Capítulo XIII

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—Puedo sentirla ahora mismo—regreso la vista a Louis, tomándolo por los brazos. El cabello de ambos les estorbaba un poco la visión debido al viento que había en ese momento.

—Yo no pude elegir dónde nacer, pero elegiré dónde morir—sonrió nostálgico, el castaño inmediatamente empezó a negar con la cabeza, aferrándose más al rizado y tomándolo con un poco más de fuerza sin llegar a lastimarlo.

Se creó un silencio en la que ambos se aferraron al otro para sostenerse cuando una ola ligeramente fuerte llegó a ellos, haciendo que sólo se tambalearan en su lugar y Harry quedara recargado en el pecho de Louis.

—¿Lou? —Subió su mirada.

—¿Sí, Hazz? —Conectaron miradas.

¿Qué es lo que más te gusta de la Tierra?

—Eres tú Harry, tú y sólo tú.

Harry empezó a tomar el cuello de Louis para acercarlo poco a poco a él, pero este último fue más rápido y junto sus labios en un tierno beso, donde ladearon sus cabezas para poder profundizarlo, queriendo memorizar esa sensación. Ambos se aferraron al otro para acercarse más, sin dejar el beso, sosteniendo algo que jamás pensaron en experimentar y que había sido lo mejor de sus vidas.

Harry terminó el beso dejando un vació en Louis, sin embargo, no dejo de sostenerlo de los brazos en lo que hizo que ambas frentes se quedaran juntas.

Luego de unos segundos se empezó alejar de Louis, quien seguía aferrado a él.

—Te veré en las tiras cómicas—mencionó Harry antes de dejarse caer en el mar.

—¡HARRY! —Louis rápidamente corrió hacia él para intentar levantarlo o al menos intentar llevarlo a la orilla, pero era muy difícil por las olas que cada vez eran más constantes, haciendo que la desesperación y el miedo invade su cuerpo, así como el llanto.

Lo único que hacía, además de intentar salvarlo, era gritar su nombre para ser escuchado y lo vinieran a ayudar. No quería dejarlo ir porque se convirtió en alguien realmente importante para él, le había cambiado por completo la vida. No había palabras exactas para describir todo lo que Harry le hace sentir, sólo que se sentía seguro con él.

Estuvo mucho tiempo perdido, sólo siendo uno más en la sociedad, pero todos los momentos que vivió con Harry, eran diferentes, especiales, lo hacían sentir alguien y algo especial en su corazón. Harry lo hizo sentir como un cálido y reconfortante hogar.

Inesperadamente unas segundas manos tomaron a Harry por las axilas para ayudar a Louis.

—¡Kendra ayúdame! —Grito Roger dirigiéndose a la mujer. Louis tomó a Harry por las piernas para facilitar el trabajo y ser mucho más rápidos.

Con esfuerzo, los tres lograron sacar al rizado del mar para llevarlo a la playa, lejos de la orilla. Lo dejaron acostado sobre la arena, haciendo que se diera la vuelta y quedara ligeramente boca abajo para que pudiera toser toda el agua que se le había metido.

—¡Harry, Harry responde! —Exclamaba Roger mientras agitaba al rizado para hacerlo reaccionar—¡No nos dejes por favor!

Harry giró su cabeza hacia Roger para mirarlo a los ojos y en ese instante entendió todo, descubrió la verdad.

—¿Cómo era ella?... Mi madre—preguntó con la voz algo débil, después de un breve silencio en lo que se recuperaba.

Tanto Kendra como Louis compartieron miradas confundidas, y sin decir nada, dejaron que Roger respondiera a la pregunta.

—Era temeraria..., pero buena—respondió segundos después, la voz le comenzó a temblar—...siempre parecía ser tan invencible—Roger comenzó acariciar con el pulgar la mejilla de Harry, su visión se cristaliza.

The Space Between Us (Au Larry S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora