Shun seguía atormentándose por haber dejado pasar la oportunidad de ver a Hyoga. No tenía que hacer contacto con él, bastaba con observarlo desde las sombras. Aunque sabía que no debía hacerlo, no se quitaba el deseo de poder verlo una vez más. O por primera vez...
Llegó a su tienda cumpliendo con la misma rutina que había seguido por las últimas ocho semanas.
Quedó confundido cuando observó la planta que le daba la bienvenida en aquella ocasión.
La pequeña varita de hiedra parecía burlarse de él desde su posición.
Shun la recogió y continuó con su día atendiendo clientes y haciendo otras labores en el negocio, entre molesto, decepcionado y algo decaído.
La razón era simple. Después de haber pasado de los tiernos detalles a las declaraciones más atrevidas y evidentes, la hiedra trepadora que ahora descansaba sobre la recepción simbolizaba la amistad.
¿Amistad?
¿¡Qué rayos pasaba con Hyoga!?
Después de "TuS eNcAnToS eStÁn GrAbAdOs En Mi CoRaZóN" y "LoS pRiMeRoS sEnTiMiEnToS dE aMoR" se atrevía a mandarle una planta cuyo mensaje era ¿¡amistad!?
El peliverde refunfuñó todo el día, ahuyentando, una vez más, a los clientes.
Quizás se había equivocado todo este tiempo con las lilas y las azucenas y ahora enmendaba su error garrafal enviando una corrección al mensaje inicial.
Pero... también podía ser al revés...
Tal vez no era muy brillante y había confundido la información, o la planta o algo por el estilo, enviando el recado equivocado. No tenía idea de dónde sacaba la información, ni mucho menos quien era su proveedor. Era fácil engañar a la clientela ignorante, sobre todo si están dispuestos a conseguir ciertas especies a como diera lugar.
Esa hiedra no tenía lugar en su enciclopedia, la quemaría en la chimenea con todas sus esperanzas y sentimientos hacia Hyoga.
Ya sin clientes, se puso a hacer algo de provecho, así tal vez olvidaba la gran afrenta que Hyoga se había atrevido a enviar.
Se puso a barrer su negocio, aventando el polvo con el mismo ahínco con el que Hyoga había matado su amor. El polvo, tierra, hojas y pétalos volaban por doquier dentro de la florería de la calle Lekka. Y en una de esas una notita salió volando.
No fue hasta que recogió la basura con el recogedor que Shun notó la hojita de papel.
La miró curioso y vio que tenía algo escrito:
"Puesto que estamos en Grecia, alude a su significado local.
-H."
Shun ladeó la cabeza, la notita había aterrizado muy lejos de la planta, a lo mejor Hyoga la había arrojado muy fuerte o el aire de la puerta cuando abrió la florería la había hecho volar.
De cualquier modo, el japonés no tenía la menor idea de cuál podía ser aquel significado.
Sacó pues un libro de la parte de atrás, que había pertenecido a su madre, y comenzó a leer todo lo relacionado con la hiedra.
El rubor inundó su rostro cuando supo el significado antiguo para esta planta trepadora, sintiéndose mal por haber tratado mentalmente a Hyoga de ese modo tan hostil.
El significado que los antiguos griegos le daban a esa planta de hojas grandes era el amor indisoluble.
Un lazo más fuerte y leal que cualquier otro. Aplicable a la amistad para los románticos victorianos, pero al amor para los antiguos habitantes del país donde se encontraba.
Shun comenzó a reír, ahora ya todo estaba bien.
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Forget-Me-Not
FanfictionEn una época pasada, era costumbre expresar con la combinación de distintas variedades de flores aquellos sentimientos del corazón incomprensibles, o simplemente demasiado delicados, para el vocabulario mundano. Shun, un florista diestro en el legua...