PERSONALIDAD INVERSA.(SesshKag)

16. Un hermoso paisaje.

[una simple acción es suficiente para alegrar su corazón.] Desconocido.

Continuación..

—¡eh! ¿Qué es esto? —miró hacia arriba y se encontró con una peliblanca —Yumiko —susurró.

Sesshomaru giró su rostro, lo único que podía mover, ya que su cuerpo realmente parecía congelado, y observó fríamente a la recién llegada.

—Saruko... tanto tiempo sin vernos —dijo y desapareció del árbol en que se encontraba y reapareció atrás del joven que no pudo hacer nada —buenas noches.

Y así el joven youkai cayó al suelo inconsciente como una pluma.

—Maldita ¡¿cómo te atreves a aparecer después de traicionarnos?! —dijo ésta.

—¿traición? —murmuró Yumiko —no comprendo cuál es tu concepto de traición... pero si debemos hablar de mi concepto, aquí la traicionera eres tú...

La castaña atacó a la peliblanca con su guadaña y la otra mujer sacó una espada de hielo de la nada y así empezó una batalla con estas jóvenes.》

—jum... que cosas —dijo y miró al youkai.

Elevó su mano y éste se empezó a elevar, lo movió hasta dejarlo recostado a un árbol. Bufó con una mueca en su rostro y desapareció de la vista del bosque.

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Con Kagome.

El cuerpo de la joven cayó al suelo inconsciente, pero no fue por mucho tiempo, ya que éste empezó a moverse y sonreír.

Su cuerpo fue cambiando: el cabello azabache se tiñó de uno anaranjado, sus ropas también lo hicieron, la blusa se tiñó de un marrón anaranjado y su pollera como su pequeña capa verde, se empezó a teñir de un color celeste turquesa.

Abrió sus ojos de a poco y estos eran de un color celeste, el mismo celeste que podrías ver en los vivos arrecifes de coral, que eran rodeados por un agua tan clara como sus ojos.

—¡oye! ¿Cómo es que hay otra personalidad? —se preguntó sorprendida la castaña de pelo corto.

—¿y tanto te sorprende, señorita estúpida? —murmuró mirándola fijamente.

—maldita —masculló entre dientes, al ver su mirada altanera.

—¿a quién le dices? si tú eres la que causó tanto daño a mi ama —dijo sin más la pelinaranja.

—un simple lacayo no debería hablar con tanta altanería —habló cortante la mujer de castaños.

—¿ah? ¿lacayo? La única aquí con cara de lacayo eres tú...

—¿de qué hablas? —ella se confundió y después frunció el ceño.

—lo que escuchaste ¿o estás sorda mujer? —murmuró la otra enojada, de tener que seguir aguantando a la otra mujer.

—¿quién eres? —preguntó de golpe.

—y ahora quién es la que pregunta cosas estúpidas... tsk.

—realmente eres desagradable... y un lacayo tampoco es que tenga voz...

—deja de decir algo completamente incorrecto, y además te sigo contestando de este modo porque tus defectos son tan sobresaliente que me es imposible ignorarlos —comentó con una sonrisa la miko.

—tú eres sinceridad ¿no? La personalidad de la sociabilidad —asintió la de pelo corto, recordando su perfil en los libros de historia del pasado.