El día estaba yendo para la mierda.
Hoy había más gente en el local y Yoongi estaba con un humor peor que los perros, yo no me quedaba atrás. Las llamadas iniciaron esa misma tarde. Me puse el casco, acomodando perfectamente el pedido en mi motocicleta. Taehyung suspiró.
─Tendrás que ir afuera de la ciudad. ¿Conoces el bosque donde muchos turistas acampan?
Mierda.
─¡Tardaré como una hora en llegar, Taehyung!
Él volcó los ojos, conozco esa mirada.
─JiMin, eres el repartidor más rápido que conozco, ¿por qué crees que eres mi único trabajador? Contigo, tengo dinero de sobra.
Sabía de lo que hablaba. Si bien, muchos jóvenes comían en nuestro local, otros incluso pedían tantos llamados de cualquier comida chatarra para solo coquetear conmigo. Cada día era lo mismo, muchos me daban su número de teléfono.
Estoy soltero, pero mi corazón ya pertenece a alguien.
─Lo sé.
─Sé que te gusta la adrenalina─. Sonrió, debía admitir que Taehyung si tenía una bonita sonrisa. Recordé la enorme pelea que tuve con Yoongi cuando coqueteaba con Taehyung. Sí... él me interesó un tiempo. Pero prometí cuidar de JungKook, aunque fuera una promesa en vano, estoy seguro que él volverá─. Ten cuidado, JiMin.
Asentí. Ajuste mi casco y los guantes de mis manos, acelerando mi motocicleta, arranqué con fuerza. El viento me recibió de golpe, lo único hermoso de ir a dejar pedidos en la tarde, era un espléndido atardecer. El cielo se pintó de rosa, después de un azul y naranja. Tal vez... JungKook y yo estuviéramos una cita ese día. Bromeando entre nosotros, recibiendo a cada segundo sus besos y mientras esos bracitos negándose a soltarme, poder hacerlo mío de nuevo.
Antes me sentía como un niño... Ahora, abandonando todo, guardé los momentos más felices del pasado y recordándolo en el presente. Quizá estoy dependiendo de JungKook o es tan ansiado su regreso que me hace esperar por él... Me siento perdido.
Suspiré, concentrándome en el camino. Y menos de lo pensado, ya estaba ingresando al bosque, era como una novela romántica... Las hojas caían dando un paisaje precioso y el atardecer combinaba con ello. Llegué a un sitio turístico, había unos adolescentes divirtiéndose y alce una ceja, estaban jugando a la botella, típico. Toque la bocina y sus miradas cayeron encima.
─¡Ya llegó!
─¡Ve a pagar tú, SuBin!
Al sacarme el casco, baje para poder sacar el pedido e ignore los silbidos у abucheos cuando el chico se acercó, teniéndolo cerca, supe inmediatamente que era un Omega. Ignorando ese sonrojo, dejé en sus manos las cajas... Y un poco confuso, él las entregó a su acompañante, era un Beta, quien hacía señas al Omega.
Tenía que irme rápido sino quería estar en donde no me gustaba.
─Disculpa... ─. Debía confesar que el Omega tenía una voz preciosa, pero su aroma no me gustaba. Tenía una carita bonita y labios abultados, daba ternura, sin embargo, no es mi tipo─. Sé que es inapropiado lo que voy a preguntarte... yo, uhm... yo...
Estaba dando muchas vueltas y los jodidos hormonales de sus compañeros no dejaban de silbar, alentando seguramente, al pobre chico que estaba temblando y estaba cada vez más rojo. Lo entendí de inmediato, no quería lidiar con otra confesión de amor.
─Uhm, puedo, puedo-...
─Él quiere un beso contigo─. Su acompañante dijo. Era alto, y no dejaba de palmear la espalda del Omega tembloroso, huyendo de mi mirada─. Está quedando en ridículo, disculpa. SuBin es muy débil y mentiroso. Vámonos, ya. Estás haciendo perder el tiempo al chico.
En definitiva, si estoy perdiendo mi tiempo. Pero tampoco iba a soportar que el desconocido hablara de forma grotesca al menor, se lo que se siente verse humillado y que otros susurren a tus espaldas.
El pobre estaba a nada de llorar.
Solo sería un beso.
─No tienes que hablar de forma tan... grosera de tu amigo. ¿O te divierte verlo de esa forma?─. Él se quedó callado. Mire al Omega, sostuve esa pequeña mano y tire de ella. El chico SuBin era bajito, mirándome nervioso y cada vez más rojo. Definitivamente, no me gustaba su aroma. Sin embargo, me picó el deseo de probar esos labios─. ¿Quieres un beso mío?
─S-sí...
Tenía un cuerpo pequeño, era blanco y su cabello azulado combinaba con esos ojos celestes. Cualquier Alfa caería ante el Omega que estaba en mis brazos. Mande a la mierda todo mis pensamientos, sostuve ese mentón y bese esos labios rosados, quienes temblaron en un principio antes de corresponder. Sólo estaba ayudando, muy estúpido de mi parte.
No es nuestro Omega.
Mordí esos labios, ingresando mi lengua y él, tímidamente correspondía, copiando mis movimientos... Mis manos bajaron hasta esa cintura y lo junté más cuando él me agarró mis muñecas para guiar mis manos a esas nalgas, muy formadas nalgas y las apreté a mi gusto, a mi antojo. Sus feromonas eran demasiado, estaba excitado y yo... Yo necesitaba volver al trabajo. Me aparté y él mostró una sonrisa, mordí mis propios labios cuando noté esa boquita tan roja.
─... Gracias─. Susurró él, beso mi mejilla─. Te debo una.
─Esos amigos, no muestran ser tus verdaderos amigos...─. Subí nuevamente a mi motocicleta, poniéndome el casco. El chico SuBin, asintió con un puchero. Me reí─. Espero que un Alfa sepa valorarte. No me malentiendas, el beso me gustó...─. El beso fue tierno, debía admitirlo─... Me debes una por ayudarte, mocoso.
─¡Lo tendré en cuenta! ¡Espero que un Omega te valore, bombón!
Solté una carcajada, asintiendo y arrancando nuevamente, para ir a trabajar... El día no estuvo tan mal como parecía.
Jung Subin
Es el Maknae de VICTON, una boyband surcoreana que debutó en 2016
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¡hey, gigante! › jikook.
FanfictionPark JiMin tiene que soportar los tontos y pervertidos coqueteos de Jeon Jungkook; un Omega bastante berrinchudo y sobretodo bajito. ୭ park top! jeon bottom! ୭ smut. angst. omegaverse. ୭ adaptación autorizada. ୭ (h.) ori...