Edward y William son pareja pero no son una pareja común, son un par de brujos.
cuando la santa inquisición llega a buscarlos, Edward encierra a William en un espejo de obsidiana, pasaran varios siglos antes de que se reencuentren.
-estarás a s...
Harry paso toda la tarde junto a su madre en la terraza que estaba cerca de su cuarto, Anne había comprado muchas flores de todos tamaños, colores y olores especialmente para el rizado.
-listo mamá esa fue la última- unos hermosos narcisos quedaron perfectamente plantados y regados.
-perfecto, bajare a preparar la cena ya hay agua caliente ya puedes tomar un baño-
-eso hare, tengo tierra por todos lados-
Anne bajo a la cocina y Harry fue directo a su recamara para tomar un refrescante baño y poder quitarse la tierra que tenía en los rizos.
Abrió la llave caliente de la tina y la dejo llenar, hace tiempo Liam le había regalado una de esas bombas de baño que hacen espumas de colores y tienen aromas deliciosos era tiempo de usarla.
Dejo su cabeza descansar mientras el agua tibia envolvía su cuerpo, cerro sus ojos para relajarse un poco más y cayó en una especie de trance.
-Vamos Edd, ya llevamos muchas cosas- un chico desconocido caminaba por un mercado junto al chico de orbes azules llevaban varias bolsas llenas pero el misterioso hombre insistía en comprar un ramo de flores.
-Solo esto y ya Will, a parte son tus flores favoritas- el nombrado apretó sus labios en una pequeña sonrisa amaba que su chico supiera esa clase de detalles sobre el.
-podemos volver otro día-
-deja de quejarte Will, a parte yo las voy a cargar no tu-
-eres terriblemente necio- William se acerco a su pequeño y deposito un suave beso en su mejilla.
Abrió los ojos al mismo tiempo que jalaba aire completamente exaltado, puso su mano húmeda sobre su mejilla esta seguro que de verdad sintió aquel beso.
Salió del baño aturdido por la extraña visión que tuvo, empezaba a sentir que algo no era normal en esa casa anteriormente había tenido pesadillas y sueños raro pero nunca había soñado mas de una vez con una misma persona y aquel chico de ojos azules últimamente estaba muy presente en su mente.
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Tomo su móvil y abrió el buscador "espejos de obsidiana"
Leyó muchísima información sobre estos espejos y muchos de los mitos que entorno a este había, muchos coincidían con lo que Gemma le dijo sobre que estos te podían mostrar información de tus vidas pasadas, él nunca creyó en esto pero debía admitir que ahora se sentía muy curios por descubrir si podía ser verdad.
++++++
Después de cenar regreso a su habitación, se encontraba en pijama y había quitado el espejo de la pared colocándolo frente a él en la cama.
Suspiro -bien, veamos si es cierto todo lo que dice de ti el internet- Se quedo inmóvil observando su reflejo por algunos minutos hasta que empezó a sentirse estúpido por estar haciendo eso.
-que estupidez- Pero antes de poder ponerse de pie logro escuchar que alguien lo llamaba, bueno no lo llamaban a él pero sentía como si así fuera.
"Edd"
-¿Quién es Edd?-
"tú"
-yo no me llamo así, yo me llamo Harry-
En el espejo comenzaron a formarse imágenes que pronto tomaron forma y llevaron a Harry a otro trance.
+
Harry pudo ver a una persona caminando por el bosque en dirección a él, cuando esta estuvo lo suficientemente cerca pudo ver que aquella persona era él mismo y se sorprendió tanto que cayó de espaldas y su otro yo paso por encima de él sin notarlo si quiera.
Se quedo observando como el mismo se acerco a una pequeña cabaña en el bosque era la misma en la que vivía ahora claro que muchísimos años antes, el pequeño toco a la puerta varias veces antes de que abrieran y allí estaba de nuevo aquel chico de ojos azules pero ahora lucia un poco más joven.
-¿Qué necesitas niño?-
-¡es usted!- exclamo el pequeño Eddie.
-si, soy yo ¿Qué necesitas niño?-
-vaya, si que eres gruñón-
El chico dentro de la casa estaba por azotarle la puerta en la cara al molesto chiquillo pero el menor se lo impidió.
-he recorrido el bosque entero buscándote-
-¿a mí? ¿para qué?- pregunto alzando una ceja y dibujando una burlesca sonrisa en sus finos labios.
-quiero que seas mi maestro-
William estaba por responder de manera sarcástica, él no era maestro de nadie él no formaba parte de ningún aquelarre ni siquiera confiaba en su propia sombra pero cuando vio las preciosas iris verdosas del pequeño sintió como la paz empezó a recorrerle el cuerpo y supo entonces que el mocoso contaba con grandes dones mágicos supo de inmediato que era un brujo sanador por naturaleza.
-¿Cómo te llamas?-
-Mi nombre es Edward-
-bueno Edward, yo soy William-
Se hizo a un lado y dejo entrar el pequeño.
En el momento en que William cerro la puerta de la cabaña Harry sintió como si algo lo hubiese empujado y volvió a la realidad sintiendo el palpitar de su corazón en su cuello, se puso de pie y tomo el espejo metiéndolo en lo más profundo del ropero aquello había sido demasiado no podía continuar con ese objeto frente a él o terminaría perdiendo la razón.
