Nadie podía ser tan estúpido como para no darse cuenta, era incluso una ley o al menos así lo sentían todas las personas que trabajaban en esa compañía.
Nadie. Absolutamente nadie podía rechazar a su jefe sin sufrir las consecuencias. Aún recuerdan a esa chica que hace un año había abofeteado a su jefe porque él ya no quería nada con ella.
"—Eres un desgraciado si piensas que puedes botar a alguien como yo. Es ese caso la que termina con esto seré yo, no tu. Imbécil.
Luego de eso el ardor en su mejilla se hizo presente y los tacones de aquella chica resonaron por el pasillo hasta que desapareció.
¿Luego de eso? Su carrera se fue en picada, no había más contratos ni promociones, había violado una ley que apresar de no estar escrita era escencial para sobrevivir."
Ahora todos lo sabían. Si el jefe Jeon se fijaba en ti, o caías a sus pies y te rendias o perdias todo y terminabas aún peor.
Pero aunque todos supieran eso, había alguien que jamás miro televisión y escuchaba esos escándalos estúpidos de personas conglomeradas, tenía problemas más grandes como pasar sus exámenes de la universidad y ahora su principal preocupación era un pequeño de dos años.
...
HoSeok en este momento estaba feliz, había pasado ya casi un mes desde su nuevo empleo, aunque había algunos momentos raros ya que le pedían hacer cosas raras como entregar papeles hasta la oficina de su jefe, siempre pedían que fuera específicamente él y cuando entraba no había nadie, se sentía feliz de algún modo ya que cuando recibió su primer pago sonrió porque sabría que dentro de poco podría pagar un departamento para él y el pequeño de Sangmin.
Algo que también le gustaba era que su pequeño ya no lloraba cuando era dejado en la guardería, incluso ahora decía más palabras y descubrio que al pequeño le gustaba los dinosaurios.
Por eso ahora mismo se encontraba mirando algunos departamentos algo baratos y con espacio necesario para ellos dos, apresar de que NamJoon le había dicho que no era necesario, HoSeok sabía que era egoísta si se quedaba más tiempo, su amigo necesitaba privacidad y estar cuidando a un pequeño no era justamente eso.
—¿Te mudas?— pregunto el hombre detrás de él.
Cierto, cómo podía olvidar a su nuevo amigo el cual no ayudaba en todo lo que podía. El asistente Park sin duda era demasiado amable y genial que ya eran buenos amigos a pesar de su diferencia de edad y estatus.
—Oh. Si, busco algunos departamentos que se ajusten a mi presupuesto y sean perfectos para Minie y para mí. Estoy ahorrando algo, pienso buscar algún empleo nocturno para así juntar dinero aún más rápido.— miro a JiMin sonriéndole.
—¿Y la universidad?
—Puede esperar, primero quiero que Sangmin se sienta bien y este mejor, si sigo en este empleo la universidad puede esperar un poco, pero descuida, seguiré en ella.
—Ahora que lo pienso, en el edificio frente al mío había un anuncio sobre algunos departamentos libres, tal vez pueda ver por ti y decirte.
—Me ayudaría de verdad si hace eso.— el rubio asíntio.
—Por cierto, necesito que entregues esto a la oficina de arriba.— el mayor hizo un gesto algo extraño —Por alguna razón sigue insistiendo en que tú subas.
—¿De nuevo? Siempre que voy no hay nadie, parece incluso que me está jugando una broma.
—Jamas había hecho eso, incluso es nuevo para mi, pero bueno, yo solo puedo obedecer a lo que él diga, incluso si solo es una estúpida broma.
—Supongo que yo también.— ambos suspiraron y rieron.
—Me tengo que ir, suerte.— el menor asíntio y tomo aquel paquete lleno de documentos.
Vio al rubio salir y entrar a un taxi, incluso se sentía afortunado sabía que el trabajo de su amigo era mucho más difícil, siempre llendo de un lado a otro.
Tomo el ascensor hasta llegar al último piso, camino hasta llegar a la última puerta y tocó como siempre lo hacía. Pero está vez alguien si contesto.
Entro con cuidado y la mirada baja, no sabía que está vez el jefe si lo recibiría.
—Aqui están los documentos, tal como los pidió.— menciono levantando la vista.
Sin embargo, frunció su ceño y acomodo los papeles sobre el escritorio y camino hasta quedar frente a ese chico de nuevo.
Otra vez haciendo problemas.
—Bien, puedes irte.— dijo el chico sin mirarlo.
—¿De nuevo tu? Seguro estás haciendo problemas ahora que el asistente Park se fue. Vamos, sal de aquí.
—¿Que dices?
—¿Que estás haciendo aquí?— el pelinegro lo miro serio.
—Es mi oficina.
—Claro...— respondió sarcásticamente. —De verdad, ¿Que haces aquí?
—Es mi oficina, ¿Algún problema?— el tono de voz fue tan serio que su corazón se aceleró.
Entonces él... La había cagado completamente.
—¿T-Tu eres el jefe Jeon JungKook?
—¿Quien más puede ser?— el menor pareció palidecer un poco y tragó saliva.
—Y-Yo...— bien, ahora no había empleo que mantener. —¡Lo siento!— se disculpo y salió corriendo de la oficina antes de que el otro dijera algo.
No fue su culpa el creer que su jefe era un señor de más de cuarenta años. Siempre eran así en las grandes empresas.
Y lo peor de todo, JiMin no le había dicho nada sobre su error pasado.
¡Estaba acabado! Lo mejor sería entregar su carta de renuncia.
Para cuándo llegó a recepción Wheein lo miro asustada, se veía demasiado pálido.
—¿Te paso algo? Te vez mal.
—Estoy despedido.— soltó sin más.
—¡¿Que?! ¿Por qué?
—Estoy arruinado, Jeon me odia ahora, seguro piensa que lo ofendí. Yo no sabía, ni siquiera lo conocía.
—¿Que paso?— pregunto.
—Confundi al señor Jeon con alguien más y lo corrí de su oficina más de una vez e incluso le rechacé una copa el día de la fiesta, seguro piensa que soy un imbécil por no saber si quiera quien es mi jefe.
—E-Espera... ¿El te invito una copa?— el menor asíntio mirándola casi llorando. —HoSeok, fue un gusto conocerte al igual que al tierno de Sangmin.
—Estoy acabado.
—¿De verdad no lo sabes?— el castaño la miro confundido y nego. —Bueno, aún no a hecho nada más así que puede que no lo molestaste con eso, seguro está bien.
El teléfono de recepción sonó asustando a ambos, la chica contesto sonando tan amable y sonriendo, pero esa sonrisa se fue al escuchar del otro lado, asíntio con un sonido y miro a HoSeok para después colgar.
—¿Sucede algo?
—Jeon quiere verte...— su rostro palideció y un remolino de nervios apareció en su estómago. —No está tan mal, dijo que quería hablar sobre el trabajo contigo, nada más.
—¿Y si me despide?
—Seguramente no lo hará, suerte.
Suerte, sin duda la necesitaba mucho.
-J⁷
ESTÁS LEYENDO
¡No podemos ser tres! [JungHope]
Lãng mạnHoseok cometió la estupidez de su vida o al menos eso piensa al tener un hijo de dos años a la edad de 19. Su familia se alejo y no piensa apoyarlo en nada pero eso no fue impedimento para valerse por si mismo, pero los problemas nunca faltan. JungK...