Giros Inesperados

Capítulo 6

Melissa.

Todo el día me la he pasado escuchando música, bailando sola, comiendo.

Ya es de noche pero no tengo sueño, veo una película de terror "Dead Silence" acompañada por palomitas y Coca Cola, y enfundada en una pijama de conejitos, hace mucho frío, cuando de repente tocan el timbre y vuelco las palomitas, ¡que susto!,

Abro y me encuentro con una Wendy en un precioso vestido negro, abrigo blanco, tacones rojos, cabello suelto alaciado, y unos labios rojo sangre, está fantástica.

-Linda, ¿Qué haces con esa horrible pijama, cuando la noche nos espera? -pregunta mirandome de arriba a abajo.
-Wen, no conozco a nadie, como crees que voy a salir.
-Por qué crees que estoy aquí, anda ve a cambiarte que vamos a mover el bote -me ordena. Me emociona la idea de rumbear, siempre me ha gustado bailar y divertirme.
-Ya vuelvo, siéntate. -le digo eufórica mientras corro al vestidor.

Elijo un pantalón blanco de cintura alta con un crop top color vino tinto, el cual me trae excelentes recuerdos del dios griego, me calzo unos botines negros de tacón y escojo una chaqueta de cuero negra, suelto mi cabello que cae en ondas, rizo mis pestañas y agrego un poco de color a mis labios, guardo el móvil, las llaves y algo de efectivo en una cartera y me encuentro con Wen en la sala.

-¡Wao, que cambio! Iremos a "El Coq" una discoteca donde colocan música de nuestra región, es estupenda, allí te sentirás como en tu ciudad.

Tomamos un taxi, rumbo a la disco y al llegar todos saludan a Wen, esta es como su segunda casa, pedimos unos cosmos y un morenazo se acerca a Wendy y se la lleva a bailar una salsa, los observo bailar y noto que allí hay algo más que amistad, cuando un rolo (bogotano o capitalino) me invita a bailar, acepto, y las horas pasan sin darme cuenta.

-Ya estás iniciada, Mel -ríe Wen.
-Me ha encantado esta disco, se ha convertido en mi favorita -respondo alocada, con el alcohol haciendo efecto en mí.
-Como te habrás dado cuenta aquí todos me conocen, el morenazo que me sacó a bailar, José, es el dueño y vengo a menudo -dice picarona.
-Ya no vendrás sola, seré tu compañia de ahora en adelante -reímos juntas.

La noche pasa entre bailes, risas, cosmos hasta que Wen me ruega que tome un taxi porque ella se va a ir con José, yo acepto, no es tan difícil tomar un taxi y llegar al apartamento.

Estoy en la parada sola y todos los taxis van ocupados, me siento un poco mareada hasta que un hombre andrajoso de mal aspecto se acerca:

-Dame todo lo que tengas, muñeca -dice y su aliento apestoso me produce arcadas, mientras me enseña un arma.

Me siento aterrada, asustada mientras abro el bolso para entregarle mis pertenencias una fuerte luz me enceguece y un hombre musculoso vestido en pantalones apretados y camisa manga larga remangada hasta los codos negra se baja a toda velocidad de una motocicleta, cuando mi vista se aclara me doy cuenta que es el dios griego con la mandíbula tensa y el ceño fruncido.

-Hermosa, disculpa por llegar tan tarde -dice antes de chocar sus labios en los míos y besarme con ímpetu.
No respondo a su beso, estoy anonadada, asustada, ¿Cómo es que él está aquí?. El nota mi miedo, se separa y golpea al hombre andrajoso hasta dejarlo inconsciente en el piso, sigo en shock y el sujeta mis manos, las frota y en sus ojos se ve reflejado el miedo que siento.

-Tranquila, estás a salvo, lamento que hayas pasado por esto, vamos.

No entiendo en que momento estoy sentada en la parte trasera de la moto andando a una velocidad impresionante y me aferro a su espalda con mis brazos alrededor de su cintura, apoyo mi cabeza en su hombro, el viento golpea en mi rostro y mis lágrimas fluyen sin cesar.