He pasado mayor parte de mi vida enamorada de la soledad, no, no enamorada... Me han impuesto la soledad. Largas noches de vela imaginando qué habrá más allá de la ventana, o si valía la pena saltar de ella.
Amaba las historias en la pequeña TV, por...
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Si solamente tuviera un día
Quiero tranquilamente quedarme dormido intoxicado por tu dulce aroma
Si hay una oportunidad en mi ocupado horario
Quiero poner mi cuerpo en tus cálidos y dulces ojos
Me gusta eso, tu largo, lacio pelo
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BTS – Just one Day
En una esquina de la gran habitación Kit se apoyaba en la pared con un vaso entre sus grandes manos haciendo que misteriosamente se viera más pequeño de lo suponía era, el líquido ámbar se movía al compás de los movimientos de su muñeca imitando el revoltijo de sentimientos que no han abandonado mi pecho desde que vi sus mejillas sonrojarse temprano, desde nuestro beso. Sus ojos vagaron por la habitación y antes de que llegaran a mí, regresé mi mirada al alto y musculoso chico que me había estado contando de su, oh, increíble, trabajo en un pueblo lejano. Mi estomago se apretó cuando sentí el calor conocido posicionarse en mi espalda y su mano viajar lentamente por mi ella hasta tomar posesivamente mi cintura. Su mano que aún sostenía el vaso se veía venoso y sentí mi saliva bajar forzosamente por mi garganta,
Sobresaltando a mi joven acompañante su vaso se rompió entre sus largos dedos – Kit – Exclamo preocupada mirando su mano ensangrentada, su mirada no se apartaba del asustado chico analizando sus movimientos como si fuese su presa. Cuando tomo su mano entre la mía tratando de deshacerme de los pequeños vidrios sus ojos viajan a mi rostro suavizando su expresión instantáneamente.
- ¿Qué crees que estás haciendo? – Cuestiona con voz dura alzando una ceja.
- Tratando de limpiar el desastre que es tu mano ahora mismo. – Con su mano aun en mi cintura me saca del salón arrastrándome por la mansión, sin siquiera saludar o dejar que me despidiera del muchacho, del que fácilmente me había olvidado cuando sentí las manos de Kit en mí, nos encierra a ambos en un cuarto con una lampara elegante y una cama gigante.
