Capítulo XIV Final

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Después de pasar toda la tarde con Louis, finalmente se tuvo que ir para colocarse el traje de astronauta y ser llevado a la zona de abordaje; fue una tarea difícil para ambos chicos el soltarse y tomarse de las manos por última vez. Harry quería recibir el último beso de parte del castaño, sin embargo, este le dijo:

—Prometo dártelo cuando nos volvamos a ver.

A lo que el ojiverde respondió.

—Espero que no se te olvide tu promesa.

—Jamás.

Y con esas palabras se despidieron, Louis quedándose pensativo en esa habitación.

El viaje comenzaba, se sentía abrumado por las muchas emociones que lo estaban invadiendo en su cuerpo, ya tenía puesto el traje color anaranjado y, junto con otros tripulantes, caminaba por el pasillo hacia la zona de abordaje.

El pasillo era el mismo que recorrió su madre hace años, por lo que los recuerdos del video invadieron sus pensamientos, haciéndolo sentir más sensible de lo que ya estaba. Respiro profundo, tratando de evitar llorar, para seguir el mismo trayecto que los demás.

Durante su camino encontró a Kendra a mitad del pasillo y no pudo evitar detenerse, triste y nostálgico por verla con su ropa habitual, pues esta vez ella no formaría parte de la tripulación, mirado detrás del plástico protector.

—Te voy a extrañar Harry—sonrió—, más que a nada en el mundo.

Kendra recargó la palma de su mano sobre el plástico protector, acción que imitó el rizado haciendo que ambas manos se tocasen a través del material. Harry sonrió levemente.

—También yo, eres la mejor mamá que nunca tuve—Kendra rió con ojos empezando a cristalizarse por las lágrimas que amenazaban con salir, Harry también rió, limpiándose rápidamente antes de que empezara a llorar.

—Que tengas un buen viaje.

Harry sólo asintió con la cabeza, ya que sentía el nudo en la garganta que le impedía decir otra cosa, le regaló la última sonrisa con hoyuelos a Kendra, para después darse vuelta, continuando su camino.

Finalmente llegaron a la nave en donde un ascensor los esperaba para llevarlos a la cima. El cielo ya estaba completamente oscuro, y lo único que se veía a su alrededor eran las luces de los autos y grúas que vigilaban la zona, las estrellas y obviamente la luna.

Mientras iba cabizbajo esperando a que subieran los demás, el ruido de un auto abrirse y un grito llamó su atención.

—¡Oye!

Harry frenó sus pasos subiendo la mirada, se sorprendió de volver a ver a Louis en las instalaciones de Génesis y, sobre todo, verlo en esa zona que era restringida. Creía que ya había sido enviado de vuelta a casa.

—Linda nave—intentó bromear, haciendo que el rizado mostrará sus hoyuelos.

—¿Vas a estar bien? —Harry sabía que había dicho eso para invadir su tristeza, por suerte, en poco tiempo ya sabía identificar las emociones de Louis.

Louis dejó de sonreír, mirando a Harry directamente a los ojos, a pesar de que estaban a larga distancia. Como respuesta, asintió con la cabeza, mientras se abrazaba así mismo por el frío que empezaba a hacer.

—Eres increíble y fuiste el mejor momento de mi vida—los azules ojos del castaño comenzaron a cristalizarse, al mismo tiempo que recuperaba la sonrisa—, pero lo último que voy a hacer es decírtelo—intentó bromear ahora él tratando de sacarle una extensa sonrisa a Louis.

Cosa que consiguió al ver las pequeñas arrugas bajo sus ojos.

—Ya lo hiciste—dijo con voz algo entrecortada.

The Space Between Us (Au Larry S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora