Return of Happiness

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Aquel detalle sólo había hecho que su situación empeorara. El florista ya había hecho las paces con el hecho de que jamás volvería a ver al cliente gruñón, o algo así le gustaba pensar; pero ahora, con la agrimonia secándose en una enciclopedia, no podía evitar que su corazón se derritiera al considerar que aquel hombre había tenido la bonita atención de agradecerle en su idioma.

-Arigato, Hyoga-kun...

Al día siguiente, Shun llegó a su negocio con ojos soñadores, había tenido un sueño estupendo. Quitó el candado de la puerta torpemente, introducir la llave en la puerta fue casi imposible, las manos le temblaban, como si tuviera prisa de algo... ¿pero, de qué?

La emoción lo invadía y su corazón palpitaba con fuerza, en su interior, el peliverde esperaba encontrar otro obsequio por parte de "Hyoga" o como se llamara.

Para su decepción, no había nada en el suelo, ni una mota de polvo.

La inminente alegría se transformó en desilusión.

¿Qué esperaba? ¿Encontrar una flor cada día? ¿Encontrarlo a él, tal vez?

Sólo quería agradecerle, no era como si quisiera cortejarlo ni nada de eso. Se había adelantado a la situación, estropeando todo. Lo que ayer parecía un bello regalo era hoy un tortuoso recuerdo, de lo que pudo ser... de lo que anhelaba que fuera...

¿Pero qué estaba pensando? Apenas lo conocía. Es más, ni siquiera estaba completamente seguro de que "Hyoga" fuera el cliente sombrío. Aún así, repelió sus ganas de querer despojar a la pobre agrimonia de su escondite y destrozarla con sus propias manos por darle falsas esperanzas.

La semana transcurrió, con Hyoga más olvidado que otra cosa. Siendo esclavo de la rutina, Shun abrió su tienda perezosamente el lunes por la mañana.

Sus ojos adormilados se abrieron como platos cuando observó un recuerdito en el suelo de la florería. ¿Observó? ¡Qué va! ¡Casi lo pisa!

Las diminutas campanillas blancas esperaban su llegada con serenidad. Shun recogió la rama en las que aquellas florecitas estaban sujetas y sonrió con un delicado sonrojo en sus mejillas.

-Lirio de valle...- susurró.

El retorno de la felicidad... tal vez el plan con su ex-novia había resultado de maravilla, haciendo al desdichado hombrecito feliz nuevamente.

O tal vez... la presencia de Shun en su vida era la responsable de tan grato sentimiento.

Como fuera, el adorable lirio fue a reposar en el siguiente capítulo de la enciclopedia que yacía en su librero.

Forget-Me-NotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora