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Las manos ávidas de Louis no tardan en recorrer la anatomía de Harry, deteniéndose en el inicio de su espalda para empujarlo aún más cerca de su cuerpo.

Sus respiraciones se vuelven pesadas, erráticas, malditamente incontrolables. 

Louis inclina su rostro hacia el cuello de Harry, aspirando su aroma a mentiroso y fabulador, a encantador y embriagante. La punta de su nariz recorre despiadadamente el tendón que se marca en su garganta, trazando una línea en diagonal por su piel.

No se acerca a sus labios. No quiere hacerlo.

Para Louis, no hay nada más íntimo que un beso. No piensa darle uno a un estúpido viajero en el tiempo que puede desaparecer tan pronto cierre sus ojos. 

Un jadeo, procedente de la boca de Harry, le endulza los oídos. 

—Mierda, dolly —gruñe.

Ni siquiera lo está tocando y ya lo tiene así; jodidamente caliente y endeble entre sus brazos.

Al parecer, alguien no ha sido tocado en mucho tiempo. 

Louis sólo quiere hacerlo sentir bien. 

Humedeciéndose los labios brevemente, Louis se prepara mentalmente para lo que sucederá en el instante en que decida presionar sus labios sobre la piel de Harry. Piensa que, si se ha puesto ruidoso tan sólo por un par de mimos con la punta de su nariz, no quiere imaginarse lo desastroso que se pondrá cuando realmente empiece a tocarlo.

Su piel es cálida, ardiente. Incluso se atrevería a compararlo con el calor que hace en el infierno. 

El mundo parece detenerse cuando simplemente decide presionar sus labios contra la dermis lechosa de su cuello. 

Jamás esperó el grito que se escapa de los labios de Harry. 

Un alarido tan estruendoso, que si alguien lo hubiera escuchado desde afuera, pensaría que lo están torturando.

—Tus... —Harry traga saliva. Se siente pegajosa como si fuera miel ardiente descendiendo por su garganta—. Tus labios están calientes... queman —susurra. Su voz es baja, casi inaudible.

En ese instante, la cabeza de Harry comienza a maquinar. ¿En qué mierda se está metiendo al pensar que Louis, un afamado cantante de rock, no tendría alguna puta enfermedad? ¿Con cuántas personas ha estado antes de él? ¿En serio vale la pena entregarse devotamente a él?

Intentando controlar su histeria, Harry se aleja lentamente de Louis.

La parte de su cuello donde sus labios estuvieron posados, arde. Arde tanto que se asemeja a una quemadura de sol, incluso se atrevería a decir que los labios de Louis tienen el mismo calor que las llamas del infierno, como si hubiera sido creado por el mismísimo rey del inframundo.

Louis se relame los labios y saca el cigarrillo, que alguna vez tuvo entre sus labios, y que ahora esta enganchado entre su oreja y su cabeza. Ni siquiera mira a Harry cuando lo enciende y da una extensa calada.

De repente, todo se ha vuelto silencioso, y Harry no sabe si salir corriendo de allí o esperar alguna explicación.

Como si todo estuviera perfectamente planeado, la voz de Zayn se escucha como un eco tras el pasillo que conduce a aquella maldita habitación en el condenado tour bus.

—No te olvides de la canción, Louis.

Y eso parece ser un recuerdo bullicioso para la mente abrumada de un cantante de rock que no tiene ganas de recordar qué día es hoy.

Para ser sinceros, a veces se lamenta de la familia de mierda que le tocó.

Mueve su cabeza de un lado a otro, haciendo sonar su cuello mientras inhala una gran bocanada de humo.

Physical [L.S] ✔ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora