Un nuevo lunes se asomaba por la ventana y Shun caminaba por las calles de Atenas, soñando despierto.
El obsequio de Hyoga de la semana anterior lo había dejado embobado, y su respiración se agitaba cuando pensaba en lo que podía venir después.
Claro que estaba emocionado, pero había algo que le inquietaba. Él seguía pensando que "Hyoga" era el cliente distante de aquella vez, ese rubio atractivo y frío que había pedido tan impertinente ramo de flores. Pero cabía la posibilidad de que "Hyoga" fuera un completo extraño, algún cliente frecuente cuya presencia había pasado por alto o algo por el estilo. En ese caso, no estaba seguro de cómo proceder con una relación.
Si lo analizaba mejor, daba igual quien fuera "Hyoga". Si era el cliente malhumorado, entonces todos ganaban; pero si era algún desconocido, eso no borraba las intenciones y mensajes que las flores conllevaban, y mucho menos las sonrisas y suspiros que le había provocado. Sería un poco decepcionante, pero verdadero, sin duda alguna.
Estaba tan metido en sus pensamientos que no notó cuando había llegado a la florería.
Abrió la puerta con cautela, sin saber qué esperar o cómo reaccionar.
Lilas.
La nube de pétalos morados detuvo el corazón del japonés.
-Ojalá seas tú...- pensó, recogiendo la flor y llevándola hacia su pecho.
Los primeros sentimientos del amor.
Hyoga ya había dado el primer paso y lo había admitido. Se estaba enamorando de él. Y Shun habría celebrado y saltado hacia sus brazos sin pensarlo más, pero el razonamiento de más temprano le agobiaba.
Deseaba con todas sus fuerzas que Hyoga fuera aquel hombre. Quien quiera que fuera, lo amaba, o al menos comenzaba a hacerlo, pero... ¿él podría amar a cualquiera que estuviera del otro lado?
No estaba seguro de ello. Y probablemente no sería justo para "Hyoga" si este no probaba ser el cliente ruso de la vez pasada.
Sólo le quedaba confiar y esperar lo mejor.
Pero se vale soñar, y aquella noche, Shun se fue a la cama con una sonrisa en los labios, después de dejar reposando a las lilas en la enciclopedia de su librero.
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Forget-Me-Not
FanfictionEn una época pasada, era costumbre expresar con la combinación de distintas variedades de flores aquellos sentimientos del corazón incomprensibles, o simplemente demasiado delicados, para el vocabulario mundano. Shun, un florista diestro en el legua...