"Te envío hoy estas florecillas azules, y estas son las palabras que les pido decir: Venimos cargando amistad y amor sólido y verdadero; de alguien que, a pesar de estar lejos, no puede olvidarte."
-Anónimo
Fujita Shun se encontraba en la recepción de su florería, haciendo nada en particular, pues era lunes y las personas no solían comprar flores entre semana a las 10:30 de la mañana. Aquellos días eran tranquilos para él, podía relajarse mientras leía un buen libro y bebía una deliciosa taza de té.
Aquel lunes era como cualquier otro, un día de primavera soleado, monótono, sereno y...
-¿Cómo puedo decir "te odio" con un ramo de flores?
El hombre llegó estruendosamente a su tienda, dando pisotones y azotando violentamente las manos sobre la recepción, obligando a Shun a quitar la mirada de su libro, dándole una mirada entre asustada y desconcertada por encima de los lentes de lectura.
-¿Disculpe?- articuló con dificultad, el tipo había llegado tan de repente que por un segundo Shun olvidó que vendía flores.
-Quiero saber si puedo decirle a alguien "te odio" con un ramo de flores.
Shun suspiró mientras cerraba su libro y salía de detrás de la recepción.
-Es un sentimiento algo... retorcido... para expresar con flores...- continuó el peliverde, colocándose frente al cliente de mal genio. -Sin embargo, es posible. Aunque necesitaré que sea más específico respecto a la situación.
El sujeto no dijo nada, un cambio radical en la personalidad explosiva que había mostrado hasta el momento. Su expresión se mostró avergonzada e incómoda, desviando la mirada al suelo. No quería expandir la información.
-De acuerdo...- Shun se rindió al ver la cara del cliente, no podía obligarlo a compartir esa clase de información; después todo, como florista, entendía que el lenguaje de las flores era, en parte, para expresar aquellos sentimientos que no podían ser articulados correctamente, o con la misma vehemencia, con palabras, dando paso en ocasiones a sentimientos bastante reservados y privados, ocultos para el resto de la sociedad o incluso para el mismo corazón.
Shun procedió a recorrer la tienda, mientras le daba al hombre una breve explicación de las flores que tenía y como podían ayudarlo en su, no tan noble, misión. El tipo lo siguió de cerca, muy atento a sus palabras.
-En esencia, la planta cuyo significado es el odio, es la albahaca, pero a menos que quiera regalar un ramo de hierbas olorosas, hay que completarlo con otras que ilustren mejor lo que quiere expresar.
-Muy bien, lo escucho.- era evidente que el tipo no iba a darle más detalles sobre la situación, así que, resignado, Shun prosiguió con el plan original; pero consciente de que necesitaba un lugar específico por donde comenzar, intentó adivinar lo que el sujeto pretendía.
-Bueno, ¿tal vez se trata de una ruptura amorosa?- inquirió el japonés a la vez que analizaba el rostro de su malhumorado cliente, aquel se llenó de un rubor bastante evidente para el florista.
Este sonrió ligeramente, el tipo podía parecer frío y malcarado, pero podía ver a través de él.
-En ese caso puedo sugerir mirtilo o una rosa amarilla, significan traición e infidelidad...
-No, nada de eso.- interrumpió el hombre, casi ofendido. -No hubo... infidelidad, sólo inmadurez y mucha estupidez de su parte.
Shun rió por lo bajo y continuó.
-De acuerdo... en ese caso... ¿qué tal unos botones de oro para la ingratitud?- el cliente asintió pensativo.
-¿Qué más tiene?
ESTÁS LEYENDO
Forget-Me-Not
FanfictionEn una época pasada, era costumbre expresar con la combinación de distintas variedades de flores aquellos sentimientos del corazón incomprensibles, o simplemente demasiado delicados, para el vocabulario mundano. Shun, un florista diestro en el legua...