Una loba hibrida regresara a su antiguo hogar, pero lo que ella no sabe es que el pasado saldra a la luz, pero tambien el amor llegara a su vida, con el nombre de Scott Mccall.
-Paso demasiado para que puediera darme cuenta que solo con ella podre e...
El viento acaricio sus pálidas y húmedas mejillas, con el torso de su mano limpio las lágrimas que bajaban por estás.
El tejado de la casa de los Wilson se había convertido en su lugar favorito cuando quería pensar; o simplemente estar sola.
La mujer frente a ella acaricio su mejilla, en ningún momento perdieron el contacto visual.
— Sabía que algo en tus ojos me decían que ya te conocía— hablo por primera vez— solo que no recordaba donde; pero ahora que te veo de cerca— se sentó frente a ella— me eh dado cuenta de quién eres—.
— ¿Quien eres?— pregunto la rubia—.
— No le hablaste de mi Derek— la adolescente llevo su mirada a su padre— cariño; soy TU MADRE— las palabras de esa rubio-castaña le calleron como un balde de agua fría—.
— ¿Mi madre?— pregunto en un hilo de voz— mi madre murió al darme a luz— negó—.
— Yo soy tu madre— aseguró—.
Llevo su mirada dolida a su padre— me mentiste, dijiste que mi madre murió al darme a luz—murmuro con enojo y decepción mezcladas en su voz—.
— Tu no eres su madre— la voz de Derek sonó ronca debido al enojo que sentía— nunca lo fuiste; por qué una verdadera madre no la habría avandonado— trato de sacarse de las cadenas que lo retenían—.
— Papa— el susurro de la rubia lo desconcentro— ¿Ella es mi madre?— pregunto reteniendo las lágrimas—.
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— Si— su corazón se estrujó en su pecho—.
Le había mentido; le había mentido de la forma más vil y cruel que puede existir, su madre estaba viva y no solo eso sino también que es una cazadora pero no cualquier cazadora; una Argent.
Sacudió su cabeza quitando esos recuerdos de su mente abrió sus manos, entre ellas reposaba una foto; una foto de una hermosa bebe.
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— ¿Por qué?— pregunto viendo a la mujer— ¿Por qué me abandonaste?—.
— Por qué cuando mi padre se enteró que estaba embarazada de ti niña— señaló a ______— dijo que si eras humana podrías quedarte y te entrenaríamos para odiar a lo sobrenatural; pero cuando supimos que no era así decidió que sería mejor acabar desde el inicio con el problema— frunció el ceño— pero alguien se adelantó a mi padre; fue quien te dejo en la puerta de la mansión Hale—.
— Le agradezco a ese alguien— la voz de Derek resonó en el lugar— que te dejará en la puerta de nuestra casa;aquella noche— la mujer rodó los ojos— te convertiste en aquello que más amo—.
Una mano tomo la suya y la entrelazó, un ligero apretón la hizo girar su rostro; Tom con su otra mano limpio las lagrimas que surcaban las mejillas de su novia.
— Siempre creí que mi madre estaba muerta— murmuró con la mirada perdida— eso fue lo que mi padre me dijo cuando tenía tres años y pregunté por ella— Tom recostó la espalda de la rubia en su pecho— prefiero que se mantenga así— giro su rostro para verlo—.
— Si mi rubia lo quiere— junto sus labios en un casto beso— mi rubia lo tiene— sonrió a labios cerrados—.
— ¡Derek!— el grito de Jackson resonó por el bosque y la antigua mansión Hale— ¡Derek!— de las ruinas de la mansión Hale salieron tres sombras—.
— Comenzabamos a preguntarnos cuando vendrías— ambos Hale's sonrieron— tardaste un poco pero aquí estás—.
— Entonces saben a qué eh venido— Jackson sonrio cínicamente—.
— Quieres la mordida— asintio el nuevo alpah—.
El grito de Jackson resonó por todo el bosque, de sus manos fluyó la bruma roja dejandolo inconsiente.
— ¿Crees que hicimos bien en darle la mordida?— pregunto tras unos minutos en silencio—.
— Si te soy sincero— un suspiro abandono sus labios— no— negó abrazándola—.
Ninguno sabía que era lo que venía tras la muerte de Peter; o la muerte de Katerine Argent.
O el hecho de que se convertiría en la elegida de Lilith.
Pero de algo si estaban seguros y es que lo que sea que fuese lo afrontarían juntos como manada; y como pareja.
Metio su mano libre dentro de la bolsa de su jeans y de esta saco la cadenita que tenía Peter.
— Esto no te pertenece— del cuerpo calcinado quitó la cadena que colgaba de su cuello— hasta pronto tío Peter— sonrió mientras sus ojos cambiaban al rojo escarlata—.
