nada de él. No contesta las llamadas o los chats y estoy preocupado.

The Space Between Us (Au Larry S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora