Twelve

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SeHun tomó su rostro entre las manos sin dejar de besarlo. Las sensaciones que SeHun despertaba en JunMyeon eran tan poderosas que le hicieron olvidar cualquier otro pensamiento excepto el de querer fundirse con SeHun en un abrazo. No había ninguna razón por la que no pudiera dejarse llevar. Solo su orgullo se interponía entre ellos y una noche de pasión. Y si cometía un error, tendría el resto de su vida para arrepentirse.

Algo en la forma en que SeHun continuó besándolo le indicó que sabía que había quebrado su voluntad. Y cuando SeHun lo sujetó por la nuca y profundizó el beso, JunMyeon solo pudo suspirar y disolverse, entregado a la pasión que fluía entre los dos. El cuerpo se SeHun se amoldaba tan perfectamente al de JunMyeon que no se sabía dónde empezaba uno y dónde acababa el otro. SeHun lo tomó en brazos y al llegar al pie de la escalera, con un suspiro de resignación, apartó los labios de los de JunMyeon. Mirándolo a través de los párpados entornados, JunMyeon suspiró a su vez y musitó lánguidamente:

–Puedo subir solo SeHun.

–Prefiero subirte yo conejito. –dijo SeHun. Y su sonrisa brilló en la penumbra.

SeHun lo llevó a su dormitorio y JunMyeon recordó que la primera impresión que había tenido de SeHun en el taxi la había impresionado e intrigado a partes iguales. Después había pensado que era extremadamente atractivo y había fantaseado con sus labios sin creer que alguna vez llegaría a sentirlos sobre los suyos. En aquel instante, cuando SeHun se detuvo al pie de la cama, sintió que el deseo de conocer al Oh SeHun íntimamente lo devoraba. Con la misma determinación con el que se había prometido no caer, JunMyeon estaba listo para lanzarse a la hoguera de la pasión.

SeHun abrió la cama y, tras encender la luz de la mesilla, posó a JunMyeon delicadamente. Con una rodilla en la cama y el otro pie en el suelo, le acarició el hombro a la vez que dejaba un rastro de besos desde su cuello hasta la uve de su escote. Instintivamente JunMyeon alzó los brazos y, tras quitarle el jersey, SeHun volvió a inclinar la cabeza para mordisquearle un hombro sus labios se movieron hacia uno de sus pezones, que empezó a succionar suavemente, haciendo que JunMyeon perdiera la cabeza. Cuando, tras describir varios círculos alrededor del pezón, SeHun le pasó la punta de la lengua varias veces como si le diera latigazos, algo estalló en el interior de JunMyeon. Ladeó al cabeza para darle acceso de nuevo a su cuello, enredó los dedos en el cabello de SeHun y este la empujó suavemente hasta tumbarlo, a la vez que atrapaba el otro pezón en su boca.

Sintiendo que flotaba JunMyeon se dejó invadir por el placer, SeHun se separó de él y JunMyeon se forzó en abrir los ojos. Se había levantado para quitarse el jersey. Su torso de bronce refulgió bajo la tenue luz de la lámpara como una espectacular estatua. Luego SeHun se quitó los pantalones y JunMyeon pudo intuir el vello que descendía desde su ombligo hasta el elástico de sus calzoncillos negros, que contenían su erección con dificultad.

Cuando SeHun se inclinó sobre él, JunMyeon aspiró su delicioso aroma al tiempo que se abrazaba a él.

–He imaginado este momento desde el instante que entraste en el taxi. –musitó SeHun soltando jadeos roncos.

JunMyeon le acarició la espalda, deleitándose en sus músculos, y le susurró al oído:

–Entonces no perdamos el tiempo. –luego JunMyeon gimió para incitarlo a seguir.

SeHun recorrió uno de sus muslos hasta llegar a su parte más sensible y mientras depositaba delicados besos en su cuello y sus hombros, usó dos dedos para describir círculos en su palpitante centro.

JunMyeon se entregó a las sensaciones, concentrándose exclusivamente en la lenta e incendiaria caricia que lo obligó a morderse el labio para contener la explosión que se aproximaba. Pero entonces SeHun apartó la mano, dejándolo tembloroso y al límite, antes de que lo sintiera al duro y grueso miembro de SeHun adentrarse en sus paredes anales al tiempo que la boca de SeHun volvía a cubrir la suya y sus dedos volvían a buscar el límite entre sus cuerpos.

BEBÉ ABORDO-SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora