Determinado a no dar por sentado ningún mensaje que las próximas plantas pudieran llevar consigo, Shun recogió tranquilamente el siguiente recado de su querido Hyoga.
Una rama de espino, decorado grácilmente con sus pequeñas flores blanquecinas.
Esta vez, se aseguró de buscar por la tienda una nota que pudiera expandir en el significado concreto de aquellas florecitas. No hubo quién le interrumpiera en su misión, pues esta vez, a la clientela le tomaría más tiempo disculpar u olvidar los exabruptos de la semana anterior.
La razón de su confusión era que esta planta en particular podía significar tres cosas distintas, sin tener nada en común una con otra.
El significado normalmente atribuido al espino, es decir, el que los victorianos le daban, aquellos que con más frecuencia recurrieron a esta práctica, perfeccionándola y expandiéndola de paso, era el de la esperanza. Algo muy noble, sin duda.
Aquello podía connotar más de una cosa. Esperanza de volverlo a ver o de verlo algún día de estos, esperanza de que su relación pudiera prosperar y funcionar, esperanza de ser correspondido, etc, etc, etc.
O bien, la ramita podía transmitirle a Shun que tuviera esperanza en todo esto, ya que todo saldría bien al final.
Aún así buscó en el libro de su madre otro significado, lo cual encendió su cara por completo.
Los antiguos griegos atribuían esta planta al amor matrimonial.
Eso sí que era llevar las cosas a otro nivel... tal vez... demasiado lejos.
Su relación apenas y existía, Hyoga no podía esperar que aceptara casarse con él así como así. ¡Qué va! ¿Ese ritual siquiera podía considerarse una relación? Hasta donde sabía, Hyoga no tenía forma de saber si Shun correspondía sus sentimientos o no. ¿Sería tan osado como para pedirle matrimonio por medio de ese espino?
Inquieto, decidió buscar otra opinión, analizando detenidamente la planta. Esta traía atada un listón satinado, como la azucena y mezereón, pero esta vez de un color rosa pálido. Desató el listón y comenzó a jugar con él. Después de un rato se percató de que este traía algo impreso en su interior:
"Kiss me"
Bésame...
¿Qué tenía que ver el espino en todo esto? ¿"Cásate conmigo y bésame"? ¿"Ten la esperanza de que algún día me besarás"?
Decidió buscar en la internet algún otro significado alternativo para aquella planta.
El tercer significado.
Los turcos solían entregar una ramita de espino a las poseedoras de su corazón y merecedoras de su amor. Con este simple gesto, se le indicaba a esa persona el deseo de querer recibir un beso de su parte.
Shun cubrió su cara con sus manos de la vergüenza.
Considerando el mensaje del listón, aquel era el significado más probable.
De cualquier modo, algo era seguro: Hyoga tenía que aparecerse en persona tarde o temprano.
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Forget-Me-Not
FanfictionEn una época pasada, era costumbre expresar con la combinación de distintas variedades de flores aquellos sentimientos del corazón incomprensibles, o simplemente demasiado delicados, para el vocabulario mundano. Shun, un florista diestro en el legua...