VIII

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-DRAKEN-

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(19 - 28)

-VII-

-Eso es todo- le respondí cordialmente a un cliente que acababa de pasar para retirar unos accesorios para su motocicleta. Era una chica muy guapa Omega, le gustaba pasar cada semana por la tienda y me dejaba pasteles, ya que de eso vivía. Aunque yo no era muy fanático de lo dulce tampoco es que pudiera rechazarla.

Desde que llegue a Niigata, me eh visto involucrado en muchos problemas. Al ser un Alfa adulto soltero, no falta los Omegas o Betas que venían solo a ver la novedad del pueblo. Un pueblo muy pequeño y acogedor, con bastante frío que era lo que mas detestaba, pero por lo mismo agradecía la buena calefacción que ahí en todas las casas y locales.

-Muchas Gracias Ryugujii-san de verdad aprecio su orientación- Me agradeció la clienta con abundante cabellera castaña- Se que me rechazaste hace un mes, pero ¿Estas seguro? No es necesario que salgamos enseguida en forma de cortejo, puede ser de amigos...-

Lo único que puedo hacer es sonreír

-Agradezco el interés y nuevamente la invitación, pero, aunque sea como amigos yo seria consiente de tus intenciones y sentimientos, no seria correcto...- le respondo con toda la paciencia y calma, es un pueblo pequeño. Cualquier pelea o mal entendido es chisme de todos- indirectamente le estaría dando esperanza-

-Entiendo...- su olor a mar se vuelve agrio por la incomodidad y rechazo- Eres muy gentil, espero que al Omega que estés esperando realmente este a tu altura...-

-Gracias por su compra- contesto.

Es un secreto a voces, lo solté una vez en una fiesta del pueblo. Estaba ebrio, no pensaba correctamente. Pero mencione que estaba esperando a mi Omega destinado, que solo era cosa de tiempo hasta que nos reencontrábamos, todos pensaban que era un método para rechazar a todos los que me estaban pidiendo salir o cortejando sin autorización, pero cuando sintieron el olor de una prenda en especial con olor a Omega extranjero del pueblo, pensaron que era verdad. Sacaron sus propias conclusiones uniendo la palabra "esperar".

Se que el no a tenido noticias mías, pero yo si de el. Shinichiro-san e Izana-san no paran de nombrarme cosas de el o enviarme regalos que casualmente están marcados con el olor del Omega, al principio lo escondía y escapaba, si yo había decidido escapar de su lado, no era correcto que su familia este intentando recordármelo para que yo no "siga" mi vida. Al fin de cuentas no hicimos ninguna promesa, solo lo dejamos a manos del destino. Si el quería seguir con su vida estaba en todo su derecho, al igual que yo estaba en el mío.

Con el tiempo me di cuenta que no podía ir en contra de mis deseos ni camuflarlo por instintos. Yo quería su olor, quería saber de el. Mientras fuera feliz, todo estaría bien.

El tiempo había pasado demasiado rápido, no se en que momento llegue a tener 28 años y a vivir en una ciudad que era mas invierno que verano. Era todo lo contrario a lo que yo era. Siempre pensé que si me hubiera ido de Tokyo hubiera preferido las zonas costeras, preferibles que tengan mas verano y viento solamente en la mañana o noche que es cuando lo disfruto mas.

Mi tienda no es la gran cosa, pero se mantiene bastante bien, tuve que expandirla para tener mas clientes ya que la mayoría de aquí no ocupa motocicletas, así que me expandir al conocimiento de camiones y camionetas. También inicié un taller de practica para enseñar a los chicos o chicas andar en moto, aquello tuvo bastante éxito, gracias a eso pude conseguir mas clientes de lo que realmente me gustaba arreglar o tratar. Estoy orgulloso de lo que eh logrado hasta ahora.

-Mi Pequeño Omega-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora